Capítulo 8

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Gregory estaba destrozado. Se fué de la casa de sus papás a su departamento propio.
No sé había aislado, pero si se le veía más cansado. Evitaba ir a juntadas dónde sabía que iba a estar Matías.

Su corazón estaba necesitado de olvidar.

Por otro lado, Matías estaba saliendo con esa muchacha. Se notaba que ella tampoco quería salir con él, pero estaban resignados.

Maela controlaba a Matías cómo si este fuera un infante, esto le irritaba terriblemente.

A consecuencia de esto él empezó a robarle algún que otro pucho para calmar la ansiedad y angustia que le producían sus mandatos.

–¿Vos sos un fumador en potencia?– le preguntó Alejo al verlo fumar en la ventana de la sala.

–Dejame en paz, boludo– murmuró Matías dejando caer la ceniza por la ventana.

La juntada está vez brillaba por la ausencia de uno de los amigos: Gregory.

–¿Por qué estás peleando con Gregory vos? Decime, dale– se apresuró Carlitox por detrás de Alejo, no le gustaba el olor del cigarro.

–Me estoy comiendo a la mina que le gustaba– se apresuró a mentir. Su voz tambaleó mientras recordaba al rubio.

La sensación de sus labios quemando contra los suyos había quedado marcada en Matías.

Se escuchó un "ah" por parte de todos, como si hubieran escuchado algo muy obvio.
La única que detectaba la mentira en él era Valentina, ella sólo le seguía la corriente.

Matías no quería revelar sus sentimientos por Gregory. Decía ser innecesario ya que era algo que simplemente nunca iba a pasar.

Carlitox se comió el último chizito y El Viejo se tomó un café.

Mientras todos veían la tele el ruido de la puerta los sorprendió.

Gregory había llegado para sorpresa de todos.
El corazón de Matías se estrujó de inmediato.

–Uy...– murmuró al ver a Matías presente en la reunión, él no solía ir mucho y eso hacia que este se sintiera cómodo. –Hola a todos– se limitó a decir al entrar.

–llegas tarde ¿Viteh'? Ya nos comimos todos los chizitos¿Viteh'?– le informó El Viejo y le hicieron un espacio en el sofá.

La tensión entre ellos dos se hizo evidente.
Finalmente con la mente en las nubes y el corazón en el suelo Matías salió a fumar al patio para despejar su mente.

Justo en ese momento la película se acabó y estaban en la pausa de 'cambio de película' así que buscando más snacks nadie notó la ausencia del rubio también.

Ambos podían lastimarse demasiado.

–Matías...– lo llamó Gregory con una voz casi quebrada.

Este se volteó de inmediato, no le dió tiempo de cambiar a su personalidad de 'te olvidé y no me importa' su mirada llena de dolor y anhelo miró directamente a dónde sabía que estaban sus ojos.

–Necesito hablar con vos, por favor– expresó el rubio haciendo su mejor esfuerzo por no largarse a llorar ahí mismo.

–Decime– respondió el azabache con una voz gélida tratando de que Gregory se vaya de una vez. No quería seguir sufriendo.
Le dió una larga calada a su cigarrillo.

–¡Por favor dejá de actuar cómo si no hubiera pasado nada! Matías yo te besé y te gustó ¿Eso no significa nada?– gritó Gregory con desesperación. –No me hagas esto ¡Sé la presión que tienes de Maela, pero sos grande ya! ¡Actuá como tal y expresá lo que de verdad querés!–

Matías se quedó perplejo, su cigarrillo de uva cayó al suelo.

–decime algo, no seas cagón– Le Exigió el de cabellos dorados

Matías siguió sus impulsos y se acercó a él para darle un beso. Gregory, dolido, correspondió sabiendo que lo necesitaba. Quería besarlo por el resto de su vida.

–Disculpame, gordo...– expresó el pelinegro al romper el beso –pero no puedo, boludo–.

Un par de lágrimas recorrieron el rostro de Gregory. Matías se sintió horrible.

–Perdón– susurró y se fué a toda prisa. Mientras se marchaba sus ojos derramaban todas las lágrimas que estuvo conteniendo durante su conversación.

Gregory se quedó allí, sintiéndose vacío. Tocaba sus labios con melancolía.

Les escribió a sus amigos que se había ido. Salió sin decir nada.

En su bar miró por las opciones más dulces entre los tragos.

Se preparó una Brezza sin interrumpir a Ricardo, quien estaba trabajando. Mientras lo hacía se terminó lo poco que quedaba del vodka.

Una vez se fué a sentar se pudo escuchar un "me cagó" por parte de Ricardo.

En una mesa sintiendo que ya le empezaba a pegar el alcohol de su bebida pudo escuchar un 'Vine a ver si estabas bien ¿Está mal?'

Gregory levantó la vista encontrándose con Panchita, una chica que había llamado su atención antes de que sucediera todo con Matías.

–Uy, no tranquila– le respondió rápidamente dejando de lado su bebida –solo estaba desahogandome un poco–

–si me siento con vos ¿Está mal?– volvió a preguntar la de cabellos celestes.

–Bueno, dale– se hizo a un lado haciéndole lugar a ella.

–¿Tenés mal de amores?– le preguntó, al rubio se le notaba en la cara.

–No, Panchita... Sólo estoy mal– se apresuró a responder para desvíar sospechas.

–Se nota que si, nene– Panchita se acercó más.
–Si te quiero hacer olvidar tus penas ¿Está mal?–
Gregory pudo ver a través de sus intenciones.

En realidad su corazón necesitaba algo de consuelo, pero ¿Debería ceder a ella? Dudaba.

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Perdón por subirlo recién, estuve haciendo cosas para mis talleres vacacionales. (⁠╥⁠﹏⁠╥)

Si me libero de un rato escribo el especial de año nuevo. Si no vendrá con el cap del jueves.

Feliz año nuevo by the way.

¡Gracias por leer esta cosa!
Cambio y fuera.

Dudas (Matías x Gregory)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora