Capitulo IX

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-¿Por qué no lo dijiste antes?- dijo Sakina con un extraño tono dulce.
-¿Cuándo?, Todo el tiempo te la pasabas con tus entrenamientos, además de que en tus ratos libres te la pasabas durmiendo.
-Me hubieras dicho que necesitabas hablar- dijo Sakina posando su mano cálida sobre la espalda de Many.
-Lo dices ahora que tienes un temperamento más calmado- se escuchaba molesto Many por todo.
-Tienes razón... perdón, enserio. Sabes lo que implica esto.
-¿Cuándo podremos tener una vida normal?- dijo dándole un giro a la conversación.
<<Podremos...>> repitió en su mente Sakina.
-Y tu... Many, ¿Crees qué yo podré tener una vida normal? Mira lo que soy. Soy una amenaza- contestó la chica mientras se ponía de pie.

Casi al desatarse la discusión se escuchó el crujido de unas ramas.
Ambos chicos voltearon alertas de cualquier amenaza.
-¡¿Quién anda ahí?!- gritó la chica mientras comenzaba a emanar de su contorno su aura naranja.

Las pisadas de hicieron más rápidas y fuertes.

-Flamita, llamita, Naranjita,Ina, Saki, Bom... ¿Cuál te gusta más?- era Cora...
Sakina cruzó los brazos y puso una expresión seria.
-Ya, ya... pero escoge uno, tu nombre taladrea mi cabeza- dijo poniendo el dedo en la sien.
-Ina está bien- dijo mientras miraba a Many y le dedicaba un guiño a lo que el sonrió.
-Bien, entonces andando, las Tierras Frías no están muy lejos, ahí encontraremos a tu instructora.- dijo Cora poniéndose en marcha.

Habían pasado varias horas y ya se comenzaba a sentir el cambio de clima.
-Bien... no falta mucho. Ustedes deciden si quieren acampar aquí o seguir hasta la casa.
-¿Cuanta distancia falta para llegar?- preguntó firme Ina.
-Unas dos horas pero ya se está oscureciendo.
-Entonces deberíamos de quedarnos aquí y acampar, no sería bueno avanzar.
-Bien entonces... vallaba a buscar algo de madera, voy a pescar.
-¿Con qué piensas pescar?- habló por fin Many.
-Con las dagas ¿acaso querías que sacara una caña de pescar?.
Many hizo como sí no hubiera escuchado la respuesta y se dirigió a donde parecían haber varias ramas.
Ina no dudo y lo siguió.
* * *
-Jóvenes... tontos, debí dejar que ellos pescaran su propio alimento- decía entre dientes Cora que enseguida se paró y comenzó a buscar entre una bolsita negra que tenía escondida.
-Aquí estás.- dijo sacando una especie de reloj de arena, o más bien un Reloj de Polvo de Oro.
Lo observo detenidamente y bruscamente lo volteó, el tiempo comenzó a correr más a prisa y del agua saltaron dos peces enormes. Con unos reflejos sobrehumanos lanzó una de sus dagas y los paces terminaron del otro lado del pequeño río, donde comenzaba la nieve.
-Pan comido.
* * *
-¿Sentiste eso?- preguntó Many apoyando su mano en un árbol.
-Si, alguien modificó el curso del tiempo.
-¿Es posible eso?
Ina miro unos segundo a Many -Por supuesto que sí.
-Increíble. ¿Cuanto tiempo crees que lo aceleraron?
-Puede que algunos meses o quizás uno o dos años. Toma la madera rápido tenemos que irnos.
-Eso significa que tendríamos 15.
-Oye tranquilo, si quieres podemos pedir que adelanten unos 5 años más para tener 18.
-No sería mala idea- opinó Many separándose del árbol.
-Anda ¡toma la madera y vámonos!.
-ya voy, ya voy...

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora