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Rusia no pudo tolerar por demasiado tiempo ver a sus hermanos y a el... agradable y dulce Salvadoreño de sutiles y firmes cader- 

Mierda...-¡ Contrólate ¡¡ 

Se torturo mentalmente hasta que pudo centrar de nuevo toda su atención en estar hastiado de ver a aquel horrendo y molesto animal ser mimado hasta el cansancio por todos sus acompañantes. La maldita criatura daba vueltas como un loco alrededor de ellos agitando su polvosa cola de un lado para otro sin dejarse atrapar por ninguno de los niños 

Altái: Ah...¡ No deja que lo toquemos¡ 

Tartaristán: "Chucho" a perdido la cabeza...genial- 

El Salvador: Nombre¡ solo esta muy feliz de vernos¡ ¿verdad que si mi am- HAY...¡ Chucho desgraciado¡ 

El country azul cometió el error de agacharse para ver al dulce y feliz animal, terminando por recibirlo de cara y terminar ambos en el suelo en un amasijo de extremidades y de lamidas juguetonas hacia las mejillas azules del Salvadoreño y una suave serie de risas de parte de este mismo

El Salvador: Apiate de mi¡ Chucho¡ bájese ¡  

Sajá-Yakutia: Se ah vuelto salvaje- 

La pequeña escena no duro nisiquiera diez miseros segundos, pues un par de rojizas manos se pusieron encima del peludo lomo de el perro aguacatero y lo apartaron a la fuerza de el Salvadoreño 

Rusia: Deja de perder el maldito tiempo con esa maldita cosa...¡ 

Altái: No es una maldita cosa, es chucho¡ 

Tartaristán: Se gano un lugar con nosotros¡ demostraste tu fuerza y valor¡

Tartaristán llevo su puño a su pecho y sonrió lleno de orgullo al ver al animal solo sacudirse el polvo después del empujón de Rusia. Los niños lograron atrapar al pequeño animal y lo levantaron entre Tartaristán y Altái

Sajá-Yakutia: No quisiera interrumpir su celebración, mucho menos importunar a el perro mas asombroso que eh conocido... Pero algo se acerca- 

Los demás voltearon a ver en la dirección a la que el enigmático niño de rostro celeste observaba con precisión, pero no podían ver mas que las altivas y imponentes montañas verdosas lejanas de Nicaragua 

Rusia: ... Larguémonos de aquí. 

El Soviético no confiaba en la palabra de nadie, mucho menos de uno de sus hermanos mas débiles pero conocía bien que uno de las pocas utilidades de Sajá era su fina y letal vista. 

Todos pusieron su atención en el boleto de salida frente a ellos , la imponente avioneta de aspecto pesado frente a ellos que se encontraba resguardada en un viejo almacén

Tartaristán: Tardaremos demasiado en sacar esa maldita cosa de ahi-¡ 

Sajá-Yakutia: La helice es demasiado grande para sacarla con el motor encendido. 

El Salvador: Háganse para atrás vichos ... -¡¡ 

Rusia tardo en obedecer, solo pudo quedarse quieto y escéptico mientras miraba a el country que consideraba el mas debil de los presentes arremangarse las mangas de su camisa y llevar ambas manos a el "borde de ataque" delantero de aquel enorme trozo de acero 

Cuidando a un SoviéticoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora