Village Vanguard Jazz Bar, Nueva York - 1968.
Era usual ponerse nerviosa antes de cualquier presentación. Solía tener muchos ataques de pánico antes y después de ellas, a pesar de que amaba cantar la música de Jimi Hendrix, Brenda Lee, o incluso esas letras que ella misma componía en la soledad de su habitación a media noche como forma de desahogarse. Sus compañeros alguna vez le sugirieron emborracharse antes de que los telones se abrieran, pero cuando lo intentó, terminó lanzándole una botella de Whisky a uno de los ingenieros de sonido porque su voz no se escuchaba en los altavoces; así que optó por la opción de fumar un par de cigarros a pesar de detestar el olor. Sin embargo, sus compañeros sí frecuentaban al alcohol de manera frenética antes de cada presentación, y le irritaba tener que soportar sus comentarios estúpidos mientras sólo quería relajarse un poco. En todas sus últimas presentaciones, Deniska prefirió quedarse en el escenario, detrás del telón rojo, abrumada por las estrepitosas risas distantes, el sonido tintineante de vasos chocando y el ambiente caótico que se encontraba a pocos metros de ella, y que desgraciadamente lideraban sus compañeros. Ésta vez no era una excepción.
El grupo de jazz "The Drifters" fue un éxito horneado dentro de las paredes del conservatorio de artes Juilliard, una prestigiosa academia a la que entró después de que ella y su madre se partieran el lomo trabajando. Al segundo semestre de su carrera de Estudios de Jazz con énfasis en guitarra eléctrica, Deniska fue obligada a tener que trabajar con un grupo de chicos en un recital de jazz dirigido por un maestro del área de percusión que ella nunca había visto en el instituto, pero que terminó convenciéndolos a todos de continuar con el ensamble para futuros proyectos, y así fue; durante un año completo, Deniska se vió a sí misma en cientos de ensayos, dolores de garganta, dedos de color púrpura e invitaciones a diferentes bares en la ciudad. No esperaba que el ensamble tuviera tanta repercusión, pero el hecho de superar sus propias expectativas le daba una sensación de calma.
La chica exhaló, dejando escapar el humo dentro de su boca hacia el techo de madera del bar, mientras repetía como un disco la letra de una canción que Chris, el líder del grupo, había escrito hace poco, y su memoria no parecía simpatizar mucho con el estribillo. En la pared se vio el destello de las luces del bar emerger súbitamente entre la oscuridad del escenario, y Deniska pegó un brinco mientras se giraba para ver quién apareció detrás de ella.
Era Nathan, el bajista de la banda. Su novio.
—Me asustaste.—Dijo ella, llevándose nuevamente el cigarro a los labios cubiertos por brillo labial transparente. Nathan arrugó la nariz ante el fuerte olor a cenizas que emanaba del escenario, pero sonrió una vez divisó a Deniska surgir entre las sombras.—¿Qué sucede? ¿Ya casi iniciamos?
—Ray aún no llega, como siempre.—El chico soltó la tela roja y el escenario volvió a sumirse en una oscuridad que sólo la chispa del cigarro encendido de Deniska podía mitigar. Él traía puesto unos anchos pantalones negros y una camiseta blanca que le quedaba pequeña, conjunto que, a pesar de ser extremadamente básico, a ella le causó mariposas una vez vio a Nathan con él puesto, esperándola en la acera en frente de su conjunto residencial.—Estamos bebiendo un par de cervezas mientras lo esperamos, ¿Qué haces aquí sola?
Era usual que Ray llegara tarde a las presentaciones, pero con el tiempo todos aprendieron a tenerle paciencia, y esa era una de las excusas de que los demás terminaran emborrachándose antes de presentarse. Deniska nunca se llevó bien con Ray, pues era un poco difícil de tratar. Una vez, en medio de una discusión sobre el estilo musical de la banda, comenzó a dejarse llevar por la tensión del ambiente y empezó a empujar y a gritarles a los demás. Nada bueno.
Deniska soltó el humo del cigarro y comenzó a buscar con sus manos el interruptor que encendía las luces del escenario, frunciendo el ceño ante la inusual pregunta de Nathan.
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Armonías Incompletas | Elian
Roman pour AdolescentsDos estudiantes de música del conservatorio Juilliard de Nueva York han sido ultrajados por las circunstancias más dolorosas de su vida: Deniska Volkova ha intentado quitarse la vida después de que su dignidad fue vulnerada por alguien que amaba; y...