Capitulo 1: Espiral Temporal

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Un dia cualquiera, un mes cualquiera, la vida esta llena de pesares y virtudes, especialmente cuando vives en familia, es comun vernos combatir por la comida a la hora de la cena, despues de todo, mis padres se guian por la ley del mas fuerte, lastimosamente entre estos leones, yo soy la cebra, incluso Rei consigue comida antes que todos nosotros.

¿Como lo hace? Nadie lo sabe, los gatos son cazadores por naturaleza, a pesar de que hacen el vago la mayor parte del dia, quiza... quiza deberia aprender de ella.

Dejando de lado las proezas de esta gatita negra y sus patitas de color blanco y ojos azules, tambien tengo mis maneras de ganar en estos combates, por ejemplo, hacer estallar un fusible de la TV a proposito y asi robar la mejor pieza de carne de la mesa, provocandoles sustos que dan gusto, sin embargo, estas pequeñas victorias no sirven de mucho para la jungla de cemento.

Luego de la cena acostumbraba ir a la tienda de electronicos, lugar donde trabajaba, normalmente me encargaba de las ventas, era comun que a fin de mes sucedieran dos cosas: la primera era ¡DINERO, DINERO, DINERO! y lo segundo, mas trabajo, la razon por la cual en este negocio me iba bien era debido a que la gerente le gustaba aprovecharse de mi y me incentivaba a reparar los equipos defectuosos que traia al almacen de lugares que ni su propia madre conoce, esto a veces llegaba a ser demasiado para mi solo pero admito que con algo de buen ojo de su parte, se obtenia bastante dinero, el cual utilizaba para ocasionales banquetes hechos por los mismos dioses (el señor de los postres de la esquina).

"Ahhhh, nada como un postre repleto de dulce luego de una ardua tarde de trabajo", era lo que pasaba por mi mente en estas ocasiones, era una vida simple, con un trabajo honesto.

Poco tiempo despues, aproximadamente a inicios de años, todo se iria por el drenaje, volviendo de una fiesta de la compañia, me deslizaba torpemente por la sala hasta mi habitacion, cabe resaltar que este lugar era como una jungla, papá y mamá parecian roperos maltrechos durmiendo en el suelo y mi hermana... es censurable decir como duerme, sin embargo encontrar ropa tirada por toda la casa era muy común, y así, ¡finalmente llegué a mi habitación con suma cautela evitando despertar a las bestias!, o eso pensaba.

La ultima bestia que acechaba fervientemente desde la oscuridad, unos ojos brillantes que resaltaba con la oscura noche, me miraban fijamente, llevandome un gran susto, la perpetradora de esto era nada mas y nada menos que Rei, la gatita mañosa que habia saltado sobre mi cabeza.

Rei maulló en un tono desafiante volteando su cabeza mientras se acomodaba en las sabanas, claramente es un ser demasiado adorable como para sacarla de su reino de comodidad, de todas formas tampoco lucia interesada en dejar el lugar por lo cual acabé durmiendo en el piso bajo una esquina de la cama, poco tiempo despues, fui el primero en despertar, la luz de la luna todavia se posaba sobre mi cabeza, filtrandose a través de la ventana, decidí cepillar mis dientes para luego recostarme sobre el suelo helado, sentia cierta sensación de calma, con la mirada perdida en el infinito acabe vislumbrando una caja que yacia debajo de la cama, la caja de los secretos masculinos, llevaba tiempo sin abrirla asi que, ¿porque no?.

Delicadamente abrí el cerrojo de la caja, descubriendo que, en lugar de mi preciada colección de revistas, solo habia un espejo resquebrajado, un par de notas borrosas y una nota furiosa de mi hermana, citando sus palabras: 

"Querido hermanito (no tan querido), he confiscado tu único tesoro, alguien como tu se topará con muchos con muchos jefes en la vida, ¡pero tu peor jefe final siempre seré YO! Así que observa muy bien ese espejo, así como el, tus revistas y tu tendrán el mismo destino, si quieres una disculpa de mi parte, tendrás que derrotarme y prometer que dejarás de ver esas cosas, lo jura y firma, tu hermanita, la gran Yuni".

- Maldita seas Yuni, nunca me disculparé por ser un hombre.

Un suspiro de tristeza cruzaba mi mente al recordar la ultima paliza que recibi de su parte, finalmente mi mirada se reposaba sobre el espejo roto, siempre traia cosas raras a la casa pero de donde habria sacado esto era un verdadero misterio, el diseño parecia bastante detallado, su reflejo en el techo dibujaba  un diseño de un mundo extraño pero cautivador, bajo un color azulado, repleto de estrellas que se dibujaban solas, al otro lado del espejo, habitaba un mundo en el que el cosmos era lo mas preciado de ser observado, en su centro era distinguible una figura distorsionada, los instintos de la cazadora se habian activado.

Rei saltó intentando atrapar la luz del espejo, arañando profundamente mi brazo en el proceso, haciendo caer el espejo y rompiendolo por completo, lo siguiente que recuerdo, fue el sonido de telas rompiendose, un ruido ensordecedor y la perdida de mi consciencia.

Mientras tanto, en otra parte del universo, una chica de cabello sedoso y hermosas curvas observaba con una mirada penetrante a través del cielo estrellado, la chica habitaba tranquilamente en un palacio cuya gloria parecia haber terminado hace ya mucho tiempo, aun asi, este se mantenia de aspecto impecable por dentro, la joven recorria los pasillos repletos de orgullo y belleza, el deterioro del tiempo le era inefable, sin embargo, el palacio estaba en un delicado equilibrio, el cual repentinamente se habia roto, la joven fue capaz de sentir como "el telar" se quebró, su palacio lentamente se convertia en ruinas y la joven mantenia su temple tranquilo mientras bajaba por las escaleras ahora quebradas, llegando hasta la amplia entrada del esbelto palacio.

"Starwalker, tu qui observas, velum tuum mihi praebe et me permitti ad cyclum accedere, per nomen tuum, verum faciam voluntatem tuam"

La joven pronunciaba las siguientes palabras con una voz bastante afinada, como si de un canto fuese mientras bailaba alrededor del gran salon, justo debajo de sus pies, a medida que danzaba, hermosas luces de un color pálido y azulado trazaban estelas a su paso, estas estelas lentamente se incrustaban en pequeñas incisiones en el piso, al terminar de bailar, la chica se encontraba frente a la entrada de su palacio, su figura lentamente desaparecia hacia un destino incierto, teñido bajo un profundo deseo en su corazón, un deseo que se niega a olvidar y por el cual daría su vida.




Tan bella como la luz de la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora