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A pesar de todo me quede un momento extrañada por el comentario de Olivia y pensando en ello mientras recogía mis cosas y me dirigía al siguiente salón. No conocía a nadie que supiera dibujar, ni siquiera que tuviera el apellido Maxwell, aunque a decir verdad no era muy buena con los nombres, con mucho esfuerzo recordaba a mis alumnos. Aunque también Olivia dijo que yo era más bonita, lo cual puede significar que quizás me confundió con la novia o una conocida que el hermano dibuja. 

Estos pensamientos se desvanecieron apenas comencé a dar mi siguiente clase, el cual al ser niños de 10 años podían seguir instrucciones más especificas y más teorías, pero en si el final era el mismo, hacer un cuadro en un lienzo y regalarlo. La clase pasó tranquila y sin inconvenientes, realizamos el mismo proceso con los lienzos que había hecho en la clase anterior para poder guardarlos de forma segura. Todos se despidieron felices y rápidamente me dirigí a la sala de profesores para recoger mi bolso y poder correr a casa para alimentar a Nieve, comer algo y poder ir por la despensa, porque al tener 2 horas y 30 minutos de descanso no sabia si lograría hacer todo. 

Salí rápidamente de la academia, agradeciendo que ya no estuviera lloviendo, aunque todavía hacia bastante frio y llegue al apartamento donde Nieve ya estaba esperándome en la cocina.

-Hola Nieve, ¿esperaste mucho?- maulló mientras movía su colita blanca de un lado a otro.

Le preparé su plato mientras me preparaba un sándwich para mi junto con un bowl de frutas y un té para pasar el frio, mientras pensaba todo lo que tendría que comprar en el supermercado. al terminar de comer, lavé mi mis trastes sucios, tendí mi cama y tome mis cosas para irme, esta vez en lugar de llevarme el paraguas, me lleve una bufanda que mi mejor amiga me había regalado en mi cumpleaños, la cual ella misma hizo. 

-Adiós Nieve, en un ratito vuelvo con las croquetitas que te gustan- Nieve me respondió con un pequeño maullido mientras se estiraba en el sofá.

Salí de casa y me apresure a la vereda para poder conseguir un taxi, pero no lograba conseguir ninguno, cuando logro ver uno a la distancia a lo que rápidamente me monto en el taxi y me dirigí hacia el supermercado, era un viaje de menos de 15 minutos por lo que en el camino fui mirando por la ventado. A pesar de que hacia mucho frio, prefiero los días así que con mucha calor, bueno los días en Londres suelen ser fríos la mayoría del tiempo. 

De repente, pasó de un auto justo a mi lado, el cual era un Audi RS7 color negro con sus ventanas polarizadas , es el auto que siempre escuchaba nombrar a mi padre en las cenas familiares, como la de hace 3 semanas. Sentí un pequeño escalofrió bajar por mi espalda al recordar aquella cena, los gritos, las copas rompiéndose, el llanto de mi madre. No, no, no recordaré esa cena. Cuando el conductor me dijo que ya habíamos llegado, en ese momento pude salir de mis pensamiento, para posteriormente pagarle y dirigirme hacia dentro del supermercado. Tomé una de los carritos y comencé a buscar los alimentos y útiles de mi despensa, cuando ya tenía mi pan y mis mermeladas de mora que amaba, me dirigí por las croquetitas que Nieve amaba.

-SEÑORITA BROWN- Escuche que alguien me gritaba cuando sentí como una pequeña manita tiraba de mi abrigo 

-¿Pero a quien tenemos aquí?, nuestra pequeña Olivia- ella río dulcemente mientras una señora de ojos azules y cabello negro se acercaba a nosotras tranquilamente con un sonrisa-

-Mamá, mira ella es profesora, me ayudó a poder hacerle el regalo a Jake- 

-Mucho gusto soy Celine Maxwell, la madre de este torbellino de amor por su hermano-

-Mucho gusto tambien señora Maxwell, soy la profesora Ariana Brown, aunque creo que alguien más ya nos presentó- Olivia y su madre rieron alegremente mientras se miraban.

-Muchas gracias por ayudar a Olivia, estaba muy emocionada por empezar sus clases de arte para poder ser como su hermano-

-¡Si! Algún día pintaré tan bonito como mi Jake y papá no tendrá que preguntarme si mi dibujo es un conejo o un perro- la señora Maxwell y yo soltamos una carcajada ante el comentario enojado de Olivia.

-No es nada, estoy segura que no pasara mucho tiempo para que Olivia sea una gran artista-

La Señora Maxwell se me quedó mirando sonriendo por unos segundos mientras Olivia reía y  me decía que su padre ya no se confundiría con sus dibujos ni su hermano la molestaría por no poder dibujar bien un caballo, a lo que voltee a verla confundida y un tanto incomoda por el  tiempo que pasó mirándome a lo que ella se sobresaltó al ver que había pasado demasiado tiempo mirándome.

-Lo lamento mucho, no quise incomodarte, pero te pareces demasiado a la chica que pinta mi hijo-

-Algo así me había comentado Olivia, supongo que me parezco demasiado a la novia de su hijo, si no es mucha molesta puedo preguntar ¿Quién es ella? me resulta bastante curioso que me parezca tanto a alguien que no conozco- 

-No es ninguna molestia, la verdad no sabría decirle quien es, Jake jamás la ha llevado a casa y suele dibujar y pintar en su estudio estando solo, además con el tema de la mudanza no se le veía especialmente preocupado por lo que no creo que sea su novia, aunque no suele hablar de su vida amorosa con sus padres, aunque creo que es porque alguien podría ponerse celosa-Olivia se cruzó de brazos ante el comentario de su madre.

-Jake es mi caballero no puedo dejar que ninguna reina malvada se lo lleve- 

Tanto la madre de Olivia como yo soltamos fuertes carcajadas con el comentario de Olivia, pero antes de que la Señora Maxwell pudiera responder, saco su teléfono del bolsillo de su abrigo y se dirigió a su hija-

-Cariño ya es hora de irnos, tu hermano ya lleva un rato esperándonos afuera, fue un verdadero placer conocerla señorita Brown-

-Adiós Señorita Brown, sabe Jake tiene un auto negro muy bonito, pero no me deja pegarle flores o pegatinas porque dice que así está más bonito-

-Adiós Señora, adiós Olivia, estoy segura que tu hermano tiene miedo que se lo roben si lo ven tan bellamente decorado- bromee con Olivia a lo que su madre río mientras ella saltaba de un lado a otro emocionada, para posteriormente ir a tomar la mano de su madre.

-¡Adiós profesora!- se despidió Olivia mientras se alejaba.

Me despedí  de ambas con la mano mientras me disponía a terminar con mis despensa para poder volver a trabajar.

Sueños PintadosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora