La Batalla del Autobús

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Fue fácil empacar las cosas teniendo en cuenta que fueron Grover y Annabeth quienes prepararon las mochilas para el viaje.
Mientras íbamos avanzando a la salida de Quirón me entrego cien dólares y veinte dracmas de oro (monedas usadas para este mundo las cuales antes eran de plata pero al parecer a los olímpicos solo les gustaba el oro, una tontería en mi opinión). Nos dio a Annabeth y a mi una cantimplora de néctar a cada uno y una bolsa con cierre hermético lleno de trocitos de ambrosia para ser usado solo en emergencia; debido a que, una sobredosis nos consumiría, literalmente.

Annabeth trajo su gorra mágica, que según explico fue un regalo de su madre cuando cumplió 12 años. Llevaba un libro de arquitectura clásica escrito en griego antiguo, para no aburrirse, y un largo cuchillo de bronce, oculto en la manga de la camisa. Estaba seguro que ese cuchillo nos delataría en un detector de metales, pero no me podía quejar cuando era yo el que cargaba con una gran espada en la espalda.

Por su parte se podría decir que Grover era el que mas pasaba desapercibido, llevaba unos pies falsos y pantalones holgados. Iba con una gorra verde tipo rasta, porque cuando llovía el pelo rizado se le aplastaba y dejaba ver la punta de los cuernecillo. Su mochila naranja estaba llena de pedazos de metal y manzanas para picotear. En el bolsillo llevaba una flauta de junco que su padre le había hecho, aunque solo se supiera dos canciones y ninguna de las sonara bien en una flauta de pan.

El momento de despedirnos de los otros campistas fue rápido al menos por mi parte, ya que solo vino a verme Charles el cual solo me dijo que no volviera sin el rayo maestro.

Si les soy sincero me siento celoso de Annabeth y Grover, los dos tenían bastantes personas de las cuales despedirse mientras que yo solo tenia un "amigo" y personas que o no saben de mi existencia o me quieren asesinar.

—"Espero que la espada sea como pienso" —recordé que aun no la había sacado del tahalí.

Cuando pose mis manos en el mango de espalda y sacarla de un solo movimiento comprobé que era tenia lo que esperaba, no era muy pesada pero tampoco muy liviana. Podia manipularla hasta con solo una mano y tener un buen balance.

—Sabes Percy, eres la primera persona que conozco que se le ha ocurrido hacer una espada con un botín de un combate —. me dijo Quirón mientras analizaba mi espada

—Pero... ¿Cómo se entero? —estaba preocupado no pensé que Quirón notaria que no era una espada de practica.

—Todo lo que pasa en este campamento se puede descifrar si se le pone la suficiente atención —dijo calmadamente. — Percy, quiero que entiendas que tu eres el líder de esta misión y que apenas salgan devuelta a la intemperie tienes la responsabilidad de cuidar a tus compañeros y cumplir tu misión.

—Quirón, es curioso que la responsabilidad de salvar al mundo recaiga sobre 2 niños y un adolescente cabra ¿no? 

—Yo no estaba de acuerdo conque tu salieras a la misión junto Annabeth, te he estado observando Percy, y te puedo decir que no estas listo para una misión de esta magnitud, pero algo dentro de mi me hace confiar que contigo esta misión tiene mas posibilidades de triunfo que con cualquier otro campista incluyendo a Luke.

—"El confía en mi" —. pensé con un sonrojo notable en las cara por aquellas palabras que me había dedicado

—Vamos Percy, tenemos que alcanzar a Annabeth y Grover ya deben estar en la entrada del campamento.

El camino hasta la entrada se puede resumir con observar aquellos lugares que visite en mi estancia en el Campamento Mestizo.
Al subir por la colina Mestiza hasta el alto pino que antaño fuera Thalia, hija de Zeus, me sentí en la necesidad de  agradecerle por haberme protegido todo este tiempo.

Percy Jackson En Busca de CambiosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora