Capítulo 4: Reencuentro

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Ambos niños se encuentran cansados y hambrientos, su abuelo ha decidido dormir mucho más temprano que de costumbre, por lo que, se quedaron metidos en su biblioteca personal para leer todo lo que podían e informarse de lo que podría suceder en sus sueños. Daemon es quién les había avisado que ya era hora de cenar y, al verlos tan somnolientos, les mandó a lavarse el rostro. Ahora iban a la habitación más cercana, que era la de Luke y mientras los niños caminaban para subir las escaleras, escucharon una dulce voz femenina que llamó su atención. 

- ¿Te gustaron las fotos de los paisajes? - Pregunta Helaena en un tono bajo, en medio de una llamada que intenta mantener a escondidas. - Las tuyas fueron increíbles, la nieve se ve preciosa. - Usa un tono meloso, que hace que Aemond haga una mueca que le parece graciosa a Luke. - También te extraño, pero nos volveremos a ver cuando inicien las clases. - Ella tiene una sonrisa inconfundible y se sonroja antes de cortar la llamada. - Yo también te quiero, te hablo más tarde.

Cuando ella está por bajar las escaleras, los niños se esconden en un pasillo alterno con rapidez, para que su hermana no sepa nada sobre aquella intromisión, luego suben las escaleras en lo que parece una carrera y se quitan toda la pereza refrescando sus rostros. 

- ¿Con quién crees que esté hablando mi hermana? No nos ha dicho nada sobre salir con alguien. 

- Solo espero que tenga mejor suerte, no como en los sueños. - Responde Luke riendo, Aemond solo rueda los ojos.

- Iugh. 

Los niños vuelven al comedor para cenar por fin, donde todos están ayudando a servir la comida con un excelente humor. Baelon y Rhaenyra parecen hablar sin inconvenientes mientras toman todos los platos que necesitarán, por otro lado, están Daemon y Alicent que toman vino juntos con una genuina simpatía, mientras le ordenan a sus respectivos hijos ordenar la mesa. Aquello alegra a Aemond, siempre es agradable recordar que existe una realidad en la que pueden convivir sin querer asesinarse o traicionarse. 

- Por fin llegan los ratones de biblioteca. - Dice Baela bromeando. - Apresúrense, entre más rápido acabemos de comer, más rápido podremos jugar Mario Kart.

Todos se apresuraron a ordenar todo bajo aquella recompensa. La cena es ahora encabezada por los adultos, quienes comparten graciosas experiencias universitarias o sobre sus trabajos bajo la completa atención de sus hijos, concentrados en comer rápido para jugar juntos después. Aunque para un Aegon adolescente, no pasa desapercibido cómo su hermana le ignora para enviar mensajes por debajo de la mesa y si hay algo que él detesta, es que no le presten atención. 

Al fin y al cabo, uno tiene hermanos para que le molesten, piensa Aegon antes de decir. - Hermana, mejor sigue comiendo antes de contestarle tantos mensajes a Cregan, no se va a morir por unos minutos sin tus respuestas. 

Mientras la albina piensa en cómo devolvérsela a su hermano, decide no hacerlo, crearía un conflicto en aquella mesa; así que, solo puede mirarlo de manera amenazante.

- ¿Quién es "Cregan", cariño? - Pregunta Baelon, dejando pausada su conversación con Rhaenyra. 

- Un amigo de las clases de violonchelo, papá. - Responde intentando restarle importancia. 

Aegon quiere reírse, pero es Jace quién al estar frente a él, le da una ligera patada en la pantorrilla buscando que se detenga. Hace un puchero, sabiendo que es mejor hacerle caso o estará bastante molesto.

- No sabía que tocabas el violonchelo, Helaena. ¿Desde cuándo lo practicas? - Pregunta Nyra, queriendo alejar las tensiones de su avergonzada sobrina.

Sueños Compartidos - LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora