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-Aidan, eres un jodido- me recriminó mi hermano.

-¿Por qué?- respondí

-Le fuiste infiel a Jenny, que no te parece muy bajo eso, ya es la segunda vez.

-Lo se, por eso mismo le termine- conteste de la manera más indiferente posible.

-No hermano, así no son las cosas, si estas en una relación es para respetarla, no para que por estar en una fiesta de tu negocio, cometas un desliz.

-Ya no sigas, de verdad ahórrate todos tus sermones- me levante para poder traer algo de comer.

-Aidan, no quiero que esto se repita, puedes acostarte con quien quieras sin tener una relación, que créeme es mucho mejor.

-El matrimonio te hizo madurar- comenté mientras comía unas galletas.

El solo me sonrió, resulta que Mace, es el menos indicado para decirme que hacer, antes de casarse tuvo sus miles de aventuras, así que sabía que su reproche pronto acabaría.

-Solo diviértete sin lastimar- camino hacia la salida

-Como digas, nos vemos.

-Nos vemos hermanito- y cerro la puerta.

Cuando mi hermano salio de mi departamento, me recosté el sofá pensando en lo sucedido del día anterior.

"-¿A donde vas?- me cuestionaba Jenny, mientras subía las escaleras

-Tengo que resolver un asunto- conteste dándole una sonrisa, ella me sonrió de vuelta.

El asunto era una morena con un cuerpo de diosa que me esperaba en una habitación. Entre las sábanas había un asunto que se debía resolver, era malo, si, bastante lo que hacía, pero la tentación era increíblemente tentadora.

Quizás tuve que haber pensado más, en tratar que no hiciera tanto ruido, cuando tocaron la puerta.

-¿Aidan?- Jenny.

Lo único que atine hacer es subirme los pantalones, y tapar a la chica, pero era tarde porque ya sabía todo lo que había pasado.
Lo siguiente fue que discretamente salimos de la fiesta para oír los reclamos de Jenny.

Era completamente justo, pues ser infiel no es para menos, pero era tan fácil y tan exitante que se volvió una adicción, bueno, cuando tenía pareja que era muy de vez en cuando.

Mi hermano nos acompaño al departamento para que Jenny sacara sus cosas, luego de eso la fue a dejar y volvió para darme una vez más la misma platica "

Estaba jodido de nuevo, pues romper compromiso no era tan simple, todos preguntaban que paso y simplemente decíamos que la relación no había funcionado. Eso es lo bueno cuando estás en una clase privilegiada, los escándalos deben pasar desapercibido.

-Señor Gallagher- mi asistente dejo los informes sobre mí escritorio-  esto dejaron los proveedores. Es una copia del acuerdo.
-Claro, muchas gracias ____- le agradecí- puedes traerme un café por favor.

-Si con gusto, también quería decirle que Jenny, solicito juntarse con usted hoy en el almuerzo.

-¿Así?- levante una ceja ante esa noticia.

-Si, ¿quiere que le reserve un restaurante?- pregunto tocando su tablet.

-Si, es lo mínimo que puedo hacer por ella después de eso- ____ me sonrió complice mientras se concentraba en la pantalla.

-No hay problema- contesto y se retiro de mi oficina.

Tome los papeles y los leí, estaba todo en orden; por suerte tenia una asistente a la que yo denominaba perfecta, pues era como mi mejor amiga, sabía todo, y eso era una ventaja, ya que lograba cubrirme en todos los ámbitos posibles.
Claro que siempre con un desliz debes en cuando, no como tener sexo, pero si unos besos y caricias. ____ era perfecta en todo sentido, pero claramente ambos sabemos como son las cosas.

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Amaba mi soltería definitivamente, era algo que siempre me gustaba disfrutar al máximo, ya que no había ninguna obligación la cual cumplir. Refiriéndome a lo sentimental.

-Debo admitir que esta vez si te logro atrapar más tiempo- hablo Ethan, quien tomaba un poco de cerveza conmigo.

-Solos fueron 11 meses, casi un año, pero sabía que no duraría- confesé.

-Tu eres un mujeriego con todas sus letras, deberías mejor mantenerte soltero, ser infiel igual es de idiotas para mi.

-¿Me llamaste idiota?- el sonrió

-Tu lo eres- le palmee el hombro y me reí junto a él- cuando te llegue el karma ya no sonreirás de esa manera.

-Aun puedo pedir perdón por todo lo que hecho, ir a declararme en la iglesia, tengo 23, aun.

-Aidan, solo bromeo.

Seguimos bebiendo hasta que eran las 3 de la mañana, cuando el se tubo que ir, ya que tenia que pasar con su nueva andante todo el fin de semana.

Había pasado ya un mes de lo sucedido con Jenny y a decir verdad, extrañaba tener alguien entre mis brazos. A quien seducir y a quien me seduzca, pensé en varias candidatas cosas cuales había compartido número, veía el teléfono y presione cualquiera, contestó de inmediato, creo que la chica se llamaba Alison, era una chica que conocí gracias a mis amigos, era hermosa igual que las otras. No dude en tener una cita con ella para la tarde de ese día.

El placer de ser infiel Donde viven las historias. Descúbrelo ahora