Capítulo 27

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La puerta del tocador se abrió y pude ver a una Jessica totalmente furiosa entrar, cerrando detrás de ella la puerta con traba. Mi corazón empezó a palpitar fuertemente queriendo salir de mi pecho y garganta mientras resonaba en mis oídos y como si fuera una hoja de papel empecé a temblar a cada paso que daba ella para acercarse a mí. Y como un rayo, tomó mi cuello con su mano y me estampó en la pared mientras se acercaba a mí hablando con los labios fruncidos.
— ¿Qué piensas hacer? ¡Eh! — dijo mientras apretaba más mi cuello, sentía mis ojos arder y la sangre pararse. Su saliva salía de su boca cuando hablaba furiosa —Este jueguito tuyo de jugar a la famosa no durará mucho tiempo, pequeña perra—
Su mano soltó mi cuello y me caí de trasero al suelo, pero seguido levantó su puño y por impulso cubrí con mis brazos para cubrirme el rostro, y por lo tanto su mano terminó en mi codo, lo cual fue resistente y solo sentí una pequeña punzada.
Pero eso no fue el final... con su tacón me enterró el mismo en el muslo haciendo que diera un pequeño grito de dolor, mierda. Por favor señor Jesús haz que pare.
«Todo estará bien _____________» pensé, pero sabía con certeza que nada estaría bien desde ahora.
«Aguanta un poco más, se fuerte» una voz resonó en mi cabeza, pero antes de que pudiera asimilar Jessica tomó con su puño mi cabello e hizo que me golpeara con el lavabo del restaurante, si seguía así... Moriría
—Basta— susurré como pude, ella quedó petrificada— Tienes todo lo que quieres, por favor— le rogué, suplicando que pare— Tienes familia, tienes un asombroso novio, tienes fama— dije llorando— Lo tienes todo Jessica por favor, déjame
Ella me pateó el estómago una vez más y salió del tocador y lo único que hice fue irme a una esquina y juntaba mis rodillas para poder llorar en paz.

Gritos Silenciosos (Kendall Schmidt)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora