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Llevaron un par de segundos besándose... Un beso fogoso que lo único que hacía era incentivar a ambos latinos a explorarse con profundidad nuevamente, por lo que rápidamente los toqueteos y las caricias se hicieron aún más presentes.
Ángel tenía ambos brazos posados alrededor del cuello del argentino, acariciando los cabellos dorados de este mientras seguía sumergido en su propio mundo de mentiras y placer, uno que tarde o temprano lo haría quebrarse y darse cuenta de la realidad... él no estaba ciego, sabía perfectamente lo que estaba pasando y como era manipulado, sólo se hacía el idiota para escapar de lo que realmente pasaba entre ambos.
El mayor soltó un leve quejido al sentir como su cuerpo fue empujado a la suavidad del sofá, parpadeo un par de veces intentado asimilar lo que pasaba, alzó su vista con la respiración agitada y su rostro enrojecido, disfrutando el poder tener a Mateo encima suyo y olvidándose de todo.
El argentino miró al venezolano con una expresión juguetona mientras posicionaba sus manos en las piernas de este, con las yemas de sus dedos iba acariciando su piel por sobre la tela suavementesuavemente subiendo hasta llegar a sus rodillas y posteriormente abrir las piernas del mayor a su gusto. Ángel sólo se limitó a mirar la parte baja de Mateo, puesto que era su único campo de visión, él mejor noto esto sonrió de forma pícara, acercándose más a él, hasta que la distancia entre ambos rostros era casi nula.
— ¿Qué pasa Ángel? ¿Querés que me la quite? — Habló el de cabellos rubios, haciendo referencia a la toalla.
El castaño subió su vista levemente y lo miró con un sentimiento bastante intenso, luego apartó su vista de repente y mordió su labio inferior con algo de pena. Mateo notó esto, por lo que soltó una leve risa y oculto su rostro en la curvatura entre el cuello y el hombro de Ángel, dicho lugar que estaba cubierto de mordidas y chupetones.
El caribeño soltó leves jadeos al sentir los labios del contrario besar su cuello con desespero, acción que parecía querer provocarlo. El chico cerró sus ojos para disfrutar más aquel momento, pero sus piernas temblaban ligeramente puesto que seguían abiertas y eso le molestaba un poco. Nuevamente posicionó sus brazos en el cuello del ajeno.
— Te amo... — Murmuró el castaño, mordiendo sus labios con algo más de fuerza y de forma automática. Sin pensar en lo que decía.
Mateo suspiró y volvió a besar a Ángel, está vez de una manera más suave, como si quisiera transmitirle algo... Una sensación de confianza y amor quizá, era una lastima que no lo dijera con honestidad.
— Lo sé. — respondió fríamente sin parecer importarle, no le daba mayor atención a las cosas que decía su compañero, casi siempre eran estupideces o lo decía muy seguido, por lo que empezó a perder interés en sus palabras.
El de ojos miel pudo jurar que sintió una especie de pinchazo en el pecho, como si un cuchillo le hubiera atravesado el corazón. No dijo nada, sus ojos parecían haberse agüado, no le tomo importancia y suspiró decaído.
De repente sintió como bajó su prenda inferior, no supo en que momento Mateo ya no llevaba puesta aquella toalla dejando al descubierto una notable erección. Ángel apartó su vista y tragó saliva.
Soltó un notorio gemido al sentir dos de los dedos ajenos en su entrada, haciendo movimientos como si de una tijera de tratase. El castaño mordía aún más fuerte labio, y de él salían varios gemidos ahogados.
Al par de segundos de ser dilatado por los dedos de Mateo oyó su voz... Aquella voz que amaba, que le tranquilizaba, por la que daría su vida con tal de escucharla.
— Sos lindo... Ojalá todos los días te portarás mal. — Comentó con picardía, para posteriormente meter su miembro de golpe en la entrada del castaño. Este como repuesta sólo pudo soltar un fuerte gemido que se oyó por toda la sala, aferrándose a las mantas que tenía el sofá y arqueando su espalda casi al instante, poniendo sus ojos en blanco, mientras se preparaba para lo que vendría.
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El Amante - Argvene (CH/+15)
Romansa₊˚ʚ ᗢ₊˚✧ ゚. Mateo es el chico más codiciado de su escuela, todas las chicas lo admiran y darían lo que fuera por estar con él... Es una lastima que tenga pareja... ¿o no? Esto no detendrá a Ángel, quien a pesar de todo se convirtió en SU 𝙖𝙢𝙖𝙣𝙩...