LA ENTREVISTA [HYUNLIX]

CAPITULO 9

vayamos a España...

2004

Hyunjin bien temprano en la mañana se encuentra esperando al repartidor del correo, esperando alguna respuesta, ha estado de esa forma durante algunos meses, ya con sus ánimos bajos, este esta escéptico de que llegue alguna correspondencia, pero ese día sería muy distinto.

Aquel hombre que reparte el correo todas las mañanas, comenzó acercase con rapidez al buzón, Hyunjin al observar que este introduce una carta, se levanta rápidamente y corre hasta la pequeña caja del correo.

-Que sean buenas noticias Hyunjin Walker-Grita el hombre del correo mientras acomoda su bolso en sus hombros.

Con emoción Hyunjin, abre la carta para ver su interior en el mismo sitio-¡Aceptado!-Grita el rubio, corriendo al interior de la casa.

-Mamá, fui aceptado-Dice mientras sacude a la señora Walker de un lugar a otro.

Con lágrimas en sus ojos la mujer le da un fuerte abrazo a Hyunjin-Felicitaciones, pequeño-Finaliza la frase con un pequeño beso en la mejilla.

-Gracias mamá, voy a llamar a Felix-Dice apretando su carta a un más fuerte.

Sin perder tiempo, le da la noticia a Felix, el cual responde con emoción al escuchar esas palabras.

El día emocionante continua como si no tuviera fin, después de largas horas Hyunjin pudo terminar todo el papeleo para la renuncia a su trabajo, trabajando en el periódico local no tenía mucha reglamentación así que fue fácil dejar el puesto libre para otro periodista.

Con entusiasmo abre las puertas del apartamento, el cual queda arriba de un restaurante.

-llegue-Habla Hyunjin cuando pisa el apartamento. El cual con gran sorpresa abre sus ojos al ver la decoración de la sala, pequeños globos y además un hermoso pastel que decora el centro de la mesa.

Felix un chico de ojos claros con su cabello negro que alcanza sus Hombros, tiene puesto un pequeño gorro de cumpleaños en su cabeza un poco ladeado-Bienvenido y Felicitaciones-Dice lanzando algo de confeti y corriendo a abrazar Hyunjin.

El cual se inclina un poco para recibir en sus brazos al chico, ambos con gran emoción se abrazan.

La madre de Hyunjin no puede controlar sus emociones y se desborda en un llanto incontrolable. -F-Felicitaciones mis chicos, F-Felicitaciones, no sé qué decir-Habla en medio del llanto sonándose de vez en cuando los mocos.

Ambos chicos observan a la pequeña dama con entusiasmo dándocen un gran abrazo lo tres.

-Ya-Ya -Dice Hyunjin tocando la cabeza de su madre y su esposo. -Dejemos el llanto y comamos algo de pastel-agrega con una sonrisa, aunque sus ojos están un poco Hinchados por las lágrimas.

Limpiando su rostro Felix se acerca a la mesa para cortar el pastel.

-¿Lo hiciste tú? -Pregunta Hyunjin mirando al chico

Con una sonrisa, pero aun con lágrimas en sus ojos azules dice -Si-con una voz suave.

-Entonces debe de estar delicioso, ¿Hablaste con tu jefe en la pastelería? -Pregunta Hyunjin con inquietud.

Felix deja de cortar y responde-No te preocupes, ya estoy desempleado-Dice haciendo una gran sonrisa mostrando sus dientes.

El rubio con una sonrisa responde, y al momento llega la señora Walker con los platos y cubiertos para servir el pastel.

La noche trascurrió con algunas lágrimas y risas, la pequeña reunión acabo y todos ya estaban en la cama durmiendo. Pero Hyunjin se encontraba apreciando la noche con su libreta en mano, observando las estrellas con bastante detalla, su mente estaba llena de pensamientos que no le dejaban conciliar el sueño.

Felix al sentir que Hyunjin no se encuentra en cama, se levanta a buscarlo, al encontrarlo lo observa desde lejos, mira con preocupación a aquel hombre que observa una noche estrellada con agonía.

A la mañana siguiente Hyunjin toma asiento en la mesa, en la cual ya está el desayuno servido. Con tranquilidad Felix toma asiento junto a el tomándolo de la mano-Coloque en venta la casa de mis padres-Dice con una sonrisa mirando a los ojos a Hyunjin.

El cual se sorprende de tal forma que se levanta de la mesa-No-No -Grita con una voz frágil-No-No, no puedes hacer eso Felix, es la casa de tus padres, no puedo aceptar eso, no-Dice mientras esta de rodillas, apretando su cabello con fuerza.

Felix se levanta de la silla y se arrodilla frente a Hyunjin-Ya habían interesados así que se venderá en poco tiempo-Menciona dándole un pequeño beso en la coronilla-No te preocupes por ello, yo también debo aportar algo ¿no crees? -Dice sin quitar su sonrisa.

Hyunjin sin aceptar la situación habla-Pero no de esa forma Felix, que estés junto mí, es más que suficiente-Dice con baja voz. -Era lo único que te quedaba de tus padres, fue donde creciste y te lo arrebate-agrega con su voz quebrada.

-Claro que no-Dice con una voz mas elevada, levantándose extiende su brazo-Aun me queda este restaurante, el cual abrirá sus puertas otra vez ¿Verdad señora Walker? -Dice Felix con un tono alegre.

-Así es, yo cuidare de este sitio, además Felix solo te esta ayudando Hyunjin, no seas tan infantil, Levántate y desayuna-Habla la señora Walker, siendo sus órdenes atacados por Hyunjin.

El desayuno continuo un poco tenso por parte de Hyunjin, pero Felix no soltaba las manos de su esposo para darle ánimos.

Solo pasaron un par de días y la casa fue vendida. Con prisa, las maletas y todo para el largo viaje fueron preparado.

Solo transcurrió una semana desde la noticia y Hyunjin y Felix se encuentran despidiéndose de la señora Walker en el aeropuerto.

-Cuídense mucho, mis niños -susurró la señora Walker con voz entrecortada, luchando contra el nudo en su garganta mientras las lágrimas amenazaban con desbordarse de sus ojos.

Felix, con el corazón encogido, se acercó a su suegra y depositó un beso tierno en su mejilla. -Gracias por todo, mamá- murmuró con voz quebrada. Hyunjin, incapaz de contener su emoción, envolvió a su madre en un abrazo fuerte, como si quisiera grabar en su memoria el calor de su cariño.

De repente, los altavoces del aeropuerto rompieron el emotivo silencio: "Los pasajeros con destino a España, por favor acérquense a la sala..."

-No te esfuerces, mamá -gritó Hyunjin con la voz ahogada, mientras se alejaba lentamente.

-¡No se olviden de comer bien! ¡Y llamen cada día! -exclamó la señora Walker, con el rostro bañado en lágrimas, observando cómo las siluetas de los dos hombres se desvanecían en la distancia tomados de las manos.

Cuando por fin los perdió de vista, la señora Walker ya no pudo contener más su dolor. Sus rodillas flaquearon y, apoyándose en una columna, dejó que su llanto fluyera libremente.