Capitulo III

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Many sabía que necesitaría ayuda para detenerla.
El lagarto ya estaba muerto y mosqueado, no era una opción.
Enseguida recordó que el Mago le había dado una carta con un símbolo similar a una gota de agua y no dudó en usarla.
La sacó de su bolsillo y se acercó rápidamente a un montón de plantas en las cuales habían gotas de agua, puso la carta sobre una hoja y enseguida esta comenzó a emanar una luz azulada, seguido de eso aventó la carta al suelo y esta se convirtió en agua, que poco a poco fue tomando la forma de una Ave de Agua Temporal.
Sakina posó sus ojos negros intensos en el pájaro.
-Otra vez tu. No intentes detenerme Many. Sabes que no lo puedes hacer y...- el ave había desparecido sin que nadie se hubiera dado cuenta- ¿Ves? A tu pájaro se le acabó el tiempo de invocación.
De pronto algo cristalino tapó el sol, yendo directamente hacia la chica. el impacto del golpe fue sorprendente, y se pudo notar gracias a que el piso sobre el que estaban se había agrietado.
-Sakina...- susurró para sí mismo Many.- perdón-.
-Wow...- si que... has mejorado...- decía con trabajo la chica mientas se levantaba y comenzaba a sacudirse todo el polvo.
-Titán... maldición estas sangrando, no era mi intención, per...-
-No... no es nada- dijo valientemente la joven mientras se limpiaba el hilo de sangre de la boca.- estas mejorando.-
-Gracias.- dijo Many mientras agachaba lenta y disimuladamente la cabeza.
-Hey, enserio que no es nada, ¿Te olvidas de quien soy?
-Para nada- decía mientras le dedicaba una sonrisa falsa a su amiga.
Sakina comenzó a pasar su mano izquierda por su brazo que se encontraba muy herido. de su mano emanaba una luz anaranjada, mientras ella pasaba su mano, se iban desvaneciendo las heridas rápidamente.
-¡Genial! Has mejorado tu curación.- <<esto es bastante malo>> . Se dijo en la mente Many-
-Si, ya estoy preparándome para Despertar la Auto Curación.
-Que... bien.
-Bien, ahora que ya no tienes carta con la cual puedes controlarme podemos ir al pueblo.
-Si, pero pasemos antes por mi casa, necesitas una capa negra para que no te reconozcan. Todos comenzarán a murmurar "La chica roja"... no nos conviene.
-Claro, claro. como tu digas, sólo sígueme el paso.
-¡Hecho!

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora