05

0 0 0
                                    

Me despertó el sonido de mi teléfono con la llamada de Coraline, miré la hora que marcaban las 02:23 de la mañana del día lunes 9 de diciembre, Coraline no suele llamarme en la madrugada por lo que rápidamente contesté. 

-¿Hola?-solo se escuchaban sollozos de fondo-¿Coraline?-

-Amiga...-ya sabia por donde iba la situación, estaba borracha y había tenido problemas con su novio Mathew.

-¿Qué pasó con Mathew?-

-Amiga...Mathew me dejó...dijo que se siente demasiado poca cosa para poder estar conmigo....-siguió sollozando mientras podía escuchar la música de fondo- dijo que no podía aceptar que me enojara con mis padres por estar con él...Amiga lo amo tanto-sus sollozos comenzaron a sonar demasiado fuerte en comparación del inicio de la llamada.

-Coraline ¿Dónde estas?- me incorporé colocándome rápidamente un abrigo junto con unos vaqueros y mis botas-¡CORALINE!-me exalté al no escuchar su respuesta en la otra línea solo sollozos.

-En el Princess Louise...- escuche su voz temblorosa.

-No te muevas de ahí, ya voy- corté rápidamente tomando mis llaves, mi billetera y mi teléfono. 

Luego de cerrar la puerta de mi apartamento, corrí escaleras abajo hasta llevar a la entrada del edificio para poder conseguir un taxi que me llevara con Coraline. Coraline y el alcohol nunca han sido amigos, por esta razón ella no suele salir a beber, al menos no sola, pero últimamente no ha estado bien ya que ha discutido demasiado estas semanas con Mathew, porque sus padres no aceptan su relación solo porque Mathew no viene de una familia con las mismas comodidades de Coraline. Sé que ellos no lo hacen con mala intención y que solo quieren lo mejor para su hija, porque son unas buenas personas que me acogieron cuando escapé de casa, por la situación con mis padres, sin pedirme nada a cambio, solo el hecho de que siguiera siendo una buena amiga para su hija y que ella no estuviera triste por su amiga. Sé que ellos entenderán que Mathew no es una mala persona y que realmente ama a Caroline como ella lo hace.

Al momento de llegar al Princess Louise, me apresuré a entrar, luego de pagarle al taxista y pedirle que por favor me esperara en lo que volvía, para poder llevarme a Coraline a casa. Ella estaba en la barra llorando junto a un vaso de whisky prácticamente vacío, con el bartender trataba de calmarla, por lo que rápidamente corrí hasta ella. 

-¡Coraline!-

-¿Eres su amiga?- Me preguntó el bartender con una evidente expresión de alivio.

-¿Ariana?-giró a verme al escucharme y al reconocerme me abrazó.

-Lo soy. gracias por cuidar de ella-Le dije al bartender mientras correspondía el abrazo de Coraline acariciando su rubia cabellera con delicadeza-Vamos Coraline te llevaré a casa-

-No quiero ir a casa, no puedo ver a mis padres- renegó mientras frotaba su rostro en mi pecho sollozando.

-Entonces iremos a mi apartamento, ¿está bien?-

Al recibir un asentimiento de su parte, la ayudé a incorporarse mientras nos dirigíamos fuera del establecimiento y nos montábamos en el Taxi. Todo el camino se la pasó llorando abrazada a mi mientras yo le acariciaba su cabeza tratando de calmarla, me dolía demasiado verla así, ella era una hermosa persona que no merecía sufrir tanto. Cuando llegamos Coraline ya estaba un poco más calmada y con cuidado subimos hasta mi apartamento. 

-¿Crees que mis padres algún día lo aceptaran?- se sentó en unas de las sillas de la cocina mientras yo sacaba 2 tazas para poder prepararnos un té que nos pudiera abrigar.

-Claro que lo harán, solo que ellos aún no confían lo suficiente para poder creer que realmente cuidará a su hija, solo dale tiempo-sonrío levemente recibiéndome una de las tazas de té, mientras yo apoyaba mi cadera en la isla de la cocina frente a ella.

-Perdón por llamarte tan tarde sabiendo que tienes clases temprano-

-No te preocupes, así como tú siempre estás para mi, yo lo estoy para ti-

-Gracias amiga-

-Nada de gracias ahora vete a bañar para que puedas acostarte, sino Nieve no te dejará dormir con nosotros-

-Sabes que me ama- río mientras se dirigía hacia mi habitación-¿tienes mis pijamas en el mismo lugar?-

-Claro que siguen ahí, nunca se sabe cuando tendremos una pijamada de improviso-

Siempre tenía ropa y cosas de Coraline en casa, a veces discutía con sus padres o teníamos noches de chicas en las cuales dejaba su ropa para la siguiente ocasión. Apenas se comenzó a escuchar el sonido de la regadera llamé a la señora Lennox, la madre de Coraline para avisarle que estaba conmigo.

-Ariana, Cariño, ¿está contigo?-contestó al primer tono, me puedo imaginar como estaban de preocupados.

-Si Señora Lennox, está aquí-

-Gracias a Dios- suspiró aliviada- ¡George! ¡Está con Ariana!-la escuche gritarle al señor Lennox en la otra línea- Muchas gracias Cariño por cuidarla, estábamos muy asustados porque no llegaba y no contestaba nuestras llamadas-

-No se preocupe, la cuidaré esta noche, ya me tengo ir Señora Lennox-

-Está bien Cariño, descansa y cuida mucho a mi pequeña-

-Lo haré, no se preocupe-

-Sé que lo harás, Adiós Ariana-

-Adiós Señora Lennox y dígale adiós de mi parte a su esposo-

Luego de colgar me dirigí hacía mi habitación, pero me detuve al ver a Coraline parada en mi estudio frente al lienzo ya terminado, pero Coraline no se movió al sentirme por lo que  entré al estudio y me posicioné a su costado observándolo también.

-¿Aún sueñas con él?-

-Ya no tanto como cuando tenía 15 años-

-¿Crees que algún día se podrán conocer de verdad?-

-No lo sé, la vida está llena de posibilidades- 

-Espero se logren conocer algún día y él pueda ver lo importante que ha sido para ti a lo largo de estos años-

-Venga, vamos a dormir que ya es tarde y mañana debemos ir a clases-

-Tienes razón, debo pensar como lograr que mis padres lo acepten y asi pueda casarme con él para tener nuestros 10 hijos y nuestra casita con jardín-

-Está bien futura Señora Smith-

Ambas reímos mientras nos dirigíamos a mi habitación, era realmente favorable tener una cama talla King en estos casos, aunque a decir ver los Señores Lennox fueron quienes me ayudaron a conseguir este apartamentos y sus muebles para que tanto Coraline como yo tuvieras un lugar seguro. Realmente estaba agradecida con ellos, recibieron a una pequeña de 14 años años sin nada que ofrecer y la cuidaron como una hija más. Nos metimos bajo las sabanas de la cama mientras tratábamos de dormir con Nieve entre nosotras como el Rey que era.

-Hasta más rato Ariana, que descanses-

-Hasta más rato Coraline, descansa tu también-

-¿Crees que Mathew tampoco duerme por pensar en mi?-

-No lo sé Coraline, no soy Mathew como para saberlo-

-¿Crees que mañana irá a clases también?-

-No lo sé, ya duérmete-Coraline se rio levemente mientras se giraba.

Sin darnos cuenta ambas caimos dormidas presas del cansancio

Sueños PintadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora