Capítulo II

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La tensión se sentía en el aire ambas familias se encontraban frente a frente.

-Buenas noches.

Habló Carlos Altamirano, una voz fuerte y seria, tal y como él lo es, un hombre moreno oscuro, pero bastante atractivo con cabello oscuro y ojos de cazador, 1.80 de altura, de 50 años y un traje con corbata totalmente negro. Su mujer y dos de sus hijos lo imitaron.

Blanca, la esposa de Carlos, una mujer blanca, con cabello castaño, bastante elegante con un vestido por debajo de sus rodillas color azul marino que la hacía lucir bastante hermosa.

Jessica, la hija mayor de los Altamirano, que a pesar de ser la primera hederera no quiso ese trono, pues ser abogada nunca fue de su agrado, estudió medicina y por supuesto fundó su propio hospital, el cual es de los mejores, una mujer de 32 años, blanca, con ojos negros, 1.63 de altura.

Jason, el segundo de los hermanos Altamirano, un hombre de 27 años, tez moreno claro, cabello negro y con un cuerpo bastante atractivo, 1.84 de altura,  tal y como a su hermana mayor tampoco le agradaba la idea de seguir los pasos de sus padres, a él le gusta el deporte y decidió ser futbolista profesional, en lo cual es bastante bueno.

-Sé perfectamente que ya nos conocemos, pero creo que lo mejor es comenzar desde el principio. Elijah Montenegro.

Su familia lo imitó, los hermanos más a fuerzas que de ganas sobre todo la mayor.

-Nadia Montenegro.

-Daniel Montenegro.

-Lilith Montenegro, bienvenidos siéntanse en su casa.

El sarcasmo en sus palabras rápidamente fue notado por sus padres que se lo reprocharon con la mirada.

Los Altamirano decidieron hacer lo mismo, los mayores dejando pasar lo de Lilith, pero a sus hijos eso ya les había molestado, tampoco estaban contentos con esa reunión.

-Carlos Altamirano.

-Blanca Altamirano.

-Jessica Altamirano.

Esta enfocó su vista en Lilith y con hipocresía estrechó su mano.

Lilith le devolvió una hipócrita sonrisa.

-Jason Altamirano, un honor para ustedes que puedan conocerme.

Miro a los hermanos Montenegro con superioridad.

-Jason.

Le llamo la atención su padre.

-El honor es para ti, pisar el piso de los Montenegro no lo puede hacer cualquiera.

Respondió con el mismo tono el menor de los Montenegro.

-Ya Daniel.

Lo regañó su madre.

-Sé que es complicado pero espero que hoy se solucione este problema.

Habló Carlos, mientras miraba a Elijah y Nadia.

-Espero, lo mismo, por favor pasen a sentarse.

Elijah los dirigió hacía la sala de estar principal.

-Si no mal recuerdo, tienen otra hija ¿no?

Dijo Nadia, mientras los invitaba a tomar asiento.

-Así es, una disculpa ante su retraso solo que le ha surgido un problema.

-No se preocupen, es la menor verdad.

Se adentro en la conversación Elijah.

-Sí, la pequeña de nuestra familia.

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