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Corre, corre, corre. Esta vez si llego tarde de verdad. Uff, espero que Gabrielle ya esté allí. Dios, que tonta, ¡como pude quedarme dormida y justo hoy!.
Esas eran las palabras que me dedicaba internamente mientras corría a través de los pasillos de la facultad, en lo que era casi una carrera de obstáculos para llegar al salón donde debía recibir la primera clase de la mañana.
Justo hoy comenzaba el primer semestre de mi tercer año de Literatura Inglesa y ya llegaba tarde. Eso es algo que nunca he soportado, me tomo el estudio muy en serio y mis notas son de las mejores, pero una llegada tarde iba a marcarme durante todo el curso.
Perseguir a alguien por sus apuntes de clase es realmente tedioso. Yo prefiero tener los míos y en los de Gabrielle no confiaba, creo que ella no habla el mismo idioma en el que escribe, necesito un traductor único para descifrar sus notas.
Pero eso no es lo más desafortunado de llegar tarde, sino que entonces podría tener que optar por las clases de la profesora Fletcher y sinceramente es mejor quedarme dormida en casa que en sus clases. ¡Por Dios retiren a esa mujer tiene más años que Matusalén!
Y me estoy despistando Christine que ¡LLEGAS TARDE!
Continúo corriendo intentando que mis cosas no salgan desperdigadas por los pasillos. Si llego a saber que tendría que protagonizar una carrera así por la facultad me hubiese puesto mis deportivas y no estas sandalias, una falda color coral y una blusa de chiffon blanca, por culpa de la cual estoy sudando.
Creo que mi aspecto tal vez parezca el de alguien atacado por un animal extraño en estos momentos, intentando encontrar la sala C-3 a tiempo.
Mientras corro me voy fijando en el número que marcan las diferentes puertas en el pasillo del tercer piso cuando encuentro la C-3. Respiro aliviada. Al fin.
Entro despacio pero para mí sorpresa el profesor aún no ha llegado, detrás de mí todavía entran estudiantes intentando encontrar los mejores puestos.
Alguien me hace señas con la mano cerca del centro de los asientos, es mi mejor amiga Gabrielle, nos conocimos en el primer año. La saludo y me desplazo entre las filas de mesas alargadas y luego por la hilera de asientos hasta llegar al nuestro.
- Llevo más de 10 minutos esperando por ti, no contestas mis mensajes, ven siéntate aquí he guardado los mejores puestos.
-Hola Christine buenos días, Buenos días tú también Gabrielle –nótese el sarcasmo- Por favor disculpa el retraso, anoche estuve despierta hasta tarde estudiando las asignaturas del semestre y mi alarma no sonó a la hora exacta. Lo siento. Ah y gracias por guardarme un puesto.
-Bien tú misma. Te perdono porque es el primer día, creí que por fin te habías decidido a hacer algo loco como irte de fiesta y pasarte la noche en casa de un chico, por eso no llegabas. Al menos el profesor Steven se retrasará unos minutos, no sabes lo que me ha costado guardar estos asientos, tuve que asesinar a Ryan el de cuarto y a su hermano el idiota de Dylan para que escogieran otros puestos.
-No entiendo por qué los odias tanto, son buenos chicos pero en sus cerebros no está programado el estudio, solo quieren pasársela bien. A ti te encantan las fiestas, así que no critiques.
-Es solo que se las da de lindo porque las chicas se arrastran a sus pies. Es un imbécil, en su vida solo tienen prioridad sus
músculos, ligarse a cualquier chica y las fiestas de fraternidad.-¿Estamos hablando de Dylan o de Ryan? Porque los dos entran en esa descripción.
-Ryan el imbécil por supuesto…
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Dan- Imbécil
Short Story¿ Por qué Christine odió a Daniel desde la primera vez que lo vio, aún creyendo que era el chico más guapo que conocía? ¿Por qué que no dejaba de mirar sus labios cada vez que sonreía y sentía deseos de...? -¿Pero qué estás pensando? Daniel es un im...