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1935 - El Salvador, Departamento de Cuscatlán. - 


El sonido de la lluvia haciendo sonar las tejas suavemente ahora era lo común, desde hace cuatro días la lluvia no había mermado y el viento hizo que los animales prefirieran refugiarse en cualquier lugar mínimamente seco.

El territorio Salvadoreño estaba sufriendo la misma suerte que el resto de sus hermanos ya que desde Guatemala hasta Costa Rica estaban sufriendo de un temporal bastante insistente que dejaba de mal humor a los hermanos centroamericanos. 

- "Y las lluvias countinuaran¡ señores y señoras¡ Guarden las gallinas que esto sigue¡ "

Un gruñido fue la respuesta que recibio la radio de parte de El Salvador que se limpió el sudor de la frente mientras en su espacio corredor cortaba la poca leña seca que aún le quedaba en trozos más pequeños. 

- " Y ​​para variar¡ En la frontera de Nicaragua se cree que hace unos días hubo el impacto de un pequeño avión comercial¡ Asi que cuidado que no solo lluvia es lo que cae estos días¡ Sigan con nosotros en la YSKL"

La lluvia se calmo un poco por la tarde, dejando una espesa niebla bastante extraña para un país tropical pero gracias a que hubieron unos momentos de calma gran parte de sus animales salieron a sus extensos terrenos. 

Toda la tarde las gallinas revolotearon picando el suelo, algunas de sus cabras pastaron el monte mojado y varios de los perros aguacateros que rondaban su casa aprovecharon para perseguirse en el lodo. 

El Salvador aprovecho para ir a ver sus cosechas, se puso un sombrero de palma y un par de botas de hule junto con su corbo bien afilado por si se cruzaba algo en el camino.

Avanzo pocos metros antes de que uno de los tantos perros aguacateros que rondaban el monte lo empezara a seguir

El Salvador: Chucho quedate hay¡

Dio un par de pequeñas palmadas al pequeño animal de color café claro y le señalo varias veces a que fuera a jugar con los demas, incluso le lanzó un trozo de pan semita que llevaba en el bolsillo para que se fuera pero minutos después volvió moviendo su afelpada cola 

El Salvador: Chucho baboso....veni pues

Recorrieron mucho, y el salvadoreño corto ramas que estaban peligrosamente flojas por los caminos que transitaban trabajadores, se aseguro de quitar estorbos del camino y de recomponer algunos cercos que se habían roto mientras tenían el buen tiempo de su lado. 

Pero mientras amarraba algunos alambres a un cerco dañado el perro aguacatero se puso rígido y paro las orejas de golpe, comenzando a olisquear una parte del camino, el pequeño pais azul lo ignoró por varios minutos hasta que el perro empezó a ladrar ruidosamente al terreno. repleto de matas de maiz y frijol 

El Salvador: ¿Qué te agarra...?¡

El perro salio corriendo adentrándose en los sembradíos y el salvadoreño salio detrás de los apenas segundos después pero correr entre plantas tan altas hizo que fuera bastante mas despacio¡ y los ladridos aunque se alejaban llego un momento en que terminaron deteniéndose

El Salvador: Chucho¡ no vayas a morder a nadi-¡

El sonido lastimero de un perro al ser lastimado hizo estremecer al pequeño país azul que apresuro aun mas su paso aun acosta de perder su machete y dejar partes de la ropa prendida en algunos arbustos mal puestos 

El crujido de algo huyendo en dirección contraria llega a sus oídos y se mezclo con los lamentos del perro que se deshacía en dolor.  

Cuando llego con el pobre animal vio como una de sus patas estaba prácticamente partida en dos de una manera antinatural ya la vez como un pequeño camino torpe y apresurado de matas de maíz dobladas.

Cuidando a un SoviéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora