D I E C I S É I S

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𝖌 𝖊 𝖓 𝖊 𝖘 𝖎 𝖘 𝖕𝖙

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𝖌 𝖊 𝖓 𝖊 𝖘 𝖎 𝖘 𝖕𝖙. 𝖚 𝖓 𝖔

Como se había trazado en el plan previo, los siete Eventos finalmente alcanzaron una parte crucial de su objetivo: converger en el mismo punto del tiempo y espacio, en la misma dimensión. Conscientes de sus fallos anteriores, procedieron con cautela al materializarse en formas físicas específicas; esta vez no podían permitirse errores. Para evitarlos, se separaron justo después de aterrizar en la línea temporal acordada, apenas segundos antes de encarnar en un cuerpo. Aunque esta estrategia era desafiante, pues la fuerza gravitacional ejercía su dominio, haciéndoles perder el control de su consciencia.

Con cada uno distribuido en su lugar designado, solo quedaba aguardar el momento fijado para el encuentro cara a cara. Sin embargo, esta espera también implicaba una dificultad adicional. A pesar del anhelo de conexión que todos compartían, la incertidumbre reinaba, pues aunque habían convergido en la misma dimensión, desconocían cuándo ni cómo se encontrarían.

Cada individuo se encontraba ahora en un rincón particular del globo terráqueo, una especie de suerte distorsionada que les había lanzado a puntos tan distantes entre sí. La situación se presentaba como un desafío monumental para la realización de sus planes. Con tantos kilómetros de separación entre ellos, la perspectiva de encontrarse cara a cara se desvanecía en la vastedad del espacio. Esta dispersión geográfica añadía una capa adicional de complejidad: nadie tenía certeza de dónde habían aterrizado los demás.

En este punto, todos eran como piezas de un rompecabezas desperdigadas por el mundo, cada uno con un nombre asignado y una palabra clave como única referencia. La incertidumbre se cernía sobre ellos, convirtiéndolos en completos desconocidos entre sí.

En el tumulto de sus pensamientos, Primer Evento, o Azul para los íntimos, rememoraba constantemente las enigmáticas palabras de Adem. No importaba cuánto tiempo pasara, esas palabras resonaban en su mente como un eco persistente, tejiendo una intriga que envolvía cada uno de los sucesos que marcaron su vida desde el principio.

La frase de Adem era como un enigma sin resolver, una pieza crucial en el rompecabezas de su existencia. ¿Qué significaba exactamente? ¿Acaso era una clave para entender su propósito en este intrincado tejido de eventos?

Azul, ahora una joven de veinticinco años, había dedicado toda su vida a desentrañar el misterio de esas palabras. Cada día, mientras el Sol ascendía y se ocultaba, ella reflexionaba sobre su significado, buscando pistas en los recuerdos de su pasado.

Mientras tanto, en algún rincón del mundo, Emir y Adem seguían su propio camino, inconscientes de que compartían el mismo destino geográfico. Aunque estaban separados por la distancia, el lazo de su misión y el anhelo de reunirse los mantenía unidos en pensamiento.

Juntos, Emir y Adem compartían la misma esperanza: el deseo ferviente de que algún día sus caminos se cruzaran de nuevo. Sin embargo, esa esperanza estaba entrelazada con la incertidumbre de cómo lograrían ese encuentro.

GÉNESIS © 『𝙀𝙙𝙞𝙩𝙖𝙣𝙙𝙤』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora