C(elos)hocolate

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El sol se asomaba por el horizonte del pueblo, anunciando un nuevo día, el día en el que un chocolatero saldrá para probar su suerte.

-Muy bien, este es el plan- Noddle extendía un plano de las alcantarillas sobre la mesa.
-Primero, Kaleth se quedará aquí para distraer a Fregoso en caso de que pase algo entre ella y Lejía.
Willy y yo estaremos enfrente a la fuente vendiendo los chocolates, en caso de que alguien llame a los oficiales, la señorita Bell estará en la operadora y Larry estará en uno de los callejones de la alcaldía para avisarnos cuándo la policía venga, por eso él y yo tendremos los Walkie Talkie.-
Tal vez la inteligencia de Noddle estaba muy subestimada. Señalaba en el mapa cada punto dónde el equipo estará.
-Cuándo los oficiales lleguen, Willy guardará el negocio en su.. ¿Sombrero?, y ambos caeremos a la alcantarilla, dónde Hortelia estará para ayudarnos a regresar aquí, por último Kaleth nos abrirá la puerta de atrás para entrar sin ser vistos por Fregoso.-

-Es un excelente plan, Noddle, Gracias- Wonka miraba a la niña, con gratitud en sus ojos.
Esta solo asintió y sonrío.

-Esperemos que el plan funcione- Hortelia habló, mientras veía los planos una vez más

-Funcionará- Agregó Kaleth, su mirada se dirigió a la regilla hasta la parte de arriba de la pared en la lavandería, observando una pequeña parte del sol salir.
-Deberían irse ya, Fregoso y Lejía se despertarán-

Noddle, Wonka y todos los demás salieron por la puerta trasera de la lavandería, mientras Kaleth se quedaba en la casa de Huéspedes.
Realmente estuvo aburrido por varias horas, sentado en el sofá de la habitación principal.

"Tal vez ya les llegó la hora"- Pensó Kaleth, hasta que escuchó el sonido de fuertes pasos sobre la vieja madera en el segundo piso.

-¡Noddle! ¡Kaleth!, ¿!Dónde se han metido, escuincles!?- Para la mala suerte del chico, Fregoso yacía levantada, mientras abría la puerta cada una de las habitaciones, buscándolos.

-¡Aquí!, ¡Señora Fregoso!- Kaleth llegó corriendo frente a ella, agitado por correr las escaleras.

-¿Y dónde están Noddle y los
demás?- La mujer le dió una fuerte mirada al chico, como desafiandolo a mentirle.

-Los demás... Ya están en la lavandería, y Noddle salió a recoger más ropa.- Kaleth miró hacia otro lado, evadiendo los ojos de Fregoso.

-Claro...- Fregoso no sonaba ni parecía convencida, pero tenía mejores cosas que hacer.
-Bueno, será mejor que te pongas a barrer la entrada, si no quieres dormir hoy en el armario.-

-¡Claro!.. Ahora voy- Kaleth se dió la vuelta, tomó la escoba recargada de la pared y salió de la habitación principal.
Se puso a barrer la entrada, con cada barrida una pequeña ola de polvo se levantaba.
-Ni siquiera sé por qué me ofrecí para distraer a esa bruja- Dijo para sí mismo.

. . .

Un chico de cabello rubio y ojos verdes, corría y se escabullia por los estrechos callejones de la avenida.
Con una sonrisa plasmada en su rostro mientras algunas personas lo perseguían detrás.
Aamon!, ¡vuelve aquí!-
Una voz algo chillona gritó.

El rubio aumentó la velocidad en sus piernas, sintiendo una brisa fresca.
Vió a un chico barriendo la entrada de una casa, vestido de una manera, "humilde" como su padre decía, no dudó en acercarsele.
-¡Ey!, ¡Tú!-

Kaleth escuchó eso y levantó la mirada, observando a un chico muy bien vestido, pero todo sudado.
Miró hacia los lados, revisando que sí en verdad le estaba hablando a él.
-¿Yo?- Preguntó señalándose a sí mismo.

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