El placer de ser infiel

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Aidan, deja de jalar la sabana- me queje cubriendo mi cuerpo y dejándolo a el desnudo.

-Querida, tengo frio- se quejo abrazándome por la espalda.

-No es mi culpa que jales la sábanas al dormir, estábamos muy bien abrazados- me quejo apegando mi cuerpo al de el.

-Me vas a dejar desnudo- asentí son mirarlo, el beso mi cuello- eres mala, me voy a enfermar.

-Tu amiguito no se va a enfermar por tomar aire.

-Pues si lo hará.

Y con eso jalo la sabana, pero logro taparnos a ambos.

-Mucho mejor- murmuró el apegando su cuerpo al mio nuevamente.

-Mañana debemos ir a trabajar.

-Podemos faltar- sugirió acariciando mi cintura.

-Ni pensarlo, debes completar ese contrato mañana, si no, como vas a cuidar a nuestro hijo.

-_____

-Aidan- el solo poso su cabeza sobre mí hombro y beso este.

-Esta bien querida, yo haré lo que tu me pidas- yo solo atine a rodar los ojos.

Aidan Gallagher:

Había pasado un mes que había pasado se ser de un soltero, a un casado, fue un escándalo, en especial cuando al mes mi hermano llegó de Londres para hablar conmigo.

-¿No la amas?- pregunto

-La aprecio, pero no la amo, solo la deje embarazada, y no se me hizo justo que ese hijo mio fuera ilegítimo, quería que naciera dentro de un matrimonio.

-Gallagher, hermano, no se que decirte, no debiste de casarte, hay otras maneras- hablo tomando un poco de cerveza.

-Yo no vi otra manera hermano, además ella acepta todas mis condiciones, como por ejemplo que este con otras.

-¿Ya lo has hecho?- negué con la cabeza- dios.

-Pues no se me presenta ninguna situación comprometedora- dije- no es que sea un adicto al sexo para todos los días a todas horas buscarme alguna puta por ahí.

-Aidan, debes controlarte, no porque una mujer se te desnude te obligue a ser infiel, piensa en ese bebé, como lo explicaras.

-No necesita porque saber- aclare- estas pensando mucho.

-Y tu estas pensando muy poco y al parecer ____ igual. Ni siquiera a mi me la has presentado.

-Cuando vayas a casa la conocerás- tome un trago de mi cerveza.

Ya era fin de semana, mi esposa seguramente debería estar en casa, debe descansar, pero yo no podía estar encerrado todo ese tiempo, por eso vine con mi hermano, además que tenía que anunciarle que me había casado. Su regaño no se hizo esperar. Una vez que le deje mi claro mi perspectiva no tubo otra opción que apoyarme, más porque le daría un sobrino, que seria nuestra única familia, ya que mis padres ya habían muerto hace algunos años.

Me dirigí directo a la casa.

-¿Tan tarde?- pregunto ____ mientras dejaba un plato de comida en la mesa.

¿Había cocinado para mi?

-¿ Y esto?

-Tu cena querido- respondió con una sonrisa mientras tomaba asiento- ¿fuiste con tu hermano?

-Si, estuve con el, poniéndole al tanto de la situación- respondí dándole un bocado a mi lasaña- esta deliciosa, muchas gracias querida.

-No hay de que, ¿tendré que conocerlo oh algo asi?- pregunto tomando un poco de jugo.

-Tal vez, le dije que viniera, no quiero que hagas mucho esfuerzo.

-Estoy embarazada, no invalida Aidan, si hoy me quede, fue porque de verdad queria dormir, mañana iré a comprarme cositas- sonrió mientras apoyaba su mentón en su mano.

-Te dejaré mi tarjeta entonces- respondí sacando mi billetera- compra lo que tu quieras, más si es para el bebé- ella asintió recibiendo mi tarjeta.

-Acabas de sentenciar tu pobreza- anunció, a lo que yo solté una risa, era inevitable.

-Tendre que trabajar el doble si lo haces y no pasare en la casa.

-Tu no necesitas trabajar para no pasar en la casa.