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YA ES MUY TARDE JEONGIN.

FINAL ALTERNATIVO

El otoño no era de las estaciones favoritas de Jeongin. Para él, el otoño era de las estaciones más tristes del año; los árboles pierden sus frondosas hojas, y estas quedan sin vida en el suelo de la gran ciudad, además de que hacía frío y todo parecía estar con aquella aura desanimada.

Sin embargo, aquel otoño lo acompañaba en la tristeza que siempre albergaba su alma entera, consumiéndolo día con día y haciendo de él un cuerpo que solo estaba por estar.

Pero a Hyunjin le gustaba el otoño, siendo esa su estación favorita del año. Incluso más que el invierno. Jeongin sabía eso, y muchas otras cosas más del mayor. Siendo amigos de toda la vida, era imposible no tener conocimiento de esos pequeños datos.

Por eso había escogido aquellas fechas para llevar a cabo su gran boda en un precioso bosque de Corea; en dónde la mayoría de los árboles estaban pintados de distintos marrones, dando aquel aspecto elegante que tanto encantaba a Hyunjin.

La ceremonia se iba a llevar a cabo en el corazón del bosque, mientras que para la fiesta había sido alquilada una bonita cabaña con muchísimo espacio para que entraran las más de cien personas invitadas al evento. Y, como el lugar estaba un poco apartado de la civilización, habían otras pequeñas cabañas para que los invitados se quedasen sin problema alguno.

Era algo de clase alta, no había duda de ello. Además de que no sería cualquier boda, siendo Hyunjin uno de los escritores más populares y reconocidos de los últimos tiempos, y Jinyoung, el actor que había cautivado la pantalla coreana y ganado el corazón de centenares de personas.

Jeongin suspiró el aire frío, dejando escapar una estela de vapor de su boca. Se encontraba algo apartado del lugar, ya listo con un costoso traje hecho a la medida, y preparado para algo en lo que no quería participar.

Pero Hyunjin le había pedido ser su padrino de bodas, y cómo decirle que no cuando sus ojitos brillaron ilusionados por la idea.

—Jodido Hyunjin y su gusto por este clima de mierda.

Jeongin giró para encontrarse a Chan caminar hasta él, pasando sus manos por sus brazos en busca de algo de calor. Una vez estuvo a su lado, sacó de su bolsillo una cajetilla de cigarros y le ofreció uno a Jeongin, quien lo aceptó sin problema alguno, siendo este un hábito que había adquirido en poco tiempo.

—Está quedando bonito el lugar, pero el frío está algo insoportable —comentó Chan, expulsando todo el humo del cigarro.

—A Hyunjin le gusta así, y siempre le ha hecho ilusión casarse en otoño.

Chan miró de reojo a Jeongin, mirándolo fumar sin ningún tipo de expresión en el rostro, como si no tuviese vida, como si la hubiese perdido hace años. Sabía que su dongsaeng no era el mismo de joven, y también sabía el porqué de eso, pero no había nada que hacer, no ahora.

—Deberías de sonreír un poco más. Eres el padrino de bodas de Hyunjin y su mejor amigo de años, al menos finge que te emocionas por él aún cuando no sea así —comentó el mayor sin ánimos de lastimar a Jeongin.

Jeongin botó el humo por la nariz y chasqueó la lengua, —No se me da bien fingir, para eso ya está Jinyoung que es un gran actor, ¿No? Además, Hyunjin no me está viendo, así que puedo ser yo por unos momentos.

Chan dió una última calada a su cigarrillo y lo tiró al suelo, pisándolo para apagarlo. Se giró, dispuesto a irse, pero colocó una mano sobre el hombro de Jeongin, —Si te pudiese dar un último consejo, sería el que no le dijeses nada a Hyunjin y fingieras el estar feliz por él. Se lo debes y lo sabes, por toda la mierda que le hiciste sufrir. Así que cambia esa cara y hazle creer a los demás que estás que te cagas de la felicidad por la boda de tu amigo y luego, cuando estés en la soledad de tu casa, llora por lo que pudo ser tuyo y lo perdiste.