Capitulo VI

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La pelea comenzó en segundos.
Sakina soltaba golpes al suelo frenéticamente para que el ángel no bajara al suelo.
-Bien pensado, sacaste la estrategia de tu... padre- dijo Cora con un poco de miedo de hacerla enojar.
En ese momento Sakina se detuvo con el puño en el suelo y tuvo una visión.

Unas figuras, masculina y femenina estaban frente a lo que parecía un gran sol, en ese sol se apreciaban unas figuras de ángeles.
"Será muy fuerte nuestra hija" decía dulcemente"
"Por supuesto" terminó el hombre

-¡Sakina!- gritó Many con todo pulmón.
Sakina volteo hacia el.
-¿Eh?- dijo distraídamente dirigiendo su puño hacia el ángel.
Y vio sus ojos. era el mismo amarillo de su visión. Su puño se detuvo bruscamente.
-¡Maldito demonio!- gritó Cora lanzando una daga plateada que logró atravesar en una ala del ángel, esta comenzó a gritar desesperadamente, los gritos lograron sacar a la chica de su estado en shock.
-¡Golpéala... Ina!- Many había presionado el botón de destrucción de Sakina.
En los ojos se le notaba toda la furia, su puño mostró más aura anaranjada y golpeo salvajemente al ángel en el estómago, logrando lanzarlo lejos de ellos.
-Eso ha sido genial- dijo Many juntando las manos.
-Genial será cuando tenga mi puño en tu cara por decirme "Ina".
-Bien, dejen sus peleas de niños para después. Tenemos que movernos- dijo Cora volteando a ver el ángel que yacía sobre la tierra grisácea.
Aún se estaba moviendo...
-Yo que ustedes movía rápido el trasero- dijo Sakina pasando en medio de sus dos acompañantes a una velocidad increíblemente rápida.
-Ya escuchaste Cora... Aunque si yo fuera tu mataba bien ese ángel que está en el suelo- dijo apuntando hacia la bestia que trataba de incorporarse.
Cora molesta, lanzó una daga plateada a la cabeza del ángel.
-¿Y tu desde cuándo me das ordenes niño?
-Oye solo era una sugerencia
Cora solo le echó una mirada y comenzó a correr hacia donde se había dirigido Sakina.
-Pfff... Mujeres, quien las entiende.

Cora y Many ya habían logrado alcanzar a la chica que dejaba unas pequeñas motas naranjas y amarillas en el suelo gris del bosque.
-No te adelantes tanto rojita, puede que algunos orcos te escuchen y vengan a darte una buena paliza.
-Bien, bien... Mejor dime que necesitan descansar y lo hacemos.
-No podemos de todas formas, no es para nada seguro este bosque y no falta mucho para que lo cruzemos.
-Entonces solo hay que ir más lento. Many se ve agotado.
Cora le echó un ojo a Many, que era el último.
<<este chico... Siento un gran poder bloqueado en el... ¿Se habrá entrenado? O más bien... ¿Lo habrán entrenado?>>
Many se percató de los ojos morados que lo miraban atentamente y decidió acelerar el paso para hablar con la chica de negro.
-¿Cuanto nos falta para salir de este lugar?
-A este paso es posible que en una hora o menos estemos saliendo... Oye, ¿Eres alguna clase de aprendiz de mago?
-Si... De agua, ya sabes... Para controlarla.
Cora esbozo una sonrisa salvaje
-Que letal...

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora