30 de diciembre 2022
Patinar no es de mis actividades favoritas, así que aprieto con fuerza la mano de Maxwell mientras nos movemos sobre la pista en Lansville.
—Vas a pagarme esto, Max — Él se ríe girándose para patinar de espaldas mientras me observa de frente, sosteniéndome la mano porque patino más lento.
—Con mucho gusto, le exhorto a solicitar el método de pago que quiera.
—¿Por qué siento que eso suena a que estás ofreciendo tu cuerpo a cambio? —cuestiono entrecerrando los ojos y él se encoge de hombros.
—No me importaría pagar de esa forma, las deudas no me gustan, señora Densmore —Se detiene y yo me estrello contra su pecho cuando no tengo tiempo para detenerme, resoplo y su brazo rodea mi cintura.
—¿Ah no?
—No, mi esposa puede elegir el pago que quiera —resuelve encogiéndose de hombros, nos guía sobre la pista todavía sosteniéndome en su brazo —. ¿Entonces?
Me encojo de hombros rodeando los suyos con mis brazos mientras nos movemos hasta llegar al borde de la pista donde me sostengo de las barras.
—Me interesa ese método de pago, sí.
—Está disponible en cualquier momento que quiera que su deuda sea saldada —murmura inclinando su rostro hacia el mío, humedezco mis labios.
—¿Cualquier momento?
—Cualquier momento—afirma y yo lo sigo mirando, sus irises se oscurecen mientras me observa y yo le devuelvo la mirada sintiendo lo que se construye y no decimos.
La tensión que no podemos tocar, pero se siente en la piel, en los momentos que menos esperas; la manera en que la sangre corre vertiginosa haciendo cosquillas como si nos tocáramos con la mirada.
Hace cuatro días que estamos en Lansville, no hemos hecho mucho fuera debido a la nieve así que hemos usado el tiempo para ver películas, hacer galletas que quedan duras y saben extrañas; pasamos tiempo acariciando a muérdago, saludamos a sus hermanos de lejos y nos quedamos besándonos y hablando en la cama más tiempo del que jamás lo haríamos en otros días.
A pesar de que ya pasó navidad Max me ofreció decorar el árbol que está en la casa, pero le dije que podemos hacerlo el próximo año, no tengo ningún problema con habernos saltado esa parte.
—¿Cansada?
—Hace mucho frío ¿regresamos? —Max asiente presionando un beso sobre mi nariz y hacemos justamente eso.
Mientras caminamos de regreso sopeso nuestra relación en los días anteriores, de alguna u otra forma Max se las ingenia para hacer que todo se quede en una inocencia que ya no tenemos.
En cuánto entramos saludo a muérdago acariciando su cuello antes de pasar directo a la habitación para deshacerme de las capas de ropa cuando la calefacción hace que ya no las necesite.
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El muérdago que nos unió ✓
Romance🎄 | Un matrimonio dificil, un desastre en navidad y una solución... el muérdago que nos unió. *** Especial navidad 2023. Carlie Leblanc