Capítulo VII

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Había pasado más de una hora, Nicole conocía las intenciones de Noah desde hace tiempo, era un hombre atractivo y a su mente vino que tal vez él lograría quitar de su mente a la castaña que no paraba de mirarla, no lo veía pero podía sentir la penetrante mirada de la empresaria mientras ella bailaba muy pegada a Noah.

-Me gustas Nicole...

Se acercó a sus labios, y con su mano la pegó más a él. Pero no se sentía como cuando Lilith lo había hecho, ese cuerpo corpulento no era el detallo, delgado, fuerte y hermoso cuerpo de la empresaria, esa cara no tenía esos labios rojos que la atormentaban.

Noah se acercó aún más a sus labios, logrando que estos se rozaran.

-Dame una oportunidad, preciosa.

Y sin más la besó, Nicole correspondió al instante, a pesar de todo no podía negar que Noah era guapo, pero saber que la castaña la miraba fue lo que la excito.

-Se comen a tu mujer en tu cara,  florecita.

-Cállate imbecil, ya quisiera, esa, poder decir que es mía.

-Conmigo no mientas Lilith, se ha vuelto tu capricho ¿no?

Era más que un capricho, pero Lilith ni a ella misma, ni a nadie se lo aceptaría.

-Quiero jugar un rato con ella... y con su hermana.

Lucas se rió sorprendido, eso no se imaginó pues creyó por un instante que su amiga sentía algo más por la menor de los Altamirano.

-Vaya, ¿con las dos?

Lilith tenía un coraje interno que no podía describir, no sabía porque le molesta tanto mirar a Nicole ser besada por otro, pero Jessica le ayudaría a hacer pagar a la morena por esto.

-Será divertido.

Sonrió Lilith, mientras hacía una seña al mesero para que se acercará.

-¿En qué puedo servirle, señora?

-Llévale la mejor botella del lugar, a la hermosa mujer de allá.

Señaló a Jessica.

-Y por supuesto, hazle saber que es de mi parte.

-Enseguida.

El mesero atendió de inmediato la orden.

-¿Qué planeas?

-Jess, es una presa más fácil.

Unos minutos después, miró como Jessica recibía la botella y de inmediato buscaba la mirada de la empresaria quien ya la estaba observando.

Jessica movió su cabeza con burla mientras miraba a Lilith quien sólo le dió su mejor sonrisa.

Lilith miró como la doctora le decía algo a sus amigos, tomaba la botella con sus manos y se dirigía a la Montenegro.

-Es un bizcocho.

Susurro Lucas mientras la mirada caminar hacia su dirección.

-Lo es...

Dijo Lilith justo antes de que la doctora se pusiera frente a ellos. Imaginando por un instante que era la morena.

-Gracias, señora Montenegro.

-Un placer, madame.

Jessica rió ante ese apodo.

Lilith se puso de pie.

-Permiteme presentarte a Lucas, mi socio y dueño de este lugarsucho.

-¡Oye! Más respeto hacia mi adquisición.

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