Capítulo I

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8:30 a.m.

Alguna vez han experimentado ese terrible dolor de cabeza cuando despiertan, esas ganas inevitables de correr al inodoro y vomitar, el arrepentimiento de haberlo hecho y la tan conocida frase de...

-No vuelvo a tomar una gota de alcohol en mi vida.

Pues eso lo estaba sintiendo Lilith, quien el día anterior había salido a festejar uno de sus tantos negocios.

-¡Dios! Mi cabeza me va a explotar.

*Ring* *Ring*

El celular de Lilith no paraba de sonar.

-Quién carajos me esta marcando.

*Ring* *Ri...*

Buscó su celular por toda su cama, hasta que logró verlo tirado en el piso a un lado de su cama, con todo el desgaste que producía una resaca, intentó alcanzarlo sin tener que levantarse.

-Maldita sea.

No lograba hacerlo, y el sonido la estaba poniendo de peor humor.

Se estiró un poco más y un fuerte ruido se escuchó.

-Auch.

Cayó de la cama al intentó de tomar su celular.

Sin entusiasmo atendió la llamada.

-Quien quiera que seas estás despedido.

Mencionó sin siquiera ver el nombre de la persona que llamaba.

- Yo no soy uno de tus trabajadores, Montenegro.

-Ay mamá, eres tú, yo lo siento creí que...

-Creíste nada, no me vuelvas a contestar de ese modo.

-Sí, sí, lo siento.

-Tu padre ha organizado una cena con la Familia Altamirano.

-¿Qué? Madre, papá se siente bien.

-Ha considerado que es momento de terminar con esa rivalidad.

Los Montenegro y Altamirano nunca se han llevado bien, ha pesar de ser las familias más prestigiosas, sus respectivos integrantes no se agradan en absoluto.

-No estoy de acuerdo.

-Lilith, tu padre y Carlos ya se han puesto de acuerdo y yo sinceramente creo que es bueno que esta absurda rivalidad terminé.

-No es absurda, quieres que te recuerde las veces que han saboteado mis proyectos.

-No se discute Lilith, la cena será hoy por la noche, se puntual, te amo hija.

No dio tiempo ha que Lilith respondiera, la llamada se corto.

2:00 p.m.

Ganar y sentir esa emoción cada que sucede ha sido lo que mantiene a Nicole haciendo lo que ama.

-Muchas Felicidades.

-Gracias, Sarah.

Sarah, era la mejor amiga de Nicole, una joven morena, alta y delgada. La cual trabaja en el bufete de los Altamirano.

-Realmente debo aceptar que este caso me ha costado muchos desvelos.

-Pero una vez más, has hecho justicia y has dado un poco de paz a esa familia.

-Es lo que mejor me hace sentir y...

*Ring*

-Discúlpame Sarah, es mi padre.

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