LA ENTREVISTA [HYUNLIX]

CAPITULO 8

Después de 17 agotadoras horas de vuelo, el avión de Hyunjin finalmente aterriza. Al cabo de unos minutos, se encuentra sentado en una helada habitación. La bolsa negra que cubría su cabeza ha sido retirada, revelando su cabello empapado de algunas gotas de agua que ruedan por su rostro. Tras unas dos horas, los ojos de Hyunjin comienzan a moverse, sus parpados titubean tratando de abrirse.

Al abrirlos, su rostro revela signos de fatiga. Hyunjin intenta moverse, pero le resulta imposible. Sus muñecas están esposadas en la parte trasera de la silla y sus tobillos están atados a sus pies. La silla está firmemente sujeta al suelo con placas de hierro, haciendo cualquier intento de escapar completamente inútil.

A pesar de sus esfuerzos, después de media hora, agotado y con las muñecas ensangrentadas, Hyunjin ya no tiene energía para resistir.Lo único que lo mantiene despierto es el constante goteo de una pequeña filtración sobre su cabeza. Las gotas de agua helada se convierten en una tortura constante, resonando en su mente como un monótono "tlom, tlom, tlom".

La puerta de barrotes de hierro a su derecha se abre, y dos figuras siniestras entran. Hyunjin con el corazón desbocado, no se atreve a levantar la mirada. Uno de ellos se acerca amenazante y bajo la tenue luz se revela un anciano de apariencia malvada, con un abrigo negro como la noche y canas que reflejan rayos de luz mortecinos.

—¿Tuviste un buen viaje, escoria? —pregunta el viejo con una sonrisa perversa. Hyunjin alza los ojos inyectados en sangre y ve al despiadado hombre frente a él.

—¡Malnacido! —ruge Hyunjin con todas sus fuerzas desesperado— ¿Qué demonios quieres, dinero miserable?-

Las palabras del anciano son como un puñal directo al corazón de Hyunjin—Me ofreces dinero cuando ni siquiera puedes pagar la miseria matrícula del colegio de tu propio hijo—

Un nudo se forma en la garganta de Hyunjin cuando el anciano menciona —Alguna vez perdiste a alguien que amabas por culpa de un imbécil que no sabe conducir —el anciano toma asiento con calma —Porque yo sí—

El pecho de Hyunjin se contrae de horror ante esas palabras-¿E-era tu hijo? -tartamudea con voz destrozada.

—Debió morir usted y no mi retoño— los ojos del anciano chispean de rabia asesina.

—¡No fue mi culpa!—vocifera Hyunjin desesperado, levantando la barbilla desafiante—¡Se metió en mi carril, manejaba como un maldito borracho! ¡No fue mi culpa que el infeliz muriera, intenté esquivarlo!—

-No eres más que una inmunda cucaracha. ¿Cómo te atreves a culpar a mi precioso hijo? Él tenía un gran futuro por delante, iba a ganar mil veces más dinero del que un don nadie como tú podría reunir en cien vidas. Estaba en la flor de su juventud, es natural que se divirtiera un poco. Apenas comenzaba en los negocios.-

—¿Negocios? ¿Qué clase de "negocios" puede tener el hijo de un estafador de tercera?—

Una oleada de furia inunda el rostro del viejo—¿Quién es un estafador? Tú no eres mas que un patético y miserable periodista según mis archivos.—