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26 de diciembre 2022

—Me pregunto de dónde sacó mi esposa esta maravillosa idea —ironiza Maxwell caminando detrás de mí.

Ahogo una risa en mi garganta mientras avanzo por el camino cubierto de nieve, los copos siguen cayendo, pero más leve ahora que ha caído la tarde, probablemente en la noche comience a nevar con fuerza nuevamente.

—Dijiste que harías cualquier cosa.

—Cualquier cosa que no congele tu lindo trasero, mi vida, me expresé mal —Me carcajeo tirando de su mano por el sendero que finalmente comienza a hacerse visible —. ¿Dónde estamos?

—¿No recuerdas este lugar?

—¿Debería? —revira mientras mira alrededor.

En esta parte de Lansville los árboles se inclinan todos juntos hacia el centro como si formaran una especie de cueva y no estoy segura hace cuánto tiempo, pero colocaron una banca allí.

La inclinación de los árboles hace que la nieve no caiga en la banca por lo que la única cosa que lo cubre ahora son las hojas que caen de esos mismos árboles en diferentes estaciones.

—Aquí fue donde descubrimos que estaríamos comprometidos —Su ceño se frunce cuando lo miro y avanzo para sentarme.

—¿Fue aquí? Se ve... distinto.

—Era verano esa vez, la nieve ha cubierto mucho ahora —Maxwell frunce sus labios, pero se encoge de hombros acercándose para sentarse a mi lado, me estremezco ante la frialdad del no tan pequeño escondite.

—Sé que fue en una banca y tu madre te envió ese mensaje por error.

—Fue aquí —afirmo cruzando los brazos sobre mi pecho, muerdo mi labio inferior para evitar el castañeo de mis dientes y el temblor de mis labios ante la ventisca fría.

Lansville se caracteriza por tener estaciones intensas, en verano el calor es casi insoportable y el invierno es igual con el frío.

—Bien ¿Qué hacemos aquí? —Me encojo de hombros mientras Maxwell estira sus manos para cubrir mis orejas con mi gorro de lana y luego toma mis manos para cubrirla con las suyas a pesar de que ambos llevamos guantes.

—Nada, solo quería que volviéramos a estar juntos aquí, se sentía como nuestro lugar en ese entonces y nunca volvimos juntos —Sus ojos grisáceos se oscurecen con culpa y yo suspiro.

No me interesa que se sienta culpable o que crea que él solo tiene que remediar algo, se supone que somos dos en este matrimonio y yo tampoco hice mucho, solo asumí que él tenía sus razones para alejarse, solo que se supone que estas tenían que ver conmigo.

En general, no debería habernos sucedido esto, he visto a mis padres separarse y volver varias veces justamente por la falta de comunicación, al menos en esa parte debería haber aprendido de sus errores.

El muérdago que nos unió ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora