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Era un lugar precioso como siempre, las flores estaban en cada lugar que miraba, la briza se sentía tan fresca y se podía escuchar el cantar de las aves, y ahí de entre todos los arboles estaba él. No podía recordar su nombre pero nunca podría olvidarlo a él.

Estaba bajo un sauce sentado mientras apoyaba su espalda contra el tronco, leyendo un libro como siempre, su cabello negro caía delicadamente sobre su frente, sus ojos azules miraban cálidamente el libro que sostenía entre sus tatuadas manos. 

Me daba miedo caminar porque sentía que se desvanecería como siempre que despertaba, pero aun así camine hasta el con paso temeroso mientras sentía como la briza ondeaba suavemente el vestido que traía. Al oír que ya estaba cerca levanto el rostro para mirarme y sonrió, esa dulce sonrisa que siempre estaba en mi mente. Estiro una de sus manos para que la tomara mientras me ayudaba a sentarme junto a él.

-¿Qué lees?- no sabia de donde sacaba los libros que leía, pero siempre era uno diferente.

-El principito, solía leerlo cuando era pequeño, realmente me gustaba- sonrió acariciando suavemente la portada del libro- como todavía no llegabas decidí esperarte mientras lo leía-

-¿Me estabas esperando aún si no sabias si vendría?-

-Siempre te espero, aun si no vienes, supongo que de cierta forma yo también he sido domesticado-

Me quede sin habla mientras él comenzaba a reír cuando sentí que mi rostro se sonrojaba. 

-¿Que pasó Rojita? no me digas que hice saltar tu corazón, porque ahí si yo me emocionaría-

-No sean tonto y ya dime ¿Cómo ha estado todo?, la ultima vez que nos vimos dijiste que tendrías que viajar-

-Así es, llegue hace 2 días a mi nuevo hogar, logré que aceptaran mi traslado de universidad así que el lunes comienzo, aunque primero tengo que solucionar el desastre que es mi casa con el tema de la mudanza ¿puedes creer que sombra pasa todo el día debajo de la cama? solo sale cuando tiene hambre o quiere ocupar su arenero-

Sombra es su gatita negra de 8 años, a veces suele dibujarla mientras está aquí, pero jamás la he visto. Nunca hemos podido ver fotos de nuestras mascotas, solo podemos vernos a nosotros y los libros que él siempre tiene.

-Debe asustarle su nuevo entorno porque es desconocido para ella, es entendible a Nieve le paso lo mismo cuando me mude- 

-Aun no puedo entender como le pusiste Nieve a un gato blanco ¿No te da miedo que otros gatos lo molesten?-

-¡Ey! nadie molesta a mi bebé, lo nombre así porque era como una una bolita de nieve cuando llego a casa, además no puedes criticarme si tu le pusiste sombra a una gata negra- 

-¡Sombra es un nombre genial! es un nombre oscuro y siniestro como su padre-

-Claro, tu eres la persona más siniestra que he conocido- dije con sarcasmo, pues él era una persona muy dulce.

-Yo soy siniestro, frío y oscuro, solo que tu me haces derretirme-

-No puedo derretirte si ya eres una masita-

-Pero soy una masita solo contigo Rojita-

Ambos comenzamos a reír con sus palabras, siempre hacia esos comentarios coquetos y graciosos, pero antes de que le pudiera responder, comenzó a sonar una música suave de fondo que se iba haciendo más fuerte a cada momento que pasaba. 

-Ya es hora de que me vaya, dale cariños a sombra de mi parte-

-¿No te puedes quedar más tiempo Rojita? siempre te vas muy rápido- 

-Tengo que ir a trabajar, además Nieve debe desayunar-

-Entiendo le dejaré tus saludos a Sombra y tú déjale los míos a Nieves, espero el tiempo pasé rápido y pueda volver a verte.

-Ya veras que así será- 

Sonreí mientras me levantaba y comenzaba a alejarme del sauce para poder despertar. 

Apenas desperté pude ver a Nieves ya mirándome a mi lado para que me levantara para poder alimentarlo, pero antes de eso me senté en la cama mientras lo abrazaba y dirigía mi mirada a la lluvia que caía fuera de mi ventana.

-Bebé ¿Crees que algún día podremos conocerlo en la realidad?-Nieves solo me maulló en respuesta mientras comenzaba a ronronear mientras lo acariciaba- tienes razón, en esta vida todo puede pasar-

Me levante llevando a Nieves conmigo para prepararle su plato de comida y limpiar su arenero para poder bañarme tranquilamente. Diría que cuando salí de la ducha ya tenia mi ropa preparada desde el día anterior, pero eso sería una gran mentira, así que abrí mi armario y saque un pantalón negro, un suéter color crema y me puse mis amadas botas negras, era realmente una fría mañana de invierno.

Tomé mi bolso  junto con mis llaves, mi abrigo y mi gorro blanco junto a mi paraguas para apresurarme y salir.

'-Adiós Bebé, cuida nuestro hogar y ten cuidado- le dije a Nieves mientras este solo me volteaba a ver como me iba desde una de sus repisas cerca de la ventana.

Cerré con llave la puerta de mi apartamento para después bajar apresuradamente las escaleras. Aunque la academia en la que doy clases de arte los fines de semana no está muy lejos de mi apartamento, es cierto que realmente odio llegar tarde, además debía pasar a comprarme un café porque se me había olvidado pasar por la despensa la noche anterior asique hoy tendría que pasar si o si. 

Después de pasar a comprar mi café llegué a la academia y mi dirigí a la sala de docentes para ver en que salón me tocaría hoy. El lugar no era muy grande pero era hermoso, como un pequeño museo donde se enseñaba música, danza y pintura, solo se necesitaba un pequeño curso para poder dar clases y la paga aunque no era muy grande me permitía pagar mi apartamento y satisfacer mis necesidades. Aunque debo admitir que es un tanto difícil trabajar con niños, me encantaba realmente. 

-Profesora Brown, buenos días-

-Buenos días profesor David- Thomas David era el profesor de música de la academia, era un hombre bastante mayor con bastantes reconocimientos en el mundo de la música, con conocimientos en el piano, violín, violonchelo, clarinete, entre otros instrumentos. 

-El director Spencer, me pidió que te informara de una nueva estudiante que ingresa hoy a tu clase y a la mía- me comentó mientras tomaba una carpeta que estaba sobre su escritorio junto con su maletín.

-Vaya, no esperaba tener una estudiante nueva en esta época del año- usualmente en verano suele ser cuando hay más niños que se inscribían para tomar las clases veraniegas que se dan en la academia, por lo que es un tanto impresionante- ¿Cómo se llama?-

-Su nombre es Olivia Maxwell, tiene 8 años y tal parece que fue trasladada desde una de las sedes de la academia en Liverpool- leyó la carpeta que tenía en sus manos para después entregármela- tal parece que era de las estudiantes más sobresalientes en piano, pero allá no había comenzado jamás con clases de artes-

-Bueno, nunca es tarde para querer aprender ¿no? tal vez usted también podría aprender-comenté mientras veía toda su información en la carpeta.

-A mi edad seria muy difícil aprender a dibujar algo más que notas musicales-comentó riéndose mientras abría su maletín- 

Comencé a reírme junto con él mientras acomodaba las cosas en mi escritorio.

Sueños PintadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora