París, Francia.
2017Habían pasado unos pocos días desde que Levi me ofreció derrocar L.U.C junto a él, quizás acepté su propuesta impulsivamente, pero quería huir del recuerdo de Eren lo más pronto posible.
—Aún tengo que planear algunas cosas.— Comentó Levi, sentado en el sofá de mi casa. —Investigar más a fondo a Pixis también, es el nombre del Jesús de España.—
Yo no contesté, estaba tan absorta viendo la urna de Reiner en la repisa que por un momento todo sobre L.U.C me importó una mierda. Había ocasiones en las que no sabía si estaba en el lugar correcto, ni que demonios iba a ser de mi vida. No veía un futuro donde yo fuera feliz, o por lo menos me sintiera plena. Estaba cegada tratando de conseguir venganza, pero también dolida por haber perdido a los únicas personas que amé en el mundo.
Mi hermano y Eren.
Fueron diferentes tipos de amor, Reiner fue aquel amor fraternal que me ofreció paciencia, protección, cariño y un hogar. Mientras que Eren fue aquel tipo de amor lleno de aventura, nuevas experiencias, ilusión y adrenalina, que por supuesto no acaba bien.
—Mientras tú concéntrate en acabar la universidad y yo me encargaré de lo demás.— Levi siguió hablando, aunque no le puse atención. —Mía, te estoy hablando.—
—¿Eh? perdón...— Limpié mis mejillas rápidamente, no noté en que momento empecé a llorar.
—Sé que aún estás sensible por todo lo que ha pasado, pero es importante que retomes tus clases.— Yo estaba dándole la espalda, así que podía seguir derramando lágrimas libremente sin que lo notara. —No hace falta que tengas un promedio excelente, pero sí que acabes tu carrera el próximo año y no te atrases.—
—Bien.— Murmuré y bajé la mirada, no podía seguir viendo el retrato de Reiner junto a su urna.
—También deberías hablar con Armin, no sería bueno que se estrese y diga lo que pasó en L.U.C.— Guardé silencio, cubriendo mi boca para no sollozar. —Mía, ¿ocurre algo?—
—I-iré a mi habitación.— Ignoré su pregunta y me alejé de ahí rápidamente.
A pesar de tener el apoyo de Levi y su compañía, seguía siendo casi un extraño para mí en ese entonces. No lo conocía a profundidad ni él a mí, sólo éramos dos personas con un odio mutuo hacia L.U.C. Me adentré a mi habitación y caí sobre la cama soltándome a llorar, ya no quería sentirme una carga para los demás, pero tampoco sabía como estar sola. Reiner me cuidó toda mi vida, después pasé a ser tarea de Eren y luego de Levi, aún así, sabía muy en el fondo que si yo no aprendía a sobrevivir por mi cuenta entonces siempre estaría perdida.
—Mía...— La voz de Levi hizo que cubriera mi rostro con la almohada, no quería que me viera como la chica indefensa y vulnerable que no sabía lidiar con su soledad.
—Vete.— Sollocé. —No quiero que me mires llorar.—
—Ya te he visto llorar antes.— Gruñí frustrada contra la almohada. —Si quieres que de verdad me vaya entonces lo haré, sólo repítelo.—
Quería crearme una imagen de mí misma donde no necesitara a nadie, inventar una corazada fría y que no me importa el resto del mundo. Sin embargo, no podía dejar de ser la Mía sensible de la noche a la mañana, ni tampoco a controlar mis emociones en un par de horas. Me quité la almohada del rostro y miré a Levi, en ese entonces no habíamos forjado ni siquiera una amistad, pero el pelinegro me tuvo mucha paciencia.
—¿Puedes recostarte aquí a mi lado?— Pregunté apenada. —Sólo será un momento.—
Le tomó unos segundos acceder, pero terminó acostando su cuerpo cerca del mío, pero con un espacio separándonos. Yo seguí llorando en silencio, mientras abrazaba la almohada. Había algo de confort de sólo sentir el peso de Levi hundiendo un poco el colchón, además de escuchar su respiración. Me sorprendí cuando el pelinegro dió unas palmaditas sobre mi cabeza de forma cuidadosa, lo cual calmó mi llanto.
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la última cena | levi ackerman
Fanficmodern au secuela de "El menú de Dios". Tras todo el alboroto y caos que ocasionó el libro anterior, Mía Braun vuelve, pero ésta vez más fría y letal. Buscando remendar lo que pasó con sus seres queridos, al mismo tiempo que acompaña a Levi Ackerman...