11 : 빨간 드레스

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Un par de dedos pálidos y delgados tomaron el mentón de Chanyeol, girándolo con una suavidad que robó su atención de los ojos claros de MinJi hacia unos más azules y profundos, como un océano misterioso que lo envolvió en un hechizo inquebrantable.

Chanyeol perdió el aliento.

Tal vez fue el color rojo de su vestido.

La seda brilló bajo los reflectores, reflejando la luz con una elegancia que deslumbraba a todos los presentes. Sus pálidas clavículas resplandecieron como la nieve al amanecer, luciendo radiantes bajo el corte de sirena que la envolvía. La misteriosa mujer caminó por el escenario con un contoneo que acentuó sus caderas exquisitamente, un movimiento que parecía atraer todas las miradas hacia ella. A pesar de que el vestido le llegaba hasta los tobillos, la tela poseía un corte que dejaba al desnudo una torneada pierna blanca, añadiendo un toque de seducción a su apariencia.

Largas extensiones de cabello negro y ondulado caían con gracia por su espalda, enmarcando su rostro con un halo de misterio. Sus labios gruesos, pintados de un coqueto carmín, hacían juego con su preciosa piel pálida, creando un contraste hipnotizante. Pero quizás lo que más llamaba la atención eran esos ojos azules, intensos y fulgurantes, que lo miraron con una intensidad que parecía querer atravesar su alma. En ese instante, el mundo se desvaneció, y Chanyeol supo que había encontrado algo que desafiaba la lógica y la razón.

—Chanyeol.—susurró Baekhyun con dulzura, su voz flotando en el aire como una suave melodía que despertaba todos sus sentidos.

Los ojos de Chanyeol titubearon, una chispa de deseo se fue encendiendo en su interior.

—Baekhyun.—Respondió él.

Sin ningún descaro, el joven se acercó más, paseando sus delgadas manos por los fuertes hombros del hombre. Sus dedos se enredaron con una suavidad seductora en el cabello de su nuca, y Chanyeol se tensó ligeramente ante ese toque electrizante. Los ojos azules de Baekhyun se deslizaron hacia MinJi, quien, estupefacta, apretó sus manos en un puño, la sorpresa y la rabia cruzaba por su rostro.

La dama avanzó un paso hacia adelante, decidida a reclamar la atención de Chanyeol, pero fue este mismo quién apretó la cintura de Baekhyun en ese mismo instante, y en respuesta, el actor rodeó su cuello con un brazo, abrazándolo con una entrega casi íntima, como si se estuviera deshaciendo en los brazos de su amante. Este gesto provocó que MinJi retrocediera de inmediato, la inseguridad invadió su mirada y con un aire de furia frunció los labios.

El aire se volvió denso, impregnándose de una electricidad palpable mientras las miradas de los dos se entrelazaban en un juego de seducción y desafío. Cada susurro, cada roce, fué como un recordatorio de la intensa conexión que compartían, un magnetismo que atraía a Chanyeol y Baekhyun hacia un abismo de deseo incontrolable. En ese momento, la sala se convirtió en un escenario para un juego peligroso, donde las reglas del amor y la lealtad se desdibujaban en la penumbra de aquella noche.

Y entonces, todo empezó.

—¿Me concede esta pieza, señor Park?—preguntó Baekhyun, una sonrisa traviesa jugando en sus labios, mientras sus ojos brillaban con una mezcla de desafío y seducción. Chanyeol quedó atrapado por la intensidad de su mirada, y solo asintió, sintiendo que la tensión entre ellos se intensificaba.

Los dueños del violín, el cello y el piano comenzaron a tocar una balada de tango que envolvió la sala en un aire de misterio y romance. Las notas melódicas resonaban, creando una atmósfera cargada de sensualidad, mientras las parejas en la pista de baile se movían al compás, sus cuerpos entrelazados en un juego de cercanía.

Baekhyun retrocedió sin dejar de mirarlo a los ojos, sus bellas manos se alzaron sobre el aire, y un destello de luz iluminó una parte de su rostro que estaba cubierto por una mascara plateada, él sonrió, bajando sus manos desde su cintura hasta sus caderas. Caminó hacia adelante y sacudió su tobillo derecho frente al otro, una y otra vez. 

Amante ⊹ 찬백Donde viven las historias. Descúbrelo ahora