Capitulo Dos ♡⁠ "Necesidad"

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Kevin Álvarez

Fátima siempre ha sido considerada por ser una buena chica, realizando actos que favorecían a los más desprotegidos y creando fundaciones para los mismos fines. Sin embargo también podía ser alguien muy celosa, lo había notado últimamente, y esa había sido una de las razones por las que nos habíamos tomado un tiempo, pero después de todo, decidimos darnos otra oportunidad.

Mi novia miro a Mei con una ceja encargada, a simple vista la chica no parecía ser ciega, por lo tanto me encargué de hacerle una seña a Fátima para que estuviera enterada y quitará esa cara.

— ¿Dónde está tu mamá, amor? — pregunto, restándole importancia a la chica que estaba a mi lado.

— Dentro del consultorio, seguramente está preguntando acerca de los cuidados que debo tener — mi novia tomo asiento enfrente de nosotros, y asintió.

— De acuerdo, esperaré contigo.

Unos minutos después salió la madre de Mei, junto con Lucas, quien llevaba la pierna vendada.

Lucas me miró y volvió a sonreírme, pero está vez no se acerco a mi como antes lo había echo, seguramente no quería recibir un regaño por parte de su madre. Mei escucho los pasos aproximándose a ella, así que lentamente se pudo de pie, quería hablarle, decirle que ojalá algún día volviéramos a vernos para charlar, pero Fátima me comenzaria a cuestionar y sinceramente quiero evitar una discusión.

— Vámonos, hija, con cuidado hay personas a los lados — hablo su mamá con voz delicada — Compermiso jóvenes. — nos dijo para que pudiera pasar con su hija, Mei se detuvo justo frente a mi, como si hubiera sentido mi presencia, giro levemente sobre su eje, la mire y ella me sonrió.

— Hasta pronto Kevin, fue un placer — hablo.

— Adiós, Mei, igualmente — dije con una sonrisa.

Mei y su mamá continuaron su camino, Lucas se despidió de mi con un ademán que yo correspondi, la famila se retiró del hospital y yo mire a Fátima.

— ¿Los conoces? — pregunto con curiosidad.

— De hecho los acabo de conocer, el chico es un admirador. — Fátima asintió.

— Pobrecita de la chica, debe ser horrible ser ciega, no puedes apreciar nada, ni siquiera — antes de terminar se pasó al asiento donde minutos antes Mei estaba sentada — puede apreciar lo guapo que eres. — comentó para posteriormente darme un beso en los labios.

— Bueno, ¿No te parece bien? — pregunte divertido — No tendrás de que preocuparte, si ella está aún lado de mi.

— Así es — Fátima comenzó a reír — deberías de tener puras amigas discapacitadas.

Solté un suspiro, y justo en ese momento mi madre salió del consultorio, con más hojas, seguramente eran recomendaciones.

— Listo, vayamos a comprar los medicamentos y después vamos a comer algo. — me dijo, en ese momento miro a Fátima y ambas se saludaron, como era su costumbre, darse un abrazo y un beso.

♡⁠♡⁠

Estaba en mi habitación mirando la tv, mientras mi mamá hacía llamadas telefónicas en la planta baja. Mis pensamientos se dirigieron nuevamente a esa joven, de pronto sentí algo, una especie de necesidad por conocerla, era demasiado extraño, jamás me había sentido de esta forma, ni siquiera cuando conocí a Fátima, además solo cruce unas cuantas frases con Mei, pero... Ella transmitía mucha paz y calidez. En pocas palabras me sentí cómodo con ella, por qué no le importo como lucia o quien era, siempre fue amable conmigo.

Tome mi celular, con la esperanza de que su hermano me contactará, así podría acercarme un poco más a ellos. Probablemente esté haciendo algo incorrecto, por qué tengo novia, e interesarme en otra persona esta mal... Pero, ¿Por que pienso esas cosas? Eso no significa que quiera algo con Mei o que ella me guste, solo, me gusto mucho su forma de ser, y una amiga como ella se que valdría la pena.

Comencé a cuestionarme, si Mei tenía redes sociales, probablemente por su condición no podría utilizarlas, aunque hay tecnología que puede ayudar con el manejo de dispositivos electrónicos, igual no quitaba nada que buscará, entre a Instagram, y puse su nombre, la búsqueda me dió varios resultados, busque dedicadamente hasta que encontré su perfil, lastimosamente lo tenía privado, y no podía enviarle una solicitud ¿Que pensaría? Que soy un acosador, si, seguramente pensaria eso. Pero lo bueno es que había comprobado que si tenía redes sociales.

Mei Alcázar. ♡⁠

Mi padre había llegado a por nosotros al hospital, después de que todos nos subimos al auto, el viaje de regreso a casa fue tranquilo. Mi mamá iba explicándole a papá todos los cuidados que Lucas tenía que tener, además de uno que otro regaño mas.

Mi hermano tomo mi mano, y percibí que se había acercado a mi oído.

— Lo mejor de todo, es haber conocido a Kevin Álvarez — levanté ambas cejas. ¿Cómo que conocerlo?

— ¿Por qué? ¿Es famoso? — pregunte igual en un susurro.

— Si, él es un futbolista muy conocido, de la selección mexicana y también del América. — abrí la boca en una pequeña "o" sentí la tarjeta que él me había dado... Por eso, Kevin dijo que el podía ayudar. Busque las manos de mi hermano, y puse la tarjeta en ellas, podía imaginar el rostro de Lucas, súper confundido. — ¿Que es esto?

— Kevin me la dió, le conté que tú eras un aficionado del fútbol y que tú sueño era ser futbolista, me dijo que lo contactaras, que quizás el podri ayudarte.

— ¡¿Que?! — nuestra conversación ya no fue secreta, pues Lucas estaba tan sorprendido que prácticamente grito.

— ¿Que ocurre? — pregunto mi padre, seguramente mi madre nos observaba a los dos.

— Nada, solo que ví una noticia acerca de mi equipo de fútbol favorito — mintió mi hermano, volvió a acercase a mi y me dijo al oído — muchas gracias, Mei, eres la mejor.

Cuando llegamos a casa, unas manos masculinas se apresuraron a ayudarme, pude reconocer ese perfume, Erick..

— Cariño, ¿Cómo estás? — pregunto él mientras me ayudaba a caminar — ¿Dónde está tu bastón?

— Se me olvidó en casa, salimos de prisa — respondí — Pero estoy bien.

— ¿Te quedas a cenar Erick? — pregunto mi mamá.

— Con gusto, si no es molestia — respondió, mientras me abrazaba, mis manos se dirigieron a su rostro dónde podía percibirse una fina barba que debía afeitar... Siempre lo hacía.

— Para nada, sabes que siempre eres bienvenido, dense prisa y entren hace frío — las voces de mis padres se perdieron, seguramente ya habían entrado a casa junto con Lucas.

Y lo comprobé cuando Erick tomo mis manos para retirarlas de su cara.

— Vamos entra a casa.

De pronto el calor de su cuerpo no estaba más junto a mi, me había dejado que yo me las arreglará sola para entrar... No era algo nuevo, desde hace aproximadamente un año se comporta de forma distante y fría conmigo, seguramente tiene problemas en el trabajo o con su familia. Comencé a caminar con cuidado, con las manos enfrente y arrastrando los pies para no tropezar con algo, hasta que entre a casa, los brazos de Erick me rodearon y nuevamente volvió a comportarse cálido conmigo, siempre que estaba mi familia cerca lo hacía.

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Erick en multimedia :-)

Más allá de los Sentidos |Kevin Álvarez| Donde viven las historias. Descúbrelo ahora