[XI] LOS BORRACHOS SIEMPRE DICEN LA VERDAD.

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—Y... ¿Qué tal te ha parecido todo?

Jinyoung y Hyunjin se encontraban en una tienda de juegos llevando a cabo su cita. El mayor había escuchado del rubio cuánto le gustaban estos lugares, así que se dedicó a complacerlo. Si era sincero, preferiría una cita en alguna cafetería, en dónde pudiese conocer bien a su compañante, pero la sonrisa alegre de Hyunjin era más que suficiente para disfrutar todo.

—Me ha parecido todo genial, hyung. La he pasado bien contigo —respondió Hyunjin con una sonrisa sincera en su rostro.

Y es que la cita había sido por completo de su agrado. Se estaba divirtiendo y Jinyoung era una gran compañía. A pesar de todo eso, no terminaba de sentir química alguna con el mayor, y se sentía desanimado por eso. Quería darle la oportunidad a Jinyoung, y dársela a si mismo, pero no lo lograba.

En el transcurso de la cita, el recuerdo de Jeongin y sus mejores momentos como amigos habían azotado su mente. Cuando salían y disfrutaban en estos mismos lugares. Sintiéndose como un infiel al hacer esto con alguien más, pero se reprochaba a si mismo por el tonto sentir.

Él y Jeongin no eran nada, y por supuesto que no estaba haciendo nada malo.

—Me siento muy feliz por ello, pequeño. Estaba ansioso por hacer de nuestra cita lo más agradable para ti —habló Jinyoung, sonriendo de manera dulce.

Las mejillas de Hyunjin se calentaron, y desvió su mirada a otro lado para que el mayor no viese la sonrisa tonta en su rostro.

Le gustaba la manera tan bonita con la que Jinyoung lo trataba, pero más allá de sonrojos y sonrisas, su corazón no latía de forma apresurada. Más bien, se sentía en calma, y no estaban esas traviesas mariposas que revoloteaban en su estómago como cuando miraba esos ojos chocolates que tenían un universo entero en ellos.

¿Por qué no fue Jinyoung en vez de Jeongin? ¿Era necesario sufrir?

—Espero que con esta cita, puedas darme una respuesta, Jinnie —dijo el chico, luego de un rato de caminar en silencio—. Ya sabes, si deseas o no estar conmigo...

Hyunjin mordió su labio, pensando mejor sus opciones y abrió la boca para responder, más todo acto fue bloqueado cuando su celular sonó con aquella dulce canción de Justin Bieber que solo tenía alguien.

Nothing Like Us era sinónimo de Jeongin.

—Uh, déjame contestar... —habló apenado—. Será rápido, lo juro.

Jinyoung movió su mano, restándole importancia, —Tómate tu tiempo. No te preocupes.

Asintió un par de veces, y se alejó de Jinyoung para atender la llamada.

—¿Inn—

—¡Tardaste muuuuuchoooooo!

Arrugó su frente confundido, —¿Estás bien?

Ño. Innie eshhta solito. Innie extraña a HyunHyun. ¿Por qué HyunHyun no está con Innie?

Ok, esto ya estaba más que claro. Los años de amistad le dieron la suficiente información como para saber que Jeongin era ebrio hasta la médula.

—Jeongin, son las... —miró su reloj—. Cuatro de la tarde, ¿Por qué estás tan borracho? Tus padres van a matarte.

—¡No me regañes! ¡Malo, malo, maaaaaloooo! No te quiero —se quejó el menor de ambos con voz mimosa, casi como un bebé. Hyunjin rodó los ojos, y giró hasta Jinyoung, haciéndole señas de que esperara un poco más—. Mi mami tiene turno y mi papi nunca está aquí. ¿Ves? Innie está solito.

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