CAPÍTULO XVII

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Un mes después.

Hyunjin llegó corriendo a la casa de Jeongin, todo agitado y nervioso. Tocó la puerta con desesperación, sin importarle que sus padres despertaran. Cuando la puerta se abrió, sin querer terminó golpeando a Jeongin en la nariz.

—¡AGH! ¡¿Qué haces, imbécil?! ¡Me acabas de romper el tabique, o cómo sea que se llame esa cosa! —gruñía sobándose el hueso.

—¡Jeongin! —exclamó Hyunjin, pegando brincos, ansioso. —¡¿Por qué no estás vestido?!

Jeongin, que seguía tratando de colocar su nariz en dónde iba, le miró con el ceño fruncido.

—¿Vestido para qué?

—¡Hoy es lunes, empezamos clases!

Jeongin parpadeó y se quedó mirando al cielo, completamente desubicado.

—¿Hoy es lunes?

Hyunjin se palmeó la frente y tiró a Jeongin adentro, ignorando cualquier comentario mordaz que hizo HyunSuk por, según él, "despertarlo tan temprano sólo por tener un calentón", llevó a Jeongin hasta su habitación.

—¡Vístete! Yo buscaré tus cosas —Dicho ésto, comenzó a revisar las cajas que estaban dentro del armario de Jeongin, sabiendo que el menor guardaba las libretas y demás en lo más oculto de su clóset cada vez que salían de vacaciones. Cómo si deshaciéndose de ellas no volverían a tener más clases.

Cuando consiguió una libreta que estaba casi, casi en buen estado, se giró tras tomar el lápiz y bolso de Jeongin. El muy idiota seguía parado con una expresión confundida, mirando a Hyunjin con los ojos desenfocados.

—¿Qué diablos estás esperando? ¿Acaso quieres que te vista yo también? —refunfuñó Hyunjin guardando todo en el bolso.

—Es que yo pensaba que hoy era sábado —dijo con un puchero, antes de dar un bostezo y acostarse lentamente en su cama. —No quiero ir a la uni. Que te diviertas —murmuró tapándose con una cobija, misma que fue arrebatada por Hyunjin rápidamente.

—¡Estás demente si piensas que voy a ir solo! ¡Si el barco se hunde, nos comerán los tiburones a los dos!

Jeongin aumentó su puchero y se abrazó a sí mismo, como diciéndole a Hyunjin "no necesito la estúpida manta para seguir durmiendo, crédulo". Hyunjin emitió un ruidito desesperado antes de jalar la pierna de Jeongin para intentar sacarlo de la cama. Lo cuál hubiera resultado si el chico no se hubiese aferrado al copete para evitarlo.

—¡Jeongin, por el amor al cielo, deja de ser un jodido niño! —exigió jalando con más fuerza su pierna.

—¡Noo! ¡No quiero seguir jugando a la escuela! —lloriqueó aferrándose con más fuerzas al respaldo— ¡ME ARRANCAS LA PIERNA, HYUNJIN!

—¡Entonces deja de hacer tanta aversión y saca tu trasero de la estúpida cama!

—¡Jódete!

—¡¿Se puede saber qué espera Jeongin para levantarse?! —gritó Félix al patear la puerta, irrumpiendo en la habitación— ¡Llevamos media hora esperándolos en la esquina!

—Un señor se nos acercó a preguntarnos cuánto cobraba Soobin —rió Minho.

El chico le pegó un codazo, avergonzado. —No es gracioso, ¡yo no tengo cara de puta!

—Yo lo único que sé es que nos veíamos bien divinos en esa esquina —dijo Yeonjun chasqueando los dedos y batiendo su cabello imaginario por sobre su hombro.

Chan lo miró un par de segundos antes de girar hacia Soobin. —¿De verdad te dejas dominar por... eso? —Soobin se sonrojó furiosamente.

—No voy a hablar de mi vida sexual —masculló.

Estrechez ❁ HyunInDonde viven las historias. Descúbrelo ahora