Capitulo VIII

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-¿Estás insinuando que esa cosa nos quiere comer?
-Sí flemita.
-Bien, tenemos que sacar a Many de la trampa ahora mismo.
-Bien, eso tardará, yo podría distraerlo e inmovilizarlo pero no tardará mucho en liberarse así que tendrás que darte prisa.
Cora no recibió respuesta de la chica.
-¡Carajo! ¡¿me pusiste atención?! - preguntó enojada Cora mientras movía los brazos desesperada.
-Ahh... Solo escuché que me dijiste que me diera prisa en sacarlo...- Decía jalando a Many del brazo. - Estás muy pesado... ¿Cuando aumentaste tanto de peso? ¡Joder!

Unas pisadas que hacían que el piso retumbara se hacían más fuertes hasta que se detuvieron.
-Woho eres más feo de lo que pensaba, ogro...

No era humano. Era una bestia gigante.
-Niña, Niña, escurridiza, quiero, quiero, tu carnita. ¡ñam ñam! ¡¡que delicia!!. - cantaba con una voz desgastada el orco mientras golpeaba levemente su mazo contra sus manos gigantes y sucias.
-Maldito... ¿No pudiste ser uno rebelde?. Enserio que esto es fastidioso- se quejaba Cora mientras sacaba sus dagas plateadas y se preparaba para luchar.
-Yo la imito y te engaño, ¡vienes a mi y te desgarro! -
El orco comenzó a golpear frenéticamente el piso con su mazo en un intento de aplastar a la chica, que habilmente había comenzado a esquivar sus ataques.
-Muy torpe... Ven sígueme y alcanzame si puedes... ¡Bobo!- decía mientras corría entre los arbustos y árboles secos.
-Corre, corre, niña linda que si te atrapo te romperé y tus sesos devoraré!- cantaba mientras corría torpemente. Y a su paso tumbaba árboles.
-Gothi...- dijo para sí misma y saco una piedra negra con una cruz amarilla gravada y la lanzo unos metros más adelante de ella, corrió un poco más y después se desvió antes de alcanzar la piedra.

Una gran oleada de humo oscuro salió de esta, "comiendose" todo lo que alcanzaba que a la vez hizo que la bestia se detuviera.
<<Ahora sí maldito... Irás a cantar al maldito infierno>>.

De las sombras brotaron dos pequeñas esferas amarillo intenso que se acercaban rápidamente al ogro.
Sólo se escuchó el crujir de unas cuantas ramas seguido de un gruñido de gato.
* * *

-Ve por una rama ¡me estoy hundiendo!
-¿Crees que no me estoy dando cuenta?, ¡estas muy pesado!
-Ouch... gracias por el halago.
-Calla y ayuda, no se cuándo pueda venir Cora.
-Deberíamos de esperarla.
-No, yo puedo sola.
-Eres muy terca.
-Y tu muy irritante, deja ir por alguna liana.
-¡Vamos Sakina, estamos en un bosque no en una selva!.
-Bien, no me dejas de otra- dijo molesta la chica mientras de su mano comenzaba a gotear su aura, formando una especie de látigo.
-Hey... sabes que eso quema, piénsalo... es posible que sí encuentres una liana- dijo nervioso Many.
-Quieres salir de ahí ¿No?- dijo Sakina cruzando los brazos.
-Ahh... está bien.
Sakina le dio un extremo del látigo ardiente a Many y comenzó a tirar con su fuerza sobrehumana hasta que el chico salió volando de la trampa.

Habían pasado varios minutos (que fueron utilizados para descansar).
-¿Oye, no crees que Cora ya tardó bastante?
-Lo más probable es que esté asegurandose de que no hayan más bestias.
-Si...- contestó Many bajando la cabeza.
-¿Te encuentras bien? Si es por los insultos que...- se vio interrumpida.
-No, es sólo que...
-¿Qué?
-No quiero que esto nos afecte ¿si?-
-Lo dices como sí me fueras a confesarme tu amor... jaja-
Many levantó la cabeza asintiendo.
Sakina abrió los ojos sorprendida.
-Maldición Many... ¿Te gusto?
Hubo un largo silencio.
-Si...

Libro I: Guardián del FénixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora