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-¿Me puedes explicar qué haces aquí?-quiso saber Yoongi al ver llegar hasta África a un leopardo quien hasta donde sabía estaba furioso por lo que tuvo que pasar con Jungkook y quien no paraba de quejarse de que lo dejó solo con una enorme bestia que quería matarlo.

-Vine a ayudarte por su puesto, con mis habilidades apenas salí vivo del ataque de Jungkook, ahora imagina a cambiantes que no tienen entrenamiento, me pregunto cuántos de ellos morirán antes de que tú lo puedas controlar.

-Te salvé el pellejo antes de que el chico termine contigo-sonrió Yoongi al recordar el estado en el que se encontraba Hope cuando se llevó a Jungkook ese día en las islas Jeju-veo que vienes por mas.

-Me encanta tu sentido del humor.

-No solo a ti te gusta, eso te lo aseguro.

En eso debía darle la razón al vampiro, a todos les encanta su sentido del humor, palabra que usan para decir lo mucho que les desagrada, a veces Hoseok piensa que tal vez en verdad cree que tiene un buen sentido del humor.

Al entrar en la habitación en la que tienen encerrado a Jungkook, Hoseok no puede creer lo que está observando, tanta opulencia, tanto oro, diamantes y joyas por todas partes, de seguro el candelabro en el techo está hecho de oro o tal vez algo mucho más costoso, sin embargo lo que llama su atención es la hermosa cambiante sentada junto al cachorro.

El cabello de la mujer es negro, tan brillante, lacio y hermoso, sus facciones son añiñadas, sus labios gruesos y nariz fina le dan un toque angelical, pero sus ojos verdes esmeraldas apenas lo notan lo observan como si fuera un enemigo mortal.

-¿Quién eres?-pregunta tomando algo en cintura, probablemente una daga o un arma y no se equivoca cuando saca una pistola.

-Soy amigo del cachorro durmiente.

-¡Guardias un intruso!-grita de todos modos a lo que Hoseok suspira.

Debería empezar a entrar a las propiedades como las personas normales, por la puerta grande, saludando y presentándose educadamente.

-No es un intruso princesa, disculpe a mi amigo, vino a ayudarme en el entrenamiento con Jungkook, como verá soy un vampiro y no puedo estar cerca del cachorro aún, por lo que Jung Hoseok va a estar presente en las primeras etapas.

-Un atrevimiento de mi parte entrar así sin presentarme, fue una falta de mi parte, espero sepa disculparme.

-El castigo por entrar al palacio sin anunciarse es que le corten la lengua, de ese modo tendrá un motivo de peso para no anunciarse-respondió severamente la princesa poniéndose de pie para luego pasar a un lado con un porte tal de una princesa al mismo tiempo que guarda la pistola en los pliegues de su vestido.

-Lo tendré en cuenta su majestad-dice Hoseok haciendo una leve reverencia ganándose una mirada de precaución de parte de la princesa, luego la vio salir completamente de la habitación llevándose consigo a los guardias que ya estaban en la salida listos para atacar.

-Es la segunda vez que te salvo-pronuncia Yoongi extendiendo un cuaderno en su dirección-aquí están las instrucciones que debes seguir cuando Jungkook despierte y también te dejo algunas gotas de mi sangre, procura que no se vuelva loco por ellas, te advierto que va a ser difícil alimentarlo, desde este momento lo debes ver como un animal herido, hambriento, asustado y sobre todo feroz.

-Sabías que iba a venir-afirmó Hoseok observando con desagrado a Yoongi, molesto por darse cuenta de que es tan predecible.

-No ibas a dejar a un hijo de Seokjin sufrir solo, nunca has dejado a ninguno de ellos, es extraño para un huraño como tú.

-Alguien tan amoroso como tú jamás podría entender a alguien tan huraño como yo.

Ante ese calificativo Yoongi sonrió abiertamente con una carcajada.

-Esta familia nos atrapó por completo supongo-dijo para luego desaparecer en el aire como el humo.

Cuando la habitación reforzada en la que Jungkook iba a estar por el momento estuvo lista, este fue trasladado inmediatamente. No había adornos, ni oro, menos joyas o mármol, era una habitación simple de paredes blancas, de un material muy fuerte que Hoseok no alcanzaba a identificar pero era demasiado duro al tacto, también colocaron una cama grande y muy cómoda, aros en las paredes muy bien colocados, seguramente para colocar cadenas en algún momento. Más allá de eso todo estaba vacío.

Hoseok se sentó a un lado de Jungkook a leer las indicaciones que le dejó Min Yoongi, eran muy extrañas, parecían más instrucciones para domesticar a un cachorrito, se pregunta si es así como educa a los vampiros, si es de esa manera, es más fácil de lo que pensaba.

-Primero hay que forjar un vínculo de confianza, hacerle entender que está a salvo, que no hay nada malo a su alrededor y esquivar sus ataques, bueno eso es algo de qué preocuparse-susurró.

-¿De qué tienes que preocuparte?

Entonces la voz de Jungkook hizo a Hoseok cerrar el libro.

-De tus ataques, según esto debías despertar salvaje y tres horas más tarde, se supone que debías estar encadenado para este punto.

-Tal parece que te tardaste-opinó Jungkook poniéndose de pie para luego sentarse nuevamente- mi cabeza da vueltas.

-Te dieron sedante para dormir a todo un grupo de elefantes, descansa un poco más hasta que te pase el mareo, ¿quieres agua?

-No, estoy bien gracias.

-¿Debería encadenarte ahora?-sonrió Hoseok tomando entre sus manos las gruesas y enormes cadenas que dejaron los guardias.

-Yo creo que en otro momento.

-Si sientes que quieres hincarle el diente a alguien dime para poder encadenarte antes o sedarte.

-Lo siento, por lo que pasó en ese jardín, yo podía verte pero no podía detenerme.

-No te preocupes, ya estoy acostumbrado a que me quieran matar de vez en cuando-suspiró Hoseok levantándose para colocar las cadenas en los aros en las paredes.

Jungkook siguió los pasos de Hoseok y tomó el otro extremo de la cadena donde seguramente iban sus muñecas y tobillos. Sabía lo que seguía a continuación, debía alimentarse y eso iba a ser un problema ahora mismo.

Lo que pasó en el jardín fue su culpa y de nadie más, pues Min Yoongi le daba algunas gotas de su sangre para alimentarse y eran pocas al mes, un par y todo estaría bien, sin embargo probó tomando una y todo resultó bien, entonces dejó de tomarlas, no quería beber más sangre, su parte humana la detestaba, pero la parte animal deseaba más y eso comenzó a asustarlo, pensó que al privar de sangre a su animal este se olvidaría de ella, pero no fue así, en cambio se volvió loco por conseguirla.

En el momento en el que sus manos y pies estaban bien sujetos con las cadenas asintió con la cabeza en dirección a Hoseok que, por alguna razón agradece que esté ahí con él, su personalidad fresca, relajada y bromista hasta cierto punto lo calma, era tan diferente a como era antes, le recordó a cuando él era un niño y lo trataba de diferente manera, no supo en qué momento las cosas cambiaron, pero lo hicieron y más aún cuando tuvo que escapar con su padre.

En el momento en el que Hoseok entró con un pequeño gotero con un par de gotas de sangre de Min Yoongi, la garganta de Jungkook quemó como si un fierro ardiente le estuviera atravesando por dentro, su estómago se revolvió y su boca nunca antes había estado tan seca, en este momento se arrepentía al haberse negado el vaso de agua, pero no debía confundirse lo que deseaba no era agua, era sangre, ese sabor metálico en su boca, pero no solo quería gotas, deseaba más, mucho más y algo muy en su interior estaba creciendo descontroladamente y no podía descifrar qué es lo que era pero ahí estaba con la vista fija en él, a la espera de salir.

-Tengo miedo-dijo en un susurro mientras sus rodillas ceden y se estrellan contra el piso dejando a Hoseok asustado por la manera en la dijo aquellas palabras.

EL DESPERTAR DEL LEOPARDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora