That's, like, a hundred miles

CH11

Él es mi amigo
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Odio era una palabra fuerte, pero no lo suficiente para describir los sentimientos de Tommy. ¿Despreciar? ¿Detestar? Aborrecer, esa era buena. La especialización en inglés de Techno estaba empezando a contagiársele.

Tommy aborrecía los hospitales. Nunca pasaba nada bueno en ellos. Era donde la gente iba a morir.

Fue allí donde Wilbur fue a morir.

Se necesitaba demasiada energía para pensar en Wilbur en este momento, lo cual realmente no tenía sentido, considerando que pensar en Wilbur no era exactamente hacer nada físico. Sam y Puffy habían hablado un poco sobre salud mental y "energía emocional", pero Tommy no había prestado mucha atención a sus palabras.

Sin embargo, lo que fue más fácil fue pensar en palabras. Como aborrecer, una palabra que Tommy recordaba vívidamente que Techno le había explicado cuando Tommy no podía tener mucho más de cinco años. Habían discutido en aquel entonces, tal como lo hacían ahora, y los pensamientos de Tommy se dirigieron hacia Technoblade.

Techno lo quería. Techno lo quería. Techno sólo había desaparecido por un tiempo. Era temporal. Techno regresaría y lo llevaría a casa y estarían bien. Esto era sólo temporal.

Tommy se sentó en una silla en la sala de espera junto a la mujer que lo llevó allí durante lo que parecieron años. Los recuerdos de haber esperado a Wilbur seguían apareciendo y era difícil deshacerse de ellos.

Era curioso lo de los accidentes automovilísticos. Algunas personas mueren horriblemente mientras que otras salen con nada más que algunos rasguños y moretones.
Enviaron a Tommy a la sala de espera tan pronto como los médicos determinaron que no tenía una conmoción cerebral ni ninguna lesión física grave. Mirando hacia atrás, se preguntó por qué harían esperar solo a un niño de diez años. Claro, era un hombre grande, incluso en aquel entonces, pero parecía... Duro. Indiferente. Cruel. Esa era una buena forma de llamarlo, a Techno le habría gustado.

Finalmente lo llevaron de regreso a una sala de examen. Estaba sentado en una mesa donde alguien le revisó los brazos y las piernas en busca de algo (moretones, probablemente), aunque casi todo había sanado, excepto algunas cicatrices (aparentemente muy obvias) en la espalda y algunas en los brazos y las piernas. Le preguntaron cómo se las había hecho y él respondió honestamente: diciéndoles que no lo sabía.
Provenían de Dream, por supuesto que lo sabía, pero no recordaba circunstancias específicas. Tal vez eso no era exactamente lo que le estaban preguntando, pero Tommy todavía estaba luchando con todo el asunto de admitir lo que hizo Dream.
Lo cual era un problema, ya que la única manera de mantener a Dream alejado de él era contarle a la gente lo que hizo.

¿Pero no se merecía Tommy lo que pasó? Quizás el tobillo era exagerar, pero ¿todo lo demás? Sabía que era molesto, sabía que podía ser difícil vivir con él, sabía que nadie más lo quería... Techno habló de adoptarlo, pero eso no contaba.

No, no, lo que hizo Dream estuvo mal. El tobillo no fue un accidente, y eso debería ser suficiente para que Tommy se diera cuenta de que ya no era seguro quedarse en casa. Incluso si Tommy no quería admitirlo, en el fondo sabía que las cosas empeorarían.

—¿Puedes mover el tobillo? —El doctor preguntó de la nada. O tal vez había estado hablando todo el tiempo y Tommy simplemente no se había dado cuenta.

—Sí —No hizo ningún movimiento para hacerlo. Cada vez que lo hacía, sentía como si cuchillos le atravesaran la piel, por lo que durante las últimas cuatro semanas había mantenido el movimiento al mínimo. El hospital incluso lo había llevado adentro en silla de ruedas (lo que Tommy odiaba, simplemente porque no disfrutaba  la sensación de que lo empujaran).
—... ¿Puedes intentarlo? —