siete

826 45 2
                                    


Penthouse en el centro de Buenos Aires. Una de las Torres más altas de la ciudad y una de las más caras. Típica fiesta que acostumbraba a organizar Nicole en las últimas semanas. Muchos jugadores presentes, conocidos y algún que otro influencer. Muchas modelos. Música, alcohol y sustancias. Yo estaba bailando con tini encima de una mesa, lo suficientemente alcoholizada como para que se me haya ido la timidez pero no lo suficiente como para no ser consciente de mis actos. Sabía exactamente lo que estaba haciendo. Había llegado hace cuarenta minutos. El departamento estaba lleno de gente, algunos adentro bailando y otros afuera en la piscina. Había de todo. Gente besándose, otros hablando y otros haciendo cosas que ya se no quería ni imaginar.

—Mirá quien llegó —me dice Nicki al oído poniendo su mano en mi cintura, bailábamos las dos pegadas al ritmo de la música que estaba sonando. Me señala hacia la puerta disimuladamente y miro rápidamente en esa dirección arqueando una ceja al ver a Mauro entrando por la puerta junto a Mateo.

—Lo invitaste trola de mierda, le dije a Ignacio que él no iba a estar. —giro mi cuerpo rápidamente hacia ella y ella asiente con una sonrisa.

Pongo mis manos en sus hombros. De verdad estábamos en pedo ya.

—Move el orto que está mirando dale.
—me palmea las nalgas y le insulto mientras sigo bailando intentando evitar que esta ahí.

No me controlo con él cuando estoy en pedo.

Respiro hondo y le sigo la corriente a Nicole que empieza a bailar contorneando sus caderas contra mi y yo hago lo mismo, a la par de la música.

Bailando pegadas y dándole un espectáculo a todos los que nos están mirando. Me dejo llevar. Nicki se vuelve a girar y esta vez bailamos de frente, pegadas.

—Déjame un poco a mi Nicki.  —la voz de Mauro se escucha fuerte por encima de la música y ambas nos vemos obligadas a mirar hacia abajo topándonos con él parado al lado de la mesa.

—Ups, casi te la robo, no llegabas más
—se ríe Nicole y después me lanza una mirada para que bajemos.

Ruedo los ojos al escuchar lo que acaban de decir pero aun así sonrío.

Mateo le extiende la mano a Nicole para ayudarla a bajar y Mauro me ayuda a mi.

—Fuimos a buscar esto. —el morocho agita una bolsita con dos armados de lo que yo intuía era de la verde.

—Menos mal, porque no quería seguir tomando alcohol. —murmura Nicki a lo que yo arqueo una ceja.

Hasta donde yo sabía ella no se drogaba.

Trueno saca uno de los armados y un encendedor, prendiendo el cigarro de Mota. Yo nunca había probado. Los tres fuman. Primero Mateo que se lo pasa a Nicole. Quien toma una calada y después se lo pasa a Mauro.

—¿Querés? —pregunta Nicki extendiéndome el armado. La miro un poco indecisa—, Te relaja, dale dos secas nomas, así no te pega tanto —me explica.

Miro a Mauro, el ya se había puesto a hablar con Mateo mientras se ríen entre ellos.

Vuelvo a mirar el cigarro de mota y lo agarro. Le doy primero una calada muy fuerte. Me quema por dentro y empiezo a tocer un poco hasta que me lagrimean los ojos. Estaba fuerte

—Despacio boba. —se ríe la chica.

Le doy otra calada y le devuelvo el armado. Esta vez lo aspiro más tranquila y después suelto el humo.

—No pega nada esto. —le digo haciendo una mueca.

Esta vez Mauro me mira y suelta una risa terminado de fumarlo y tirando la colilla por algún lado.

—Ya vas a ver en un rato wacha. —añade él.

𝐖𝐚𝐜𝐡𝐚 | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora