Capítulo 5: Reunión familiar

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Para Daeron y Joffrey estos días han sido sumamente divertidos, puesto que, sus mentes infantiles no se agobian con las preocupaciones que sus padres y hermanos mayores si tienen, por lo que, para ellos simplemente su abuelo ha estado descansando más tiempo de lo habitual y tiene que inyectarse más cosas. Si bien se preguntaron porqué el abuelo no estaría presente en el almuerzo de nuevo, Alicent fue muy rápida y empezó a hablarles sobre los peses que hay en el lago, en una zona bastante baja con un poco de vegetación alta y pececillos de color anaranjado. Con eso, convenció a los niños más pequeños para que vayan a esa parte del lago y ahora ella tendría la responsabilidad de cuidar tanto a su hijo como a los de Rhaenyra por unas horas, lo haría con gusto; ya que, entiende lo doloroso que es estar pasando por eso. Alicent ya les ha ordenado que vayan por su bañadores, que consigan algunos juguetes de playa que Joffrey por alguna razón empacó y que le pregunten a Luke y a Aemond si quieren ir con ellos. Mientras tanto, va hasta la habitación de Rhaenyra para tocar la puerta levemente, abre después de varios segundos y nota que se está limpiando las lágrimas. 

- ¿Ha sucedido algo? - Pregunta Alicent preocupada. 

Rhaenyra simplemente se lanza a sus brazos, no hay llantos ni sollozos, solo necesita el consuelo que su vieja amiga puede darle. Comparten aquel momento, los recuerdos de Alicent viajan sin su consentimiento hasta un pasado de hace casi veinte años, a esa adolescencia en la que descubrían nuevos sentimientos y ella aprendía a esconderlos. - Solo no quiero pensar en nada, Daemon y Baelon se están quedando con él. Ya le hemos dicho a los más grandes, pero no me creo capaz de decírselos a los pequeños. 

- Estás haciéndolo demasiado bien, no te presiones demasiado. - Le susurra en aquel abrazo. 

- Gracias, Alicent. - La albina se separa, para suspirar y pensar en lo tranquilizadora que ahora se ha vuelto su vieja amiga. Las cosas pudieron haber sido muy diferentes si sus actitudes actuales se hubieran presentado en el pasado, pero ya no vale la pena pensar de esa manera. - ¿Venías por alguna razón? Me pareció escuchar a nuestros hijos correteando y gritar. 

- Les dije que había peses en una parte del lago, ojalá sigan allí. Pensé que sería buena idea llevarlos y de paso, podría hacerme cargo de los más pequeños, para que puedas descansar. 

- La verdad es que preferiría acompañarte, me haría bien algo como salir de aquí. De paso, tenemos que hablar sobre, ya sabes. - Dice casi riendo al último.

Alicent entrecierra los ojos y ríe también. - Mierda, es sobre eso. Ya lo esperaba, me lo contó hace dos años, pero no esperaba "esto". 

- Voy a preparar las cosas para mis hijos, supongo que Daeron y Joffrey se harán cargo ellos mismos. 

- Iré a supervisarlos, no quiero que piensen que es buena idea traer una calculadora para comprobar si es acuática, como la última vez. - Dice Alicent, mirando con una sonrisa a su amiga. - Me siento bastante orgullosa de ti y de cómo estás llevando las cosas. 

- Te lo agradezco, Alicent. Realmente te extrañaba. 

- Que cursi. - Le dice riendo y antes de que su amiga le replique, ella se va en busca de su hijo y el hijo de su amiga. Aún después de tantos años, se sentía extraño decirlo de aquella manera. 

Daeron y Joffrey estuvieron jalando de la ropa a sus respectivos hermanos para convencerlos de ir a ver a los peces, los encontraron como siempre leyendo en la cama aquel libro gigante. Ambos cruzaron miradas y entraron corriendo para saltar sobre la cama de Aemond. No lograron convencerlos de primeras, pero bastó que Joffrey fingiera que se iba a poner a llorar para que Luke dijese que sí y; por ende, Aemond también. Esos niños apenas oyeron que lograron su cometido, escaparon para ir a la habitación de Joffrey y buscar todo lo necesario, tendrían que contar los peses que encontrarían; así que necesitaban buscar esa calculadora que era del hermano mayor del castaño. 

Sueños Compartidos - LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora