Capítulo 7: Cumpliendo promesas

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Él ya estaba bastante frustrado, habían sido cuatro llamadas perdidas y apenas le atendió la llamada. 

- ¡Por fin contestas el celular, Aemond Targaryen! 

- Lucerys, me acabo de levantar. ¿Qué sucede?  - Pregunta en medio de un bostezo.

- Todos se están preguntando porqué aún no llegas, ya es veinticuatro de diciembre. Ya estoy en tu casa, si no te apresuras voy a desordenar tu colección de libros de Harry Potter junto a Aegon III. 

- Mierda ni se te ocurra, Luke. 

- Ya sabes lo desastrosos que son mis hermanitos. 

- Menos mal que ya no tuvieron más, si fuese por tu padre seguirían teniendo bebes. 

- ¡Iugh! Aemond, no hables sobre mis padres teniendo bebes, no me recuerdes a lo que pasó el año pasado. 

- Era su aniversario. ¿Quién te manda a entrar a su habitación sin tocar? ¿Qué esperabas? ¿Qué estuviesen jugando ajedrez?

- Bueno eso no es porqué te llamé. Todos aquí están muy ocupados por la cena de navidad y yo estoy de niñero de mis hermanitos, apresúrate y ayúdame. - Le pidió Luke haciendo un puchero, Aemond no lo podía ver, pero prácticamente se lo imaginó y sonrió.

- Se retrasó la salida del tren, llegaré antes de la cena lo prometo. Ahora debo empacar, te veo allá, taoba

- Te extraño, ven rápido. - Apenas termina de decir eso, Luke cuelga apresurado, sintiendo cómo todo el color se le va a las mejillas. 

Ellos dos son mejores amigos desde los doce años, ahora ya son adultos, pero ninguno de los dos quiere cambiar su gran amistad; aunque, desde hace años ya llevan haciéndose ciertos comentarios y persuadiendo al otro de no salir con nadie más, teniendo celos del otro. Se reúnen cada verano, como una tradición familiar en aquella gran casa y pasan navidad y año nuevo juntos, ya sea en la casa de Aemond o en la de Luke. Si pueden se visitan también en los cumpleaños de sus padres o de cualquiera en el que puedan reunirse. Hacen llamadas casi todos los días y se comparten todo, pero desde hace tiempo que no hablan de aquellos sueños que tuvieron en la casa de verano del abuelo, incluso han llegado a dudar sobre si realmente estaban ambos en un mismo sueño o simplemente fueron sus imaginaciones de la niñez que seguían al otro. Aunque ambos saben que fue gracias a su abuelo que se lograron unir, por eso era tan especial para ellos todos esos recuerdos. 

- ¿Me trenzas el cabello? 

Su pequeña hermana Visenya se ha puesto frente a él, con unas ligas para el cabello y un peine. Observa sus dos diablillos que tiene como hermanos que están bastante concentrados jugando Mario Kart junto a Joffrey y Daeron. Puede respirar en paz, ya que no están peleando como tontos, por eso prefiere a su hermanita y a Jace, son mucho más tranquilos. 

- Claro que sí, princesa. 

Desenreda el cabello albino de su hermana y le hace dos trenzas que su madre le ha enseñado cómo hacer. Puede relajarse aún más cuando escucha a Jace y Aegon llegar finalmente, porque eso significaba que él ya no estaría a cargo de los más pequeños. Ellos vivían juntos desde que acabaron la universidad y de pura casualidad consiguieron trabajo en la misma ciudad, no estaba demasiado lejos de la casa de Aemond y eso era bueno. Sus padres junto a Baelon estaban haciendo las compras finales para la cena y Alicent llegó antes que ellos. 

Los saludó a todos con cariño y traía un montón de regalos para todos, pidió cargar a Visenya la cual estaba encantada con su tía. Ella vivía en un departamento a unas calles de esta casa, así lo preferían después del divorcio y al parecer funcionaban bien. 

Sueños Compartidos - LucemondDonde viven las historias. Descúbrelo ahora