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El terror en las palabras de Jungkook paralizaron a Hoseok en medio camino. Desde que fue por la sangre de Min Yoongi se estaba preparando para una lucha ferviente en la que probablemente saldría demasiado herido o tal vez al borde la muerte y aún así estuvo dispuesto a correr el riesgo por el cachorro, no obstante su reacción lo tomó por sorpresa.

Estaba de rodillas con ojos suplicantes por ayuda, por un descanso a la batalla que estaba liderando en su interior. Por un pequeño momento pudo ver a ese pequeño niño que no sabía cómo bajar del árbol en el que había subido, su voz suplicante y el temblor de su cuerpo hizo que Hoseok tome una tonta decisión.

Podía aprovechar esa debilidad y darle las gotas de sangre o podía abrazar a ese pequeño que suplica por ayuda y un lugar donde refugiarse.

Jung Hoseok nunca fue un cambiante sentimental, siempre fue objetivo, pensaba antes de actuar, iba por el camino seguro y cumplía con el deber, sin embargo ¿Cómo podía dejar a este pequeño luchar solo contra lo que sea que estaba en su interior a punto de salir?

Inmediatamente colocó el gotero en el suelo para dirigir sus pasos a Jungkook, tomó su rostro entre sus manos y observó esos ojos magenta llenos de temor.

-No estás sólo, puedes hacerlo Jungkookie, respira hondo.

-No puedo con esto Doc, no puedo, siento que muero...siento que...-su voz empezó a bajar a susurros. mientras su respiración se le queda en la garganta y luego dijo palabras incomprensibles mientras su cuerpo tiembla entre los brazos de Hoseok.

-Voy a darte un alivio pero debes respirar, puedes hacerlo, respira Jungkookie-dijo Hoseok mientras su mente hallaba la manera de pensar racionalmente para luego tapar la boca de Jungkook con la mano y hacer que respira por la nariz, sin dejar de acariciar su cabello con la otra mano y sin dejar de ver sus ojos.

Entonces Hoseok escuchó pasos tras su espalda y la puerta cerrándose, luego una voz preocupada femenina hizo que su mente saliera del shock en el que se encontraba.

-¿En qué puedo ayudar?-pregunta la princesa a su lado preocupada.

-Trae las gotas de sangre del suelo-pide Hoseok sosteniendo a Jungkook contra su pecho sin dejar de tapar su boca.

Cuando la princesa llega toma el gotero que le extiende para luego quitar la mano de la boca de Jungkook despacio hasta hacer que sus labios se abran, deja caer dos gotas de sangre en su lengua y luego vuelve a tapar su boca esperando a que pueda tragar.

Jungkook sufre de temblores en todo su cuerpo durante mucho tiempo, tiempo en el que Hoseok no dejó de abrazarlo hasta que por fin sus ojos se cerraron y cayó exhausto.

Siguiendo las instrucciones de Min Yoongi, quitó las cadenas, tomó a Jungkook en sus brazos para dejarlo en la cama y luego salió de la habitación.

Durante la noche permaneció de pie fuera observando la puerta reforzada pensando en cómo es que fue posible para un médico como él perder el control de esa manera. Dejó que su cercanía con el paciente le impidiera hacer su trabajo. Jungkook estaba en medio de un ataque de pánico y él no supo qué hacer, sus recuerdos llenaron su cabeza, la imagen del pequeño cachorro indefenso se filtró en su mente y lo vio tan vivido que se paralizó y no supo qué hacer.

Durante la mañana esa puerta fue embestida con mucha fuerza, las paredes retumbaban y un rugido desde el interior erizaba los vellos de todo aquel que estaba cerca para escucharlo.

En el exterior Hoseok se encontraba con un rifle el que está cargado de fuertes sedantes para noquear a un dinosaurio. En dado caso de que esa puerta cediera Hoseok debía disparar contra Jungkook. Por suerte las puertas reforzadas de este lugar eran mucho más eficaces de las que hay en el edificio Kim.

EL DESPERTAR DEL LEOPARDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora