La noche era fría. La nieve caía, pero no en tanta abundancia. El viento surraba con tranquilidad.
Y las hojas volaban por todo lado, en ese maldito invierno, un invierno que nunca olvidaría.———《☆》———
Su largo cabello negro como el carbón, era movido con suavidad por las ráfagas del viento, su piel, pálida como la nieve que caía en ese momento, y, sus ojos verdes, como la esmeralda.
Una dulce mujer en el solitario bosque, caminando hacia su hogar, tan tranquila, sin imaginar su horrible futuro y el de su familia.
Daba pasos tan delicados, con canasta en mano, mantenía su rostro mirando la nieve del suelo. En un momento, alzo su mirada al cielo, abriendo sus hermosos ojos verdes.
—Es momento de volver a mi hogar— Dijo con suavidad, pero, a la vez, con desilusión.
Al momento de salir de ese bosque, sentía como sus fuerzas iban decayendo, sus ojos se cerraban de a ratos. Se sentía muy cansada.
Detuvo su paso al llegar a la entrada, cayendo con pesades en esa nieve, dejando caer su canasta y su contenido regado por todo el suelo helado. Al último momento, todavía podía sentir la fria nieve en sus mejillas coloradas.
—¡Señora Hatake!—Gritó un hombre alto, corriendo hacia la mujer tirada en ese invierno tan frío. Corría con desesperación, respirando tan fuerte, en miedo recorría cada parte de su cuerpo.
Se sacó su abrigo de piel y lo colocó en la indefensa mujer, para luego, ponerla en sus brazos y llevarla con el médico más cercano. Debía apresurarse, no quería que el Señor Hatake se enterará.
—¡Ayuda, por favor!, ¡un médico!—Dijo llamando la atención de todos, y más aún cuando vieron en sus brazos, a la omega del colmillo blanco.
—¡Aquí, rápido!—respondió rápidamente un doctor, acercando una camilla.
———《☆》———
Veía la nieve caer por la ventana.
Sentada dándole la espalda al doctor, el cual tenía una mirada preocupante en su rostro.—Señora Hatake...lamento decirle que...—No puedo continuar por la interrupción de la mujer.
—Lo sé, moriré ¿No es así querido doctor?— dijo con tanta tranquilidad, como siempre...
—Yo...Yo no puedo nagarlo—dijo mirando hacia bajo— Usted, si lo hará, morirá— dijo con voz entre cortada.
Una risa. Una risa fue la reacción de ella, una dulce risa, tan hermosa como ella. Los ojos del doctor se abrieron como platos, de alguna manera sentía como su corazón se estrujaba.
—Pero, ¡hay medicamentos! Y...— dijo con una voz más triste aún y callandose de manera abrupta cuando la mujer se levantó con delicadeza de esa silla y giro hacia él.
Le dedico una sonrisa. Una sonrisa desgarradora. El doctor termino de romperse, ella se veía tan rota, tan deprimida, pero, a la vez, tan feliz...
Camino hacia el lentamente, pero llegar frente a él y, tomar sus manos despacio.
—Doctor, yo no quiero medicamentos, ni tratamiento. Deme de alta. Déjame ser libre, sacar mis alas, que nunca me dejaron utilizar para volar libremente. Usted tiene mi destino en mis manos, si le dice a mi esposo que termine aquí, mis alas estarán atadas esta mi último día, pero si no lo hace...dejara a un ave libre de su prisión.
—Usted puede tomar medicamentos para no sufrir en el proceso, n-no le aseguro la vida, pero si un camino más fácil—dijo el doctor aún triste por aquellas palabras.
—Jum, no lo entiendes. Si me das esos medicamentos, me encierras en una prisión otra vez, pero si no, tienes la llave para liberarme— respondió, para luego mirarlo— Lo único que quiero es estar con mi hijo, con mi pequeño, es todo lo que le pido
El doctor salió de ese habitación absorto en sus pensamientos, sabia a que se refería, pero prefería no creerlo, o bueno, no imaginarse el porqué.
—¡Doctor, doctor!—dijo una enfermera corriendo hacia el—Uf, yo...quería...preguntarle —respiraba rápidamente — si me daba las resetas de la Señora Hatake
—Ella...
—Si, lo sé, va a morir, pero los medicamentos le harán pasarlo mejor
—De hecho, ella...
—Debe sentirse muy mal, deme las resetas así le consigo los medicamentos lo más rápido posible
—Señorita, la señora Hatake...
—Si ella...
—¡La señora Hatake no desea ningún medicamento!— grito con desesperación—¡Así que ve, y tráeme los papeles de la maldita alta!— dijo alejándose de la enfermera, y ganando miradas del personal, preocupados por el doctor
———《☆》———
—¡Mamá!—Gritaba entusiasmado un niño
—Hola, cariño— saludo la mujer a su hijo—Te extrañé mucho—dijo abrazando al pequeño
—Yo también mamá, pensé que algo te había pasado
—Tranquilo mi niño, mamá está bien
Mentirosa.
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¿Y Si Realmente...? - KakaIru
FanfictionIruka, un omega que no puede superar los traumas de su pasado y por ende decide alejarse de las personas y hacer parecer que esta bien, pero Kakashi, ninja jonnin y alfa, se da cuenta de su situación. Y apesar de haber tenido un mal encuentro en el...