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-Vas a cambiar ahora-ordena el Soberano Africano entrando a la jaula con ojo rojizos brillantes, al igual que dos joyas deslumbrantes que amenazan a Jungkook con lastimarlo más, mucho más que antes.

-No-responde en un susurro mientras sus pies dan pasos pequeños atrás hasta que su cuerpo topa con las rejas en su espalda.

Pese a su voz temblorosa aún mantiene un sentimiento férreo de sostenerse cuerdo, de preservar la humanidad que le permite no ceder ante la sed de sangre de vampiro.

Sus manos temblorosas y su cuerpo desgastado son muestra del infierno al que ha estado sujeto desde que llegó a este lugar. Cada día es un reto, cada noche el anhelo por quedarse inerte en un sueño profundo lo atormenta. Antes había sido herido de todas las formas posibles y aún así se mantuvo fuerte por su padre, para brindarle apoyo y protección y ahora el dolor es más fuerte, más intenso y mucho más intolerable.

Su leopardo quiere salir implacable, furioso y sediento de sangre y muerte. No debe hacerlo, no puede permitirle salir y ha estado luchando con el dolor de su cuerpo, con su leopardo interno y con el Soberano que ha hecho de todo para hacerlo salir.

-¡Ah!-grita fuerte por el dolor que le está causando, el entumecimiento le sigue después de la descarga eléctrica que hace presión por todas partes, en especial en su columna y piernas, lugares donde el Soberano ha puesto especial atención, es tan fuerte la presión en esos lugares que lo hacen retorcerse en el suelo rogando porque se detenga-no más, ya no más, ya no, detente.

-No ruegues, la sangre que llevas en tus venas no está de adorno, eres el hijo de un Soberano actúa como tal-las palabras frías con una verdad absoluta lo hieren incluso más que el dolor en su cuerpo.

Ya había escuchado eso antes y el recuerdo latente de sus padres que son tan fuertes en contraste a él, hace que se quede en el suelo. Tenían razón, no es más que un cachorro que no da la talla.

Por otro lado el Soberano Africano va a sus aposentos y ahí le está esperando la nueva adquisición que aún es fuerte pese a la cantidad de esfuerzo que ha puesto por controlar esa pequeña mentecita, Seguramente es porque está exhausto. Ese chico sí que es resistente, mucho más que su padre cambiante, ha puesto más energía en él que en su padre y aún no ha suplicado la muerte.

Cuando alcance su verdadero potencial, ¿cómo será?, está ansioso por presenciar aquello, ya puede saborear en su paladar su sangre. Aquel líquido viscoso de gran fuerza y llena de vitalidad, está seguro que va a poder sentir el calor que ya no recuerda como es.

En su eternidad se ha visto obligado por hallar una manera de volver a sentir lo que es calor del sol sobre su piel, de una caricia, todo aquello que un día le pareció normal, algo que estaba y no le tomo importancia, ahora es el anhelo de todos sus días y por lo que es capaz de hacer cualquier cosa para obtenerlo.

De todos sus hermanos es el mayor, el primer hijo del Soberano de la Oscuridad. El paso del tiempo es tan largo que ya no recuerda su humanidad, aquellas memorias se han perdido, solo queda el anhelo de sentir cualquier cosa, lo mínimo, lo que sea para volver a palpar la sensación de estar vivo nuevamente.

Cuando las puertas de sus aposentos se abrieron una silla voló directamente a su rostro, la cual al contrario de hacerle daño quedó en el aire flotando, luego bajo despacio al suelo.

-Gatito travieso. Hay muchos de ustedes en todas partes.

Es mirada de diferente color es muy singular y la vitalidad que hay en ella es especialmente fascinante. Por el momento no habrá manera de domar a este felino. Mantener la sed de su pueblo y manejarlos todo el tiempo es agotador, sin mencionar al lindo leopardo de ojos magenta.

Sin tener más opción hace dormir al felino en sus aposentos y lo deja sobre la cama para que se lo lleven nuevamente a su habitación, un pequeño cuarto con rejas fuertes. En momentos como este el deseo por tener un buen sueño es tan potente que sucumbe ante la tentación de acostarse en las sábanas.

La suave textura es relajante, pese a las millones de pensamientos y todo el ruido que hay en su mente es capaz de estar consciente de todo a su alrededor, por lo que es imposible que a un Soberano alguien lo tome por sorpresa o eso pensaba hasta que solo al sentir el frío de una daga presionando su cuello abrió los ojos.

Ojos verdes claros lo observan y es entonces cuando el calor invade cada pequeña parte donde el brazo de la cambiante toca su pecho. No la escuchó llegar, su respiración o los latidos de su corazón fueron silenciosos, nunca antes una criatura viva había llegado a él de esta forma.

-Dónde está mi sobrino-su voz suave y delicada es tan angelical. Jamás había escuchado algo parecido antes y sus ojos, ese rostro que, pese estar oculto bajo una máscara que oculta gran parte de sus facciones es precioso.

La demanda es fuerte y clara, sin embargo no hay una respuesta pues no tiene idea de quien habla, hay tantos cambiantes aquí que no sabe a quién se refiere.

-¿Cómo entraste?-pregunta sin mover un músculo, pues quiere sentir ese calor por más tiempo.

-Dime donde se encuentra Kim Jungkook y no te mataré.

-Querida Seokjin no tiene una hermana de cabello castaño, de eso estoy seguro. Su hermana se llama Solar, tiene un hijo y un esposo, actualmente viven en Corea del Sur, por otro lado, tú, no sé quién eres.

-Tú peor pesadilla.

-De eso estoy seguro-sonríe mientras sus ojos brillan con intensidad entonces el cuerpo de la cambiante da un pequeño brinco, luego intenta escapar pero sus piernas se debilitan y la dejan caer en medio de la habitación, pero no se da por vencida levanta la daga en alto mientras hace un esfuerzo monumental por ponerse de pie-no vas a escapar, no ahora que te he encontrado, ¿o fue al revés?

EL DESPERTAR DEL LEOPARDODonde viven las historias. Descúbrelo ahora