Ciertuddlo

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Un guardia de edad mayor, tomó la pequeña cajita de color morado con un listón rojo, examinandola.
—¿Qué es esto?— Preguntó.

—De la administración, es un pequeño reconocimiento por sus años de servicio— Mintió Noddle, esperando que el hombre le creyera.

—Pero apenas llevo aquí un año— Dijo el guardia, dudando de la palabra de la niña y probablemente del chico a su lado.

—Y.. Es por eso que solo es un chocolate— Dijo Kaleth, un poco nervioso.

—Bueno.. Se los agradezco—  El hombre cerró la ventanilla.

Kaleth y Noddle regresaron a donde Wonka estaba, este los felicitó por su trabajo.
—Y.. ¿Ese chocolate que hace?— Preguntó Noddle.

—Se llama "La gran noche", un chocolate que imita perfectamente una noche de fiesta.
La capa exterior en una cubierta de champaña, la siguiente es vino blanco, seguida de tinto; es cuando empiezan a cantar y bailar.— Wonka les decía, mientras los tres miraban al guarida bailar y delirar.
—Con la capa envinada con Wiski se pondrá en sentimental—

—¡Es la única mujer a la he amado!— El guardia gritó.

—Y puede que haga una tontería..—
Wonia agregó.

—Ah, la llamaré— El guardia tomó el teléfono, marcó en los pequeños botones el número y el teléfono vibró.
—¿Wendy?¡Soy Basil! Solo quiero decirte que siempre te he amado— El hombre se confesaba, ebrio por un solo chocolate.
Las tres personas solo veían y oían el como la mujer lo rechazaba de nuevo.

—Necesitamos darle uno de esos a Fregoso— Dijo Noddle, observando asombrada el gran efecto que los chocolates de Wonka tenían en las personas.

—Ni toda la leche de jirafa de mundo alcanzaría para ablandarle el corazón a esa mujer— Exclamó Kaleth, mirado a Noddle con sarcasmo y escuchó una pequeña risita a su lado, proviniente de Wonka.

Después de todo un show romántico, el guardia se quedó dormido en su asiento, permitiendole a los tres intrusos pasar dentro del zoológico.
Caminaban por el lugar observando a los animales, detallando si no había una jirafa por ahí.

—¿Por qué no se van volando?— Preguntó Noddle, mientras pasaban caminando por el habitad de los rosas flamencos parados en un pequeño estanque.

—No lo sé, tal vez no se les ha
ocurrido— Dijo Wonka, sosteniendo una pequeña lámpara.

—¿En serio?— Preguntó Kaleth, sorprendido por la poca inteligencia de esos animales.

—Sí, es la cosa con los flamencos, necesitan que les enseñen que
hacer— Exclamó el chocolatero.

El trio llegó a el cautiverio, leían las puertas para ver en cuál habitaba la jirafa, bueno, Kaleth y Noddle leían, Wonka tal vez...

—¡Ah!, ¡Jirafa!— Wonka vió un letrero y se acercó para abrir la puerta metálica la puerta metálica.
Kaleth lo escuchó, volteó pero se dió cuenta lo que en verdad decía el cartel; "Pantera Negra".
—¡Wonka!, ¡Ahí no dice Jirafa!— Gritó Kaleth, tratando de advertirle.

Wonka abrió la puerta, una pantera, que estaba sentada en un roca, miró la resplandeciente luz de la lámpara que el joven llevaba en su manos,
evidentemente eso lo molestó, corrió hacia Wonka tratando de atacarlo.
Este dió un gritó al ver al animal correr hacia él, pero cuándo estaba apunto de llegarle, alguien cerró la puerta de golpe, recibiendo solo un ruido de algo chocar contra el metal de la puerta.

—En serio, tienes que aprender a
leer— Exclamó Noddle, suspirando nerviosa después de haber cerrado la puerta.

—¿Por qué?— Wonka preguntó, ajeno a lo que casi le había pasado.

Chocolat Smile Donde viven las historias. Descúbrelo ahora