capitulo 5

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Me levanté de la "siestita" que me había tomado, me había dormido a las 3 y ya eran las 8, pequeña siestita por suerte.

Por suerte no me dolía más la cabeza, entonces me senté y frote mis ojos. Lo único e lo que podía pensar era que en la próxima semana, ya terminaba la facultad y por fin tenía vacaciones, al fin la puta madre. También me puse a pensar en Charly, quería juntarme con él y conocerlo más así nos llevamos mejor. Lastima que al pajero de Zeta se le enfermo la tía esa.

Mire mi teléfono, tenía un mensaje de un número desconocido.

+54911********

Hola! Soy Charly, Lau me pasó tu número
8:13

Hola Charly! Bueno dale, ya te agrego
8:13

Perfecto, eu ¿Cuando nos podríamos juntar otra vez? No siempre puede ser para ensayar, capas para hablar y conocernos
8:14
Me gustaría conocerte más y a Zeta igual
8:15

Yo puedo cuando quieras, el problema es Zeta, hay que ver qué onda.
8:15
Voy hablando con el y te digo.
8:16

Está bien! Chau Gus
8:16

Chau Charly
8:16

Agregar número: Charly

Me levanté de la cama y fui al living a sentarme en el sillón, no tenía nada que hacer, faltaba una semana para terminar la facu, tenia una que otra tarea pero la podía terminar mañana, siempre a último momento yo. Decidí ir a dibujar un rato; dibujar alguna que otra idea de disco. Me gustaba eso.

Después de estar pensando y pensando, no sé me ocurrió nada, solo me aburrí y hice un dibujo pornográfico. De vez en cuando hacía un dibujo de ese estilo.
Ya eran las 10, me estaba cagando de hambre pero ya estaba la comida, entonces fui a comer.

Termine de comer y fui a acostarme, pero no tenía sueño. Entonces no me dormí, llame a Zeta para preguntarle sobre si podía juntarse mañana con Charly.

Sí, si voy, la vieja ya está mucho mejor entonces voy.

–Bueno dale, ¿en la casa de Charly entonces?

Obvio.

Nos quedamos hablando de otras boludeces, y después le colgué. Le tenía que decir a Charly que nos íbamos a su casa, pero me daba paja. Ya fue, caemos de una a su casa.
Me fui a dormir aunque no tenía sueño, pero tampoco tenía nada que hacer, era lo único que podía hacer.

Me levanté de la nada en la madrugada por un trueno, escuché como tocaban la puerta, pero nadie iba entonces tuve que ir yo. Tuve que ir con boxers y remera, me duermo así por comodidad. Abrí la puerta y me sorprendí un poco al ver a Charly ahí.

–¿Charly?– sonreí.– ¿Que haces a esta hora en la puerta de mi casa? Está lloviendo como loco.

–¿Que no te puedo venir a visitar?– sonrió de costado, yo me quedé mirándolo, no entendía nada.– ¿Me vas a dejar acá afuera con la lluvia y frío?– me hice a un lado para que entre.

–¿Y para que viste?– le pregunté mientras me sentaba en el sillón del living y este se quedaba parado viéndome.

Charly se acercó a mi, acercando sus labios a mi oreja mientras susurraba:

Prófugos «gustavo Cerati y Charly Alberti»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora