𝑀𝒶𝓁𝒹𝒾𝓉𝑜 𝒸𝑒𝓁𝑜 ✩ 𝒮𝒶𝓈𝓊𝓃𝒶𝓇𝓊 ①

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Tener a su omega en celo le alteraba hasta el manejo de sus feromonas, pero al no ser su ciclo de calor, Sasuke solo entraba en un corto celo que se calmaba después de anudar, lo cual era algo positivo, ya que al menos había alguien consiente y responsable de que hiciera que ambos cubrieran sus necesidades básicas como comer y beber agua, o bueno, al menos intentarlo. Como ahora.

—Naruto...por favor, suéltame.—Dijo ya cansado el azabache, llevaban fácil cuarenta minutos en esta situación.

Habían despertado unas horas después de haber tenido relaciones, el portador del Sharingan fue quien despertó primero, y pudo escuchar como el estómago de Naruto literalmente estaba rugiendo del hambre, por lo que Sasuke decidió que cocinaría algo para ambos, así que tomó unos pantalones y se dirigió a la cocina.

Pero minutos después, el ojo azul se percató de su ausencia en la cama, y comenzó a llorar.

El pelinegro le gritó su ubicación y la razón por la que estaba en la cocina para que el Omega no se preocupara, pero lo único que recibió como respuesta fue a un Naruto saltando sobre él y aferrándose como koala.

Así es como llegaron a esta situación en la que Naruto no le permite cocinar correctamente a Sasuke.

—¿Alfa no me quiere?—Las lágrimas volvían a inundar el rostro del rubio.

—Alfa te ama, pero necesita que lo sientes para poder cocinar y que comas.—Intento consolarle el azabache con la poca paciencia que le quedaba.

—¡No! ¡Alfa no quiere estar dentro de mi! ¡Alfa no me ama!—Gritaba Naruto con resentimiento.—Alfa no quiere hacerlo conmigo.—Lloriqueaba.

Para cualquiera que viera esta situación le parecería completamente extraño e incluso gracioso, Sasuke Uchiha estaba consolando con palabras dulces a un Omega en celo. Naruto Uzumaki estaba lloriqueando por recibir amor de un Alfa. Ambos eran personas sumamente orgullosas, lo que solo aumentaba la extrañes de su actitud en estos momentos.

En fin, lo que el amor te hace hacer.

Sasuke solo atinó a suspirar, cuidar a un Omega en celo, no era nada fácil.

Claro que Sasuke conocía a la perfección de la terquedad del menor, pero no de este modo.

Lo qué pasa es que el Uchiha nunca había cuidado a Naruto en este estado, los celos en los que habían estado juntos, había coincidido en Sasuke también estaba en su ciclo de calor, por lo que la habían pasado como conejos en primavera.

Ahora le tocó cuidar de un Omega rubio sumamente sensible, dramático y terco.

Para intentar calmar a Naruto, el pelinegro comenzó a lamer su marca, aquella mordida que había hecho algunos años atrás, cuando eran preadolescentes. La misma que Naruto ocultaba a diario. A el Uchiha ciertamente eso le molestaba (a montones), era la marca que había hecho en Naruto para que el Universo supiera que ese Omega tenía Alfa, que ese Omega le pertenecía a Sasuke Uchiha y viceversa (es un maldito posesivo y no tolera la idea de que alguien se acerque a Naruto) .

El rubio paró de llorar, la estimulación en su marca le calmaba. Pero. Naruto estaba en celo. La estimulación en la mordida no solo lo reconfortaba, también le hacía sentir mayor necesidad y excitación por su Alfa.

—Alfa...—Dijo en casi un ruego para que Sasuke hiciera más, pero el azabache trató de comportarse responsablemente y dedicarse a cocinar para que puedan alimentarse correctamente, después podrían tener más sexo.

Logro despegar a Naruto de su cuerpo y lo dejó sentado en la mesa que se encontraba en el centro de la cocina.

—Quédate tranquilo aquí, cocinaré algo para que comas.—Habló el Uchiha a lo que recibió como respuesta un puchero de insatisfacción. El azabache simplemente se regresó a su tarea de cocinar.