Capitulo I

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La vida en la Tierra Antigua comenzó en la era del Tiempo antes del Tiempo, donde no habían límites pero al tiempo habían riesgos.

La historia del primer guardián comienza aquí.
El guardián del fénix, guardián de la Piedra del Fuego Nayak, la tercera piedra más destructiva de todas.

Sakina fue la única joven reclutada para la guerra entre la Nación del Aire y la Nación del Viento, pero la pregunta es ¿Que tenía que ver ella entre la guerra de dos naciones totalmente distintas y lejanas a la suya? (la Nación Perdida del Fenix).
Pues la respuesta de esta tonta pregunta es: su pasado sangriento.
Ella, una niña de 8 años desataba su furia de una manera estúpida...
Mataba a todos los que le hacían enojar. su carácter evidentemente era explosivo, por no decir nuclear.
Las personas la consideraban como un arma en pleno desarrollo, se hacían a la idea de que conforme creciera, desarrollaría habilidades prohibidas, pero estaban totalmente equivocados... ella ya los tenía solo que estaban bloqueados.
¿Y sus padres? Sencillo, era el Fénix de Llama Azul. pero ahora haces otra pregunta ¿por qué sólo uno si se supone que deben ser dos?.
Sencillo... si, de nuevo.
Su madre, el Fénix de la Llama blanca, había devorado a su propio esposo, logrando una fusión inigualable, doblando o triplicando sus poderes, convirtiéndose en el Fénix de la Llama Azul.
La madre dejó a Sakina con los Barinos, los habitantes de la Tierra Antigua, la pequeña fue criada por el Mago/Sacerdote Blanom, quien era el único capaz de detener a la niña con sus habilidades del Control de Agua.
Y esta historia comienza así...
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-¡Sacerdote! ¡Sacerdote Blanom!- gritaba una voz juvenil masculina en medio de un pueblo.
-Dios, vas a despertar al Titán con esos gritos. ¿Ya tienes el pan?.- decía el sacerdote apretando más el libro y acomodando sus frágiles lentes en sus grandes ojos.
-Hecho cenizas como me lo encargó- dijo el chico abriendo un pequeño saco café, mostrándole su contenido al sacerdote.
-Muy bien, hay que llevárselo a donde mismo, ten mucho cuidado y toma por sí hay alguna emergencia.- finalizó entregándole una hoja de papel con un símbolo en ella. daba la impresión de que fuera una gota de agua.
El chico corrió entre los árboles y a lo lejos de las grandes plantas pudo divisar una luz naranja que se movía rápidamente entre arbustos y flores.
El chico fue disminuyendo su velocidad hasta pararse, buscó desesperadamente entre sus bolsillos algún objeto, hasta que los encontró. Se lo llevó a la boca y sopló con lo que sus pulmones le daban.
Al principio no se escuchó nada hasta que sopló por quinta vez, el sonido que emitió la especie de silbato sonaba como un ave totalmente desconocida.
Se quedó quieto y atento a cualquier movimiento o sonido, buscando desesperadamente la llama en movimiento.
Sintió algo caliente en el hombro y volteó rápidamente para abrazar a la figura que tenía enfrente. pero no era exactamente la persona que esperaba, era un Dragón de Komodo Llameante. en pocas palabras un lagarto gigante en llamas que iba directamente al rostro suave del chico.

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora