Capitulo IV

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Sakina y Many ya habían llegado a su destino y habían obtenido exitosamente la capa negra, la cual estaba a la medida de la joven.
-Vamos.
-No, Many espera.- insistió la chica tirando de su camiseta.
-¿Qué pasa?
-Vamos con Cora.
-¿Quién es ella?
-No se exactamente quien sea, pero según esto, está relacionada con Rablack... ese maldito.
-¿Y de menos sabes dónde está?
-Por favor, el pueblo es muy pequeño. La reconoceremos donde la veamos.
-¿Cómo?
-Cualquier dama que veas con una armadura negra y capucha del mismo color. ya sabes que todos los muertos del patán Rablack tienen una luz morada alrededor de su ojos y dejan estelas del mismo color.
-O querrás decir que tienen ojos completamente morados.
-Eso. Ahora mueve tu trasero antes de que se vallan.

Todas las personas en el pueblo se encontraban hechos bolas alrededor de un pozo, claro... ignorando al pozo y prestando atención a uno de los guardias.
El era el único con una armadura dorada (al igual que su caballo). los demás tenían armaduras plateadas y su montura igual.
Los chicos estaban desesperados buscando a la chica que tanto mencionaba Sakina.
-No la veo.- se quejó Many.
-Está en el techo de la panadería. su intención es oscurecer el cielo para obtener la atención de los Barinos.
Many volteo a ver a su acompañante con una expresión de asombro. Notó que sus ojos azabache se habían vuelto de color morado brillante con destellos plateados. Sin duda alguna eran los ojos de su madre, la chica tenía unas gotas de esencia de su madre.
-¿Cómo lo has logrado?
-Los ojos... ammh pues sólo me concentro en lo que quiero saber de otra persona y nada, obtengo unos ojos morados.
-Ya veo.
-Ven- Sakina tomo del brazo bruscamente a Many .
<<Sakina se está volviendo muy fuerte. Va a llegar un momento en el que pueda tomar la forma del Fénix>> se dijo a sí mismo muy preocupado. Y bien lo dijo... ella podía tomar la forma del Espíritu del Fénix. Es decir que una capa brillante en forma del ave cubría a Sakina.
Los chicos se apartaron de los habitantes y se escondieron detrás de una casa.
-Esto es lo que haremos. Tomaré la forma del Espíritu, me tomarás de la mano para poder saltar al techo y...- los chicos se quedaron asombrados viendo el cielo.
-Genial... Cora ya oscureció el cielo.
-Bien, pues hay que darnos prisa, antes de que nos atrapen los guardias .
-Ya. hazlo.
Sakina cerró los ojos y apretó los dientes y los puños, Lentamente una luz anaranjada comenzó a cubrirla hasta que obtuvo la forma de un pichón de Fénix.
Rápidamente tomó la mano de Many y en unos segundos ya estaban en el techo de la casa.
La manta de Fénix desapareció en cuanto tocaron el techo.
A lo lejos divisaron a Cora y en segundos desapreció.
-Se fue. Maldición.- se quejó Many.
-No... se puede tele transportar.
-El pichón tiene razón- una voz casi susurrante les respondió.
Los chicos rápidamente se voltearon y vieron la cara de la joven, tenía unos ojos morados estilo gato y una especie de tatuajes en la frente le hacían ver como sí perteneciera a un alto rango de soldado. Iba vestida completamente de negro, su piel era pálida. llevaba una especie de vestido muy ligero que era cubierto por una armadura negra. Está sólo abarcaba de los pechos hasta el ombligo.
Sakina suponía que tenía más armadura y que el vestido sólo era una distracción.
Todo se veía normal en la chica. aparentemente no portaba ninguna arma, pero algo llevaba en los brazos.
Un gato completamente negro, y de haber sido por los ojos no se hubieran dado cuenta de que estaba ahí presente.
-Cora- murmuró Sakina.
-Cora Rablack.- finalizo con una reverencia exagerada que tuvo que soltar al gato. -Hija del Mago Oscuro Rablack.
-los ojos de Sakina se encendieron. quería matarla.

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora