ocho

784 45 2
                                    


Contorneo mis caderas a la entrepierna de Mauro al ritmo de "Perrea" de él mismo mientras él me tiene agarrada por la cintura con una mano y en la otra tiene una copa de vodka. El efecto de la mota ya había hecho efecto en mi, pero lejos de relajarme me tenía muy caliente, no se por qué, sentía todo a flor de piel.

Estaba un poco mareada, pero todavía un poco consciente de todo lo que estaba pasando. Vagamente consciente. Había perdido a Nicole hace diez minutos, lo único que me dijo antes de irse con Mateo fue que me había reservado una habitación en uno de los pisos del edificio y que vaya cuando quiera.

En este momento no estaba apta para tomar ninguna decisión acertada. Entre el alcohol y lo que había fumado lo único que me mantenía de pie era Duki, que parecía un poco más lúcido que yo. Cierro los ojos al sentir su boca deslizándose por mi cuello mientras meneo mi culo contra él a la par de la música. Y me aprieta las caderas sonriendo sobre mi piel.

—¿Vamos? —pregunta contra mi oído poniendo su mano izquierda sobre mi abdomen y frenando mis caderas con su otra mano.

Me muerdo el labio inferior prendida fuego. Podía sentir lo duro que estaba. Su erección se presionaba contra mi culo hace rato ya.

Asiento levemente aceptando mi invitación.

Ni bien entramos al departamento me estampa contra la puerta al cerrarla. Su boca encuentra la mia con desesperación.

Mis manos acoplando su nuca mientras nuestras bocas se mueven sincronizadamente una contra la otra.

Al separarnos lo primero que hace es quitarme el vestido ya que era largo y yo aprovecho para quitarle la remera descubriendo su torso. No tarda nada en volver a acercarse tomándome por la nuca, volviendo a unir nuestras bocas y yo le correspondo con gusto. Había pasado mucho desde la ultima vez que había estado con Mauro.

Me carga y yo envuelvo mis piernas a su cintura mientras pongo mis manos en sus hombros cruzando miradas con el cuando empieza a caminar conmigo en brazos. Sus manos se deslizan desde mis muslos hasta mi culo mientras se muerde el labio inferior mirándome.

—Linda cogida te voy a pegar, llevo varios años de abstinencia ya que este pelotudo te sigue amando y siente culpa. —asegura entrando a la habitación del departamento.

Sonrió en respuesta. Paseo mi lengua por mi labio inferior humedeciéndolo y sintiendo la leve oleada de placer que siento al escuchar sus palabras. No sabía si por el alcohol o por la mota, o por la calentura pero sea como sea nunca había estado tan necesitada de que me la pongan como en ese mismo instante.

Lo que paso en esa habitación fue obvio.

𝐖𝐚𝐜𝐡𝐚 | DukiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora