CAPITULO 1

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No existe nada más incorregible que un destino puesto en marcha.

2018, Estados Unidos.

Como cada mañana, este lugar regala una vista fresca y placentera gracias a la arboleda que rodea la zona, escasa en construcciones. Desde las primeras horas, diversos ruidos se hacen presentes en distintas partes del apartamento, como el zumbido de la aspiradora y el sonido de una de las duchas. Sin embargo, destacan los persistentes provenientes de la cocina, causados por la presencia de un hombre. Después de unos minutos, los ruidos comienzan a disminuir, pero un delicioso aroma a huevos y baguette recién horneado invade el lugar.

—El desayuno está listo —anuncia el hombre de la cocina.

—¡Papá! ¿Dónde están mis calcetines? —resuena una voz grave desde el segundo piso.

Volviéndose hacia la isla de cuarzo blanco que divide la cocina, el hombre pregunta con voz alta —¿Los negros? —

—Sí, esos —responde la misma voz con tono más bajo.

—En el segundo cajón, contando hacia arriba, al fondo, junto a unos calcetines de superman —dice el hombre, sosteniendo una gran taza de té verde que emite un ligero vapor.

—¡Gracias! —

Estaba terminando su té en la cocina cuando escuchó unos pasos familiares acercándose.

—¿Cariño? ¿Me ayudas con la corbata? No logro hacer el nudo adecuadamente —dijo una voz varonil pero cálida.

Dejando la taza a un lado, levantó la mirada hacia su esposo, quien lucía ligeramente frustrado mientras intentaba anudar su corbata.

—Por supuesto —respondió con una leve sonrisa, poniéndose de pie y acercándose a él— Déjame hacer esto por ti—

Con movimientos expertos, deshizo el intento de nudo y procedió a anudar la corbata correctamente. Cuando terminó, acarició suavemente la cabeza de su amado.

—¿Cambiaste tu champú? Hueles delicioso —comentó, disfrutando del aroma fresco a vainilla.

—Ahora es de vainilla, es para suavizar el cabello —explicó su esposo con una sonrisa mientras ajustaba el nudo— Listo, ¿qué tal? —

—Perfecto. Aunque tu cabello ya era bastante suave —replicó con un guiño juguetón, acomodando un mechón detrás de la oreja de su amado— Pero el mío también necesita un buen corte. Casi me llega a los hombros y debo retocar el rubio—

Su esposo lo observó con cariño y asintió.

—Entonces llamaré al salón hoy mismo para que podamos ir juntos. Un día de mimos para los dos no nos vendría mal—

Mientras ambos disfrutaban de su desayuno, bromeando y coqueteando suavemente como solían hacer, el amor y la comodidad que sentían el uno por el otro era evidente en cada mirada, cada toque casual y cada sonrisa compartida.

—¿Por qué te sonrojas entonces? —preguntó el hombre de cabello suave, inclinando la cabeza con expresión pícara mientras observaba a su esposo.

—No estoy sonrojado —respondió el otro, sujetando con fuerza la taza de té— Solo es el té, está un poco caliente—

—¿Quieres que lo enfríe? —ofreció amablemente.

—No—

En ese momento, una voz familiar resonó desde el segundo piso.

—¿Papá, tienes fiebre?

—Según él, es el té —comentó el hombre rubio, moviendo el tenedor de un lado a otro entre sus manos mientras miraba a su esposo con diversión.

—¡Ahh! Está bien —respondió la voz.

LA ENTREVISTA [HYUNLIX]Where stories live. Discover now