01

956 57 2
                                    

Un pelinegro iba caminando hacía su colegio, hoy era el primer día de clases nuevamente y estaba más que feliz por ver de nuevo a sus preciados amigos

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

Un pelinegro iba caminando hacía su colegio, hoy era el primer día de clases nuevamente y estaba más que feliz por ver de nuevo a sus preciados amigos. Iba con una sonrisa reluciente y hermosa, mientras brincaba con cada salto que daba, saludando de vez en cuando a las personas que pasaban, recibiendo sonrisas bonitas y amables.

De pronto, el pelinegro pudo notar a un muy conocido albino caminando desinteresado hacía la institución, siempre iba con el uniforme y el estuche de su guitarra, pero se veía súper lindo para Gon, como la mayoría de las veces.

—. ¡Killuaaaaaa! —. Grito bastante animado, lo había extrañado tanto aunque se habían visto apenas ayer.

El albino lo miró, encontrando esa mirada miel que a él le provocaban mil y un emociones. No pasó mucho tiempo cuando con su mirada fija en el menor, pudo ver como corría hacía él rápidamente, sin darle un momento de pensar, el pelinegro le abrazó en el aire y cayeron al suelo, siendo el albino el único que recibió el golpe.

De pronto estaban en una posición comprometedora, que hizo que el albino se sonroja hasta las orejas. Todos lo estaban viendo.

—. ¡Killu, te extrañé muchísimo! ¡A cada hora, cada minuto, cada segundo! —. Gritaba mientras lo jalaba hacía él, importandole poco las miradas puestas en ellos.

Sin embargo, el albino no podía reaccionar, estaba ido. Tenía al chico de sus sueños sentado arriba suyo casi llorando porque lo extrañaba, teniendo en cuenta que estaban al frente de muchas personas, reaccionó minutos después.

—. ¡Mierda, Gon! ¡Quítate! —. Lo tiró al suelo, haciendo que el niño se sobará el trasero por el golpe.

—. ¡Killua, eso fue feo y doloroso!

Ambos estuvieron en una mini pelea antes que llegarán sus otros amigos para finalmente entrar a la institución. No hace falta decir que el  albino estaba a nada de explotar por la vergüenza. Solo en ese momento odiaba ser tan blanco.

¡Los sonrojos de Killua! [KilluGon] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora